El abogado moañés Antonio Cascante sufrió un infarto el 17 de febrero de 2017 que le cambió el sentido de la vida, aunque como él dice, no le arrebató el alma. Él fue uno de los privilegiados de ese grupo del 7% al que solo llegan los cursos de rehabilitación y durante los dos meses de su duración en el Servicio de Rehabilitación de Cardiología del Hospital Álvaro Cunqueiro, que dirige la doctora María Soledad Bravo,se convirtió en una persona clave para que naciera la Asociación de cardiópatas del sur de Galicia "Sur Sum Cor" (Arriba los corazones). En el curso conoció al economista Simon Lutch, de madre gallega y padre inglés, que reside en Vigo, y juntos comenzaron, en junio pasado, a poner en marcha esta asociación que ahora ha concluido toda su tramitacion burocrática. Ya cuenta con sus estatutos aprobados, su NIF y el viernes 1 de febrero celebra una asamblea con la que estrena su sede en un local cedido por el párroco de la Inmaculada Concepción, en el barrio del Calvario, en Vigo, en la propia iglesia, conocida como la de los Picos, por su forma de tienda india.

Cascante asegura que llamaron a muchas puertas para conseguir un local y este párroco en seguida atendió la petición. El local se pone en marcha con una asociación integrada ya por una veintena de personas, aunque para ese día están convocadas unas 40 personas. La asociación ha nacido con el fin de ayudar a todos los afectados por cardiopatías, así como luchar contra la enfermedad y la promoción de la salud mediante actividades. Una de las primera que pondrá en marcha es un vídeo que están grabando los directivos de la asociación con el equipo de rehabilitación para las personas infartadas y "que se lo pongan en la habitación, pensando en animar a la peña en ese momento", señala el abogado que añade con gran sentido del humor: "Nosotros los cardíacos somos los primeros mutantes del siglo XXI, por encima de los homo sapiens, tenemos ingeniería metida en nuestro cuertpo para poder osibiloitar la vida, somos los Xmen del siglo XXI". Al mismo tiempo señala que "el servicio de rehabilitación del Cunqueiro no puede ser una nave Apolo, tiene que ser un laboratorio espacial, tiene que tener más dimensión, más gente y más servicio a más personal, no solo que llegue al 7% porque no hay dinero para más". Añade que uno de los objetivos de la asociación es universalizar el curso e rehabilitación, "que sea para todo el mundo", ya que asegura que estadísticamente está demostrado que ayudan a disminuir la morbilidad, es decir los problemas cardíacos posteriores, los ingresos hospitalarios y la mortalidad : "Se da a los pacientes conocimiento de la enfermedad y cómo comportarse frente a ella, tanto al tiempo de pedir ayuda en una recaída como de apartarse de los hábitos de riesgo cardíacos"