Un joven colombiano de 27 años trasladado de urgencia a Montecelo. Había sido apuñalado en las inmediaciones de un "after" en la calle Buenos Aires. Herido de gravedad, fue directo a quirófano por una cuchillada en el abdomen. La Policía Local dio con el presunto agresor tras unos vehículos, tratando de ocultarse, y se incautó de la navaja que había arrojado al suelo, aún manchada de sangre.

Este fadítico fin de marcha ocurrió en la madrugada del sábado al domingo. El arrestado, un hombre de 41 años y nacionalidad colombiana, pasó a disposición judicial este lunes.

Este episodio violento no es, por desgracia, un hecho puntual en la noche pontevedresa. Hace tan solo unas semanas, un peregrino alemán perdía la vida tras recibir un fatal golpe contra la acera en Benito Corbal. Björn Hoffan, un ciudadano alemán de 42 años, se vio envuelto en una refriega y acabó dándose en la cabeza con el suelo. Falleció al día siguiente en el hospital.

Familiares y amigos de Björn acabaron por él el Camino. Y con él. Continuaron la peregrinación con sus cenizas en una urna y le rindieron un último y sentido homenaje en Fisterra.

Estos son los trágicos hechos más recientes, pero la crónica negra de la noche pontevedresa tiene otro episodio de lo más ocuro.

Un tiro en la sien

En la madrugada del 11 abril de 2010, un joven colombiano de 25 años entró en un pub de Benito Corbal y, sin mediar palabra, descerrajó un tiro en la sien a un compatriota suyo, Andrés Felipe B.G., de 38 años. El acusado, Rolando Q., reconoció ante los magistrados de la Audiencia de Pontevedra que fue él quien aquella madrugada disparó en la cabeza a Andrés Felipe, con quien había ya mantenido enfrentamientos a causa de problemas familiares.

Además de aceptar una peña de 12 años de prisión, el tribunal fijó una indemnización de 432.550 euros por las graves secuelas de la víctima.

Un mordisco a lo Mike Tyson

En la madrugada del 4 de noviembre de 2012 se inició una pelea en la calle Benito Corbal. Uno de los implicados, un joven ecuatoriano llamado Deivy C.R., golpeó en la cabeza con un cinturón a Gilbert C.A., de origen dominicano, causándole diversas lesiones y dejándole como secuela una cicatriz de 2,8 centímetros. Este respondió al golpe dándole un mordisco en la oreja izquierda a su oponente.

Gilbert aceptó una pena de 2 años de prisión por un delito de lesiones y una indemnización de casi 19.000 euros; Deivy, una multa de 150 euros por una falta de lesiones.

Un vaso de cristal que voló

En la Nochebuena de 2012, un enfrentamiento en el interior del "after" de Benito Corbal continuó en la calle, después de que los porteros del local echasen a los implicados. Una vez fuera, el joven ecuatoriano Darwin Fidel F.V. lanzó un vaso de cristal a Kevin S.O.H., otro chico de origen latinoamericano. Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió heridas en el ojo izquierdo que precisaron varias intervenciones quirúrgicas.