Las cofradías retiran cada día 4 toneladas de algas a las que buscan destino como abono

“Este año está siendo terrible; no damos abasto”, lamenta el patrón mayor de Raxó

La embarcación que transporta la maquina que succiona algas en la ría, atracado en el puerto de Combarro. |   // GUSTAVO SANTOS

La embarcación que transporta la maquina que succiona algas en la ría, atracado en el puerto de Combarro. | // GUSTAVO SANTOS / F. Martínez

Desde el otoño de 2022, las cofradías de la ría (Pontevedra, Lourizán y Raxó), cuentan con una moderna máquina que transportada a bordo de un barco por la ría y remolcada por un tractor por la playa, succiona el exceso de algas. Posteriormente estos organismos se trituran y prensan, obteniendo fardos de unos 500 kilos de peso.

Esta recogida de algas (2,5 toneladas diarias en la playa y 1,5 toneladas en el mar), supone un gran avance en la lucha de las cofradías contra este organismo que enturbia el mar y asfixia el marisco en la arena, pero no llega a solventar el problema. “No damos abasto retirando algas y este año está siendo terrible”, dice el patrón mayor de Raxó, Iago Tomé.

“No damos abasto retirando algas y este año está siendo terrible”

Las algas que se extraen pueden tener una finalidad como compost, o abono natural, pero las cofradías no han logrado aún cerrar este ciclo, por lo que por el momento las están depositando en un terreno designado por la Xunta para ello. “Es un paso que tenemos que dar cuanto antes, porque es una pena no aprovechar este recurso que siempre fue muy valorado en la agricultura”, apunta la patrona mayor de Lourizán, Maricarmen Vázquez.

Las “Roombas del mar” –como la definió Vázquez Nores– consisten en dos sistemas diferentes de recogida de algas, uno ideado para el marisqueo a pie y otro a bordo de un barco, con los que se succionan las algas y se empacan.

En el caso de la recogida en el espacio subacuático, el mecanismo desarrollado por la empresa Demaux no arrastra el fondo y por lo tanto no perjudica al banco marisquero. En cada jornada de trabajo retira aproximadamente 1,5 toneladas de alga ya prensada.

Uno de los fardos de algas succionadas del mar. |   // FDV

Uno de los fardos de algas succionadas del mar. | // FDV / F. Martínez

En el caso de la recogida en tierra, se trata de un aparato diseñado por la empresa Maquinaria Guerra Golada, que también dispone de un sistema de sustracción de las plantas marinas que a la vez elimina la mayor parte del agua que contienen y seguidamente las convierte en fardos. La máquina está remolcada por un tractor y en este caso se compactan unas 2,5 toneladas cada día.

Supone en ambos casos una importante retirada de estos organismos dañinos para los bancos marisqueros, pero el resultado nunca es suficiente, como explican los patrones mayores.

Este verano está siendo particularmente cálido, con lo que aumenta la reproducción de las algas que asfixia a almejas y berberechos.

En todo caso, como también explican los portavoces de los profesionales del mar, la producción de algas nunca es estable, depende de muchos factores, como las mareas y la reproducción de los propios organismos.

También el trabajo de estas máquinas está condicionado por la acción de las mareas y por la labor diaria de las propias cofradías, que se turnan en el uso de los artilugios, según sus propios planes de trabajo: extracción, limpieza, seguimiento, siembra, etc.

Pero la labor de estas “Roombas del mar” está siendo en todo caso muy beneficiosa para la actividad de las cofradías del fondo de la ría de Pontevedra, desde Placeres hasta Sanxenxo, ya que la presencia de algas es uno de sus mayores problemas. “Intentamos sacarles el máximo provecho”, como explica el patrón mayor de Raxó.

Máquina compactadora de algas en tierra.

Máquina compactadora de algas en tierra.

Estas máquinas tienen un coste cercano a los 160.000 euros en el caso de la barredora de tierra y de casi 117.000 en la de a bordo. El proyecto fue impulsado por la lonja de Campelo y fue financiado por el Grupo de Acción Local del Sector Pesqueiro Local (GALP) Ría de Pontevedra, con las subvenciones de la Xunta de Galicia y la Unión Europea.

Con estos instrumentos se ahorran muchas horas del trabajo que antes hacían pescadores y mariscadores de forma manual.

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