Sello pontevedrés en el Reto Astrolabio

Tres vecinos de la Boa Vila se embarcan en La Peregrina para viajar a América sin tecnología

Salida fallida, ayer, de La Peregrina desde el muelle do Xufre en A Illa.

Salida fallida, ayer, de La Peregrina desde el muelle do Xufre en A Illa. / Iñaki Abella

En 1486 se aplicó por primera vez el astrolabio, un instrumento de navegación semejante a un péndulo, muy antiguo y rudimentario y que exige mantener la verticalidad (solo ayudado por su peso) para lograr que un rayo de sol atraviese dos orificios minúsculos. Necesita dos personas para ser manipulado, una sujetándolo y otra leyéndolo, y con él se consigue obtener la distancia al Ecuador.

Este antiguo instrumento que empleó Colón será la única ayuda a la navegación de la que dispondrá la tripulación de La Peregrina, la goleta protagonista del Reto Astrolabio. Éste plantea cruzar el Atlántico sin ninguna ayuda tecnológica, replicando las rutas de las antiguas carabelas, a 8 marineros, tres de ellos vecinos de Pontevedra: el aparejador José Cuiñas, la librera Cyntia Menéndez y el cámara Thomas Dylan Harris.

El capitán e ideador del proyecto, el veterano expedicionario Javier Babé, contará a mayores con otros cuatro marineros: su mujer Cristina Gómez, el médico Antonio Grandío, el editor Nieto Diéguez y el pescador José Durán, alias Jobo. Todos ellos están implicados desde hace meses en los preparativos de un viaje que no está precisamente exento de riesgos ni de desafíos.

Thomas Dylan Harris y José Cuiñas, vecinos de Pontevedra que navegarán en la goleta del Reto Astrolabio.

Thomas Dylan Harris y José Cuiñas, vecinos de Pontevedra que navegarán en la goleta del Reto Astrolabio. / FdV

El más importante es que no contarán con ningún apoyo: ni radio, ni sistemas de localización, el rastreo AIS, móviles o siquiera relojes o sextantes. El reto empezará en unos días en La Gomera (ayer realizaron un primer intento de salida desde A Illa y esperarán a que cambie el viento para volver a probar), donde harán las últimas compras y el avituallamiento de producto fresco.

En La Gomera, de donde partirán, todos los dispositivos tecnológicos se guardarán en un cofre que se precintará ante notario. En caso de emergencia, podrían abrirlo “y significaría el fracaso; si todo sale bien, llegará cerrado”, resume la tripulación

En la isla canaria todos los dispositivos tecnológicos se guardarán en un cofre que se precintará ante notario. En caso de emergencia, podrían abrirlo “y significaría el fracaso; si todo sale bien, llegará cerrado”, resume la tripulación.

En adelante, se proponen seguir el mismo trayecto que realizó Colón en su segundo viaje a América, capitaneando la nao María Galante, hasta llegar a La Deseada, una isla cercana a Guadalupe. Cubrirán unas 3.000 millas, alrededor de 5.000 kilómetros, que pondrán a prueba en primer lugar la pericia del capitán: el astrolabio solo permite conocer la latitud pero no la longitud este-oeste. ¿Cómo se determina? Realmente “a ojo”, se estima por millas navegadas y rumbos trazados; y ahí es donde entra el olfato marinero.

Javier Babé con el astrolabio que usarán en la travesía hasta América.

Javier Babé con el astrolabio que usarán en la travesía hasta América. / Iñaki Abella

Para mayor desafío, La Deseada es una isla pequeña, lo que hará todavía más compleja su localización sin ayuda técnica. Es un gran reto incluso para Babé, un amante de todo tipo de exploraciones que protagonizó la primera expedición española a la Antártida y que en La Peregrina se propone realizar su travesía número 42 en el Atlántico, pero la primera sin instrumentos de navegación.

Se proponen seguir el mismo trayecto que realizó Colón en su segundo viaje a América, capitaneando la nao María Galante, hasta llegar a La Deseada, una isla cercana a Guadalupe. Cubrirán unas 3.000 millas, alrededor de 5.000 kilómetros

Otros retos serán físicos para manejar La Peregrina, un velero de 20 metros de eslora y dos palos construido en Argentina en 1984, por parte de una tripulación en la que cuatro marineros superan los 65 años; y, especialmente, psicológicos para soportar la presión y la convivencia durante los aproximadamente 21 días que prevén que durará la expedición.

Nito Diéguez, amigo de Babé desde hace 50 años, explica en este punto que a bordo “la variable clave es la convivencia”. Los marineros resumen esta idea hablando de “larga estacha”. La estacha es el cabo con el que se sujeta la embarcación al puerto “y hay que darle margen para que no tense demasiado, pues eso mismo funciona también para las relaciones”.

El desafío podrá seguirse a través de la web retoastrolabio.com. Se verán dos cursos, el real que emite el GPS del barco (y que la tripulación no ve) y, mediante comunicación unidireccional SMS, con la ubicación que estima el capitán cada día, de modo que a diario los interesados podrán comprobar si hay errores en los cálculos

Los veteranos son todos marineros muy experimentados. El reto será, especialmente, para “los yogurines”, bromean sus compañeros, el cámara Thomas Dylan Harris y Cyntia Menénez, que trabajará a bordo como asistenta de sonido.

El escritor y marino mercante Alfredo Conde será el narrador en tierra.

El escritor y marino mercante Alfredo Conde será el narrador en tierra. / Iñaki Abella

El desafío podrá seguirse a través de la web retoastrolabio.com. Se verán dos cursos, el real que emite el GPS del barco (y que la tripulación no ve) y, mediante comunicación unidireccional SMS, con la ubicación que estima el capitán cada día, de modo que a diario los interesados podrán comprobar si hay errores en los cálculos.

El narrador en tierra será el escritor y marino mercante Alfredo Conde, que interpretará el mapa y comentará el viaje

En este cuaderno de bitácora el narrador en tierra será el escritor y marino mercante Alfredo Conde, que interpretará el mapa y comentará el viaje.

Éste servirá además de base para el libro que pretende escribir Nieto Diéguez. “Javier (Babé) y o navegamos desde niños”, explica. Juntos han vivido grandes experiencias, como haber sido atracados a punta de pistola o crear una compañía que fracasó con la quiebra de Lehman Brothers, que se fundirán en la obra con personajes de ficción ligados al océano, que ha sido durante años su casa.

Y es que el Reto Astrolabio significa para ambos “el final de un trayecto de una vida en el mar”. Como con los vinos, recuerdan, en el Atlántico “hay que decir que es la penúltima, nunca la última” travesía.

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