El Puerto consolida la pesca fresca por encima de las 200 toneladas al mes

Tras años de retroceso, la Autoridad Portuaria acumula ya ejercicios consecutivos de mejora en esta actividad

Interior de la lonja del Puerto de Marín.

Interior de la lonja del Puerto de Marín. / FdV

Durante años, la lonja de Marín era la principal referencia en la comarca en la venta de pesca fresca. Llegaban a moverse más de 300 toneladas mensuales, como ocurrió en 2007, pero diversas circunstancias provocaron un declive constante que llegó a su mínimo histórico una década después, con poco más de 120 toneladas mensuales en 2017. Pero desde hace tres ejercicios, esta actividad muestra una positiva tendencia al alza y se consolida por encima de las 200 toneladas mensuales de media.

Según los datos de la Consellería do Mar, Marín es la segunda lonja de la ría en facturación, con 3,7 millones de euros en 2023, muy lejos aún de los 6,5 de la rula de Campelo, centrada en bivalvos. Pero la crisis de mortandad en los bancos marisqueros, que afecta a la almeja, sin subastas en Poio al menos hasta abril, puede provocar un vuelco en las estadísticas a lo largo de este año. De hecho, Campelo solo ha movido este año 68.000 euros y Marín ya suma diez veces más: 670.000 euros.

En pleno proceso de recuperación, la Autoridad Portuaria, de la que dependen las instalaciones de subasta en Marín, afronta la fase final del proceso de adjudicación de un ambicioso proyecto de mejora de la lonja, por un millón de euros. Este edificio está a punto de cumplir el medio siglo de vida, por lo que muestra el impacto del tiempo, la climatología y el agua salada en sus estructuras. Con un plazo de ejecución de diez meses y medio, se trata de la renovación puntual de las bases articuladas de 82 pilares. Los trabajos conllevan el montaje de una estructura metálica auxiliar para la revisión, renovación estructural y disposición de nuevas rótulas en los pilares.

Pese a la complejidad del proyecto, no se contempla la paralización o cierre de la lonja para su ejecución”. El concurso para adjudicar las obras se activó en enero pasado. Fueron cuatro las empresas que presentaron inicialmente sus ofertas, pero una de ellas fue después excluida por plantear una solución constructiva y un material distintos a los requeridos. Las tres propuestas ahora disponibles oscilan entre los 840.000 y los 980.000 euros aproximadamente y se analizan ya sus contenidos técnicos y económicos, con el objetivo de comenzar las obras en los próximos meses. La intención es que la lonja está lista a mediados de 2025.

Tras la inspección del recinto se detectó que “existen puntos aislados de la estructura donde se puede observar corrosión severa con desconchados de hormigón y pérdida se sección parcial de las barras de acero” y “fruto del avanzado estado de corrosión y del incremento de volumen que manifiestan las armaduras afectadas por este fenómeno, se han producido grietas y desconchados en el hormigón de recubrimiento sobre las armaduras afectadas”.

Estas actualizaciones de las instalaciones se centrarán en la zona dedicada a subastas y una de las mejoras “que se pretende llevar a cabo este año es la renovación de las numerosas filtraciones de agua”, por lo que “se pretende aplicar una solución que ya se utilizó en otras zonas del edificio, recurrir a una sobrecubierta metálica que aporte la estanqueidad necesaria además de aumentar la eficiente térmica de un edificio en el que se sitúan una gran superficie de subasta a temperatura controlada”

Se plantea un trabajo de evaluación estructural dividido en tres fases: “Una primera en la que se estudia la capacidad portante actual y futura (ligada a la sobrecubierta ligera que se pretende colocar) de la estructura existente; una segunda fase en la que se analice el estado de conservación de la estructura existente y las consecuencias que esta pueda aportar a la capacidad portante de la estructura; y una tercera en la que se propondrá una solución global o soluciones de reparaciones puntuales según fuese necesario, para garantizar el correcto comportamiento estructural y de durabilidad de la estructura existente”.

El 18% de las mercancías portuarias se mueven por tren

En 2022, el ramal ferroviario del Puerto transportó 377.873 toneladas de mercancía en un total de 15.515 vagones, es decir, casi 1.300 atravesaron cada mes la plaza de Praceres, a razón de 42 diarios de media. Era el segundo mejor balance de la historia de esta vía ferroviaria desde su estreno hace algo más de dos décadas, en el verano de 2002. Solo se veía superado por el año 2015, cuando se llegó a 428.331 toneladas y 15.847 vagones.

Pero el año pasado ha logrado superar el balance del ejercicio anterior. Sin llegar a los números de 2015, sí se registra un incremento en el movimiento de ferrocarril para tráficos tanto de entrada como de salida del recinto portuario y que alcanzó en 2023 las 383.688 toneladas. “Esto sitúa nuevamente al Puerto de Marín como líder en intermodalidad portuaria con un 18% de participación del ferrocarril en la operativa portuaria”, según indica el presidente de la Autoridad Portuaria, José Benito Suárez Costa. El ejercicio pasado finalizó con un movimiento total de 2.120.417 toneladas de mercancía. En el balance destaca el 13,7% de crecimiento de la mercancía general convencional (no contenerizada), gracias a la recuperación del tráfico de pasta de papel que en 2022 se había visto reducido por el cese temporal de actividad de la fábrica de Ence a consecuencia de la sequía.

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