Entrevista | Ángel Moldes Alcalde electo de Poio

“Uno de los ejes de la campaña fue explicar a la gente que Luciano Sobral ya no era candidato”

“Ser ahora del PP de Poio es muy fácil, pero serlo hace trece o catorce años era muy complejo”, asegura el popular, que logró la mayoría absoluta para su partido

Ángel Moldes ante el edificio consistorial de Poio, ayer, un día después del 28-M.  // GUSTAVO SANTOS

Ángel Moldes ante el edificio consistorial de Poio, ayer, un día después del 28-M. // GUSTAVO SANTOS / Ana López

El poiense Ángel Moldes ha hecho historia al lograr la mayoría absoluta para el PP en el municipio de Poio, poniendo fin así a casi tres décadas de gobierno nacionalista. El listón dejado por Luciano Sobral, uno de los alcaldes más carismáticos de Galicia, es muy alto, así que el popular tiene por delante un duro trabajo y una gran responsabilidad para demostrar que la elección de los vecinos ha sido la acertada. Ilusión no le falta y apoyo tampoco, ya que él fue en su momento la apuesta personal de Alfonso Rueda, actual presidente de la Xunta de Galicia, para el ayuntamiento.

– ¿Cómo está siendo esta resaca electoral?

– Pues la verdad es que estoy muy feliz, sobre todo por ver a mucha gente que contribuyó y colaboró con nosotros que está contenta y satisfecha. Para mí es muy importante tanto por los que se incorporaron este año a la candidatura, que lo tuvieron más fácil, como por los que llevaban muchos años, porque me gusta ser agradecido y echar la vista atrás y no olvidar de dónde venimos. Hay gente que lleva treinta años sin poder celebrar una victoria ni poder gobernar, aguantando el partido. Ser ahora del PP de Poio es muy fácil, pero serlo hace trece años o catorce era muy complejo, porque era la mejor época de Luciano Sobral, del BNG en Poio. Eso era algo muy complicado y por eso quiero dedicar esta victoria a todas esas personas: fundadores, afiliados... que lo pasaron mal. Supieron estar ahí apoyando hasta que llegamos nosotros y pudimos hacer historia, porque es la primera vez en la que el PP de Poio va a gobernar con mayoría absoluta en nuestro concello.

– ¿Qué fue lo que le animó a usted a meterse en política?

– Yo vengo desde muy joven del mundo de las asociaciones, los clubs, eventos... en el concello. Un día vienen a hablar conmigo Alfonso Rueda y Javier Domínguez para proponerme ir de concelleiro. Ahí yo ya reflexioné. Yo sabía que teníamos que cambiar, que el municipio tuviera cosas distintas. Solo había dos formas de hacerlo: o mirar desde fuera y criticar y opinar o involucrarme en un proyecto e intentar buscar desde ahí. Entonces empiezo en política. En la primera ocasión fui, si mal no recuerdo de tercero o cuarto, y a partir de ahí ya asumí la portavocía del partido.

– Y se presenta a la Alcaldía tres veces...

– Sí, y ha sido en esta tercera cuando la conseguimos.

"Un día vienen a hablar conmigo Alfonso Rueda y Javier Domínguez para proponerme ir de concelleiro"

– Entre las llamadas de felicitación que habrá recibido destaca la del propio Rueda. ¿Cuál ha sido su mensaje en esta ocasión?

– Me felicitó y me agradeció el trabajo constante y que nunca me hubiese aburrido de tantos años sabiendo que era un proyecto a medio y largo plazo. También me dijo que hace cuatro años cuando me quedé a la puerta, al día siguiente estaba trabajando intensamente. Lo que yo entendí en su mensaje es que más que la victoria del domingo me quería agradecer los años de tanto trabajo y no venirme abajo estando en la oposición, donde, como digo yo siempre, hace mucho frío.

– ¿Cuáles son las claves que llevaron en esta ocasión al PP a ganar en Poio? Habrá sido fundamental que Luciano Sobral no se presentase en estos comicios...

– Sí, nosotros hace cuatro años ya habíamos recuperado casi mil votos de Luciano Sobral. Está claro que el voto que intentamos captar era el de los ciudadanos que le votaban pero no eran del BNG, que te decían abiertamente “yo no soy del Bloque pero voto a Luciano Sobral”. Ese fue uno de los ejes de la campaña: explicar a la gente que no iba a ser él el candidato, que ahora sí iban a votar ya al BNG. Fue fundamental. Además, una de las cuestiones que más desapego creó en los vecinos de Poio fue el tema de “los tres alcaldes”. Apostamos por este término coloquial, que caló y nos llevó a la victoria. La gente estaba cansada de tres gobiernos distintos, tres presupuestos... Esa marca llevó a que la gente tanto del PSdeG y del BNG nos votase. Yo siempre dije que el hecho de que PSdeG y Avante fuesen juntos no iba a gustar a la gente.

"Nuestra primera medida será tener el control sobre ese gasto"

– Por otro lado, está la manifestación contra un presunto cierre del puente de A Barca que se celebró a pocas semanas de las elecciones...

– El análisis que hago de esto es que los vecinos de A Caeira o Boa Vista no piden grandes infraestructuras porque muchos de ellos no hacen vida allí, sino en Pontevedra. Allí solo había dos problemas: la falta de presión de agua y el problema de la movilidad. Sobre lo primero ya no nos hemos comprometido a contemplarlo en el próximo contrato del agua y sobre lo segundo, hay que decir que les molestó y afectó mucho el cierre de Reina Victoria en Pontevedra y la posibilidad de que se limite el tráfico en Echegaray y el entorno de la Alameda. Echaron en falta que el BNG y el PSdeG levantaran la voz y protestaran contra esas medidas. Para nosotros activó mucho el voto en San Salvador y animó a que los vecinos saliesen a votar.

– ¿Cuáles son las prioridades de Ángel Moldes y su equipo en cuanto tomen posesión?

– Poio tiene un problema grave: somos el concello con más deuda de toda la provincia. Así que nuestra primera medida será tener el control sobre ese gasto. No sabemos lo que le debemos a los bancos. En estos últimos meses se hizo mucha obra para intentar comprar votos y eso nos preocupa. Queremos trabajar mano a mano con los propios funcionarios, y eso lo dije ya en la propia campaña, con la interventora, el tesorero, el personal del área económica... hacer una auditoría, mirar todas las facturas que se deben, todos los trabajos que se hicieron y están sin pagar y, del presupuesto, saber cuáles son las partidas que ya están agotadas. A partir de ahí, analizar de dónde partimos para saber qué debemos y empezar a trabajar.

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