Los feriantes regresan a sus puestos, sin acuerdo: "Ganamos una batalla, pero no la guerra"

Alrededor de 46 vendedores se instalaron en Rafael Areses, diez menos de lo habitual. Continuarán “luchando” por la Alameda

MERCADILLO EN RAFAEL ARESES, TRASLADADA DESDE AVENIDA DE BUENOS AIRES

MERCADILLO EN RAFAEL ARESES, TRASLADADA DESDE AVENIDA DE BUENOS AIRES / Rafa Vázquez

Gala Dacosta

Tal y como decidió el Concello de Pontevedra esta semana, la feria de los sábados regresa a Rafael Areses, aunque según señalan los ambulantes “no es definitivo”. La resolución, señalaban desde algunos puestos, “fue unilateral por parte del ayuntamiento, nosotros no acordamos quedarnos aquí”, se quejaban.

El sábado, el día amaneció soleado y con todos los ingredientes para hacer del día de feria un éxito en ventas y en ambiente. Sin embargo, los vendedores no lo veían así: “Mira mi puesto, está vacío. Y como el mío, muchos con algunas excepciones”, indicaba la presidenta de la asociación de ambulantes, Marga González.

Si bien es cierto que había gente a la vera del Lérez, muchos pontevedreses paseaban y curioseaban más que comprar. “Ni siquiera nos cerraron y pasan bicicletas a toda velocidad”, se quejan los vendedores. El tema de conversación, por el que preguntaban sin pudor a los ambulantes, era su decisión en cuanto a la ubicación definitiva de la feria.

Ante esta pregunta, no todos contestaban lo mismo: “Lo que queremos es trabajar después de tantos meses. Pero que dejen de marear a la gente de Pontevedra”, decía un ambulante. O “Yo estoy contento aquí”, señalaba otro. También había ambulantes que creían que no todo el mundo estaba informado de la nueva ubicación del mercadillo. Sin embargo, no todos los puestos aparecieron en previsión a la falta de compradores: un total de 46 vendedores, diez menos de los habituales. Algunos están de vacaciones, otros decidieron acudir a otra feria e instalarse allí.

“Ya se veían venir lo que iba a pasar hoy. Estamos hablando entre nosotros y no vendemos igual”, explicó González. Comenta el caso de una pulpeira que “cuando estaba en la Alameda acabó existencias y tuvo que contratar a más personal. ¿Por qué fue eso? Pues porque había mucha gente, más que aquí desde luego”.

Tras la reunión mantenida el martes con la concejala Anabel Gulías, “no llegamos a un acuerdo”. En cambio, “preferimos estar aquí antes que en Buenos Aires”. El objetivo final de los feriantes, en cualquier caso, es llegar a la Alameda, donde apreciaron que las ventas fueron más altas durante el tiempo que allí estuvieron montando sus puestos. Por este motivo, continuarán reivindicando que ese lugar es el más idóneo para instalar el mercadillo de cada sábado.

Para alcanzar la Alameda, continuarán manifestándose cada jueves, si bien han tenido que volver a trabajar después de meses en huelga a partir de julio. Con la reunión para no instalarse en la avenida de Buenos Aires “ganamos una batalla, pero no la guerra”.

Y tienen previstas nuevas movilizaciones y protestas “nuevas y originales” para llamar la atención, como ya hicieron hace unos días con el “funeral” por la “muerte” de la feria ambulante de Pontevedra.

“Lo que queremos es trabajar después de tantos meses de parón”

Los casi cincuenta puestos de la feria no estaban totalmente de acuerdo e incluso una corriente se mostró detractora de las protestas por la Alameda. “Al final, lo que queremos es trabajar después de tantos meses de parón”, indicaba un vendedor. Hay quien no preveía un gran día deventas, por lo que no se instaló en Rafael Areses, y una gran parte de los vendedores mantenía carteles de “Feira na Alameda” en señal de protesta por la ubicación actual en el paseo. La única resolución claramente unánime entre los ambulantes por el momento es la insosnibilidad de la huelga y la necesidad de volver a sus puestos los sábados, continuando las protestas o no.

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