El miedo tras los incendios de 2017 sigue presente: “Esto está para arder otra vez”

Los 131 fuegos en el área de Pontevedra el año pasado, que arrasaron más de mil hectáreas, han sido los más destructores desde entonces

Paseo ayer con Dulcinea y Violeta, dos de las tres yeguas de Hípica Amazonas heridas en Ponte Caldelas en 2017, ya recuperadas.  // GUSTAVO SANTOS

Paseo ayer con Dulcinea y Violeta, dos de las tres yeguas de Hípica Amazonas heridas en Ponte Caldelas en 2017, ya recuperadas. // GUSTAVO SANTOS / Ana López

Con temperaturas casi propias del verano, de máximas de 28 grados ayer y una predicción de 27 para hoy martes, es inevitable que los vecinos del rural y los propietarios de terrenos y de montes comunales no comiencen a pensar en la temporada de incendios.

La Xunta ya presentó la semana pasada el Plan de Prevención de Incencios Forestais, que incluirá charlas, formación y diversas acciones destinadas a evitar los fuegos y sus terribles consecuencias tanto medioambientales como económicas y personales.

El año pasado fue uno de los que peores cifras dejó en el distrito XIX, el del área de Pontevedra, ya que se registraron 131 incendios y se quemaron 1.057,58 hectáreas, según los datos facilitados a FARO por la Consellería de Medio Rural.

Las cifras recuerdan a las registradas en el año 2017, el peor sin duda de la última década, que tanto castigo a concellos como Ponte Caldelas o Cerdedo-Cotobade, con 148 fuegos y 1.302 hectáreas quemadas, la mayoría de arbolado.

Hay que recordar que el distrito forestal Caldas-O Salnés, el XIX, abarca tres demarcaciones. La demarcación de Pontevedra incluye los concellos de Campo Lameiro, Cerdedo-Cotobade (aunque solo parcialmente), Ponte Caldelas y A Lama.

La capital está incluida en la demarcación de O Morrazo, en la cual se encuentran también los municipios de Marín, Vilaboa, Bueu, Cangas y Moaña.

En cuanto a Caldas-O Sanés, que es la demarcación que da nombre al distrito, es la más amplia y la componen: Barro, Caldas, Cuntis, Portas, Poio, Sanxenxo, Catoira, Pontecesures, Valga, A Illa de Arousa, Cambados, O Grove, Meaño, Meis, Ribadumia, Vilagarcía y Vilanova de Arousa.

Giro en la tendencia

Quizá las consecuencias de aquel nefasto 2017 provocaron mayor vigilancia y medidas preventivas que se tradujeron en unas cifras más benignas al siguiente año, el 2018, con 115 incendios y 60,5 hectáreas quemadas. Al año siguiente, de hecho, fueron muy similares: 112 fuegos y 81,5 hectáreas asoladas, siempre según los datos de la Consellería de Medio Rural.

El distrito XIX abarca Pontevedra, Caldas-O Salnés y O Morrazo

El de la pandemia del COVID, lejos de provocar una caída en los números, como se podría esperar por los continuos confinamientos, dejó 130 incendios y 203 hectáreas destruidas.

En 2021 el balance fue de 62 y 139, respectivamente, de modo que el año pasado se multiplicó por más de dos el número de fuegos y casi por diez las hectáreas quemadas, con 131 y 1.056.

Prohibidas las quemas

Desde el pasado 29 de marzo están prohibidas las quemas de restos agrícolas y forestales realizadas por particulares en Galicia. Esto implica que no se dan más permisos y los ya concedidos quedarán en suspenso.

Solo quedan excluidas de esta prohibición las quemas controladas que ejecuta el servicio de prevención y defensa contra los incendios forestales de la Xunta, debiendo estar correctamente planificadas y con disponibilidad de los medios de extinción precisos.

De hecho, en el Plan de Prevención de Incendios Forestais 2023, presentado la semana pasada por la Xunta, se contempla la gestión de biomasa forestal en zonas estratégicas mediante técnicas silvícolas adecuadas. También fomenta actuaciones silvopastorales y pasteras, así como el desarrollo de un plan de quemas, que deben estar avaladas por los técnicos del Centro de Investigación Forestal de Lourizán, con el fin de reducir la biomasa en lugares estratégicos.

Medio Rural facilita para denuncias el teléfono gratuito 900 185 085

El plan se estructura en dos grandes bloques. Por un lado, la programación de medidas y acciones dirigidas a la población, y, por otro, las centradas en el territorio.

Asimismo, la Consellería de Medio Rural pide colaboración de la ciudadanía para que extreme las precauciones y denuncie cualquier actividad delictiva incendiaria de la que tenga conocimiento en el teléfono anónimo y gratuito 900 815 085, dado que hasta nuevo aviso no está permitido el uso del fuego para ninguna actividad agrícola y forestal para particulares. Además, la Consellería recuerda que está a disposición de la ciudadanía el número de teléfono gratuito 085, al que deben llamar en caso de detectar algún fuego forestal.

"Ardía todo. ¡Como para olvidarlo!"

El miedo que pasaron hace seis años en Hípica Amazonas, en A Insua, Ponte Caldelas, no se les olvidará jamás. Aquél fatídico mes de octubre de 2017 estuvieron a nada de perder a todos sus caballos, 117, cuando el fuego rodeó las instalaciones. Finalmente, solo tres de ellos, tres yeguas que huyeron despavoridas, resultaron heridas y fueron recuperadas. “Ahora ya se encuentran trabajando de nuevo”, explica Víctor Pereira, propietario de la hípica, que lamenta que “esto está para arder otra vez”.

El recinto está rodeado de fincas de particulares y la parte más alejada, monte arriba, es de la Comunidade de Montes. “El alcalde envió una notificación a todos informando de que hay que hacer una limpieza en determinados metros, y algunos sí limpiaron, pero el fuego llega mucho más rápido de lo que se piensa”, afirma. Celebra, eso sí, el milagro de la naturaleza, con la recuperación de la zona perfectamente tras los fuegos. “Nosotros intentamos que esto esté lo más limpio posible, en lo que está a nuestro alcance, pero tampoco voy a limpiar el terreno de otros”, asegura.

Además de estas instalaciones, tienen dos parcelas alquiladas en terreno comunal en Chaín, con más caballos. En total en la actualidad Hípica Amazonas cuenta con 156 equinos. “El otro día había un poco de humo en Silvoso y mi hija ya se puso nerviosa y fue a mirar. Al final no era nada, pero es que lo que nos pasó no se olvida en la vida. Éramos siete personas atendiendo a más de cien caballos. Ardía todo. ¡Como para olvidarlo!”, concluye Pereira.

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