Una red de parkings periféricos para retirar tráfico de las zonas de bajas emisiones

Propuesta de aparcamiento en Lourizán, entre la PO-546 y el ramal ferroviario al Puerto.

Propuesta de aparcamiento en Lourizán, entre la PO-546 y el ramal ferroviario al Puerto. / FdV

Desde el pasado mes de enero está en vigor la nueva normativa de creación de zonas de bajas emisiones en las grandes ciudades, un sistema destinado a reducir la presencia del vehículo privado en los centros urbanos. Cada urbe ha optado por sus propias soluciones para hacer frente a este reto y en el caso de Pontevedra se apuesta por una zona única que englobe toda la ciudad con el argumento de que buena parte de ella ya tiene restringido el paso del tráfico.

Plano del recinto en Ameal, junto a la  variante de Marín. |   // FDV

Plano del recinto en Ameal, junto a la variante de Marín. | // FDV / Nicolás Davila

Por su parte, la Consellería de Infraestruturas ha puesto su propia contribución a la aplicación de estas zonas “sin humos” y ha diseñado una amplia red de aparcamientos disuasorios en la periferia de algunas localidades y cerca de vías de alta capacidad. Con la dotación de aparcamientos disuasorios en zonas próximas a las principales vías de entrada a las ciudades de Galicia y conectados con la red de servicios de transporte público colectivo, se pretende “minimizar la necesidad de acceder a ellas en vehículo privado, contribuyendo de esta forma a la implantación de zonas de bajas emisiones en esas ciudades”.

En el caso de la comarca de Pontevedra ya se han aprobado los proyectos de Ameal (Marín) y Lourizán (Pontevedra) y se ha descartado otro en Caldas por elegirse un terreno ya reservado para otros usos. Pero en cartera están dos parkings más en Sanxenxo, cerca de la vía de O Salnés, así como otros dos en O Morrazo, cerca de Vilaboa, y dos más en Vilagarcía y Ribadumia.

Rutas peatonales o ciclistas

Según se destaca en el plan autonómico, “los aparcamientos proyectados podrán estar conectados con plataformas reservadas para el transporte público y con itinerarios peatonales y ciclistas, para fomentar la movilidad sostenible, facilitando el acceso desde los aparcamientos disuasorios a las estaciones intermodales, y fomentando el uso compartido de vehículos y otros sistemas de transporte de bajo impacto ambiental”. Añade que “podrán disponer de puntos de recarga eléctrica, puntos de alquiler de bicicletas, zonas verdes y otros sistemas de reducción, captura y/o compensación de gases de efecto invernadero”.

Los “principales objetivos que se persiguen con el proyecto y dimensionamiento de los aparcamientos disuasorios” son variados: En el apartado de movilidad sostenible se apuesta por la “reducción de los desplazamientos en vehículos privados y de las congestiones en los accesos a las ciudades, aumentar el desplazamiento en transporte público y con vehículos de movilidad personal; promover el uso del coche compartido, instalar puntos de recarga de vehículos eléctricos y de estaciones de bicicletas”. En cuando a la movilidad segura se quiere “reducir el número de desplazamientos en vehículos privados, lo que supondrá una menor probabilidad de accidentes; y proporcionar una instalación segura para el estacionamiento de los vehículos. En cuanto a la movilidad conectada, se apuesta por “aumentar la información al usuario mediante sistema tipo MAAS (Mobility As A Service) o la instalación de pantallas con los datos de disponibilidad de plazas y conectividad con el transporte público e incluso mediante app móvil”.

Las primeras 153 plazas previstas, en Ameal y Lourizán

La Xunta ya ha aprobado los proyectos para la ejecución de dos aparcamientos disuasorios, en Ameal (Marín) y en Lourizán (Pontevedra). El primero de ellos se ubicará en una parcela de 3.000 metros cuadrados. Tendrá acceso desde la EP-1202 y ofrecerá 82 plazas (79 en batería y tres en línea), y tres de estas plazas serán para personas con movilidad reducida. También contará con tres puntos de recarga para vehículos eléctricos. Se diseña con carriles de circulación interior de 4,20 metros de ancho y sentido único y una banda perimetral de recorrido peatonal de ancho variable con un mínimo de 1,80 metros. Se proyectan también aceras alrededor del área de estacionamiento y áreas verdes en el centro y en los bordes del estacionamiento, donde se instalará iluminación y arbolado. Además, a petición del Concello, se colocará una marquesina.

Por su parte, el de Pontevedra se localiza entre el acceso al Pazo de Lourizán y la intersección con O Rozo, con una inversión de 500.000 euros. Se integra además en el proyecto de transformación integral de la carretera vieja entre Marín y Pontevedra, “para conformar un eje de movilidad sostenible como una inversión total de más de nueve millones de euros”, según subraya la consellería. Se habilitarán un total de 71 plazas en este aparcamiento, de las cuales se reservan dos para personas con movilidad reducida y la actuación se complementa con iluminación pública, videovigilancia, o la preinstalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos. Este aparcamiento se sitúa en una vía principal de comunicación entre Pontevedra, Marín y el resto de la comarca de Morrazo y hace así funciones de aparcamiento disuasorio para un uso compartido de vehículos y el fomento del transporte público. El levantamiento de las actas previas de las expropiaciones se realizará en el segundo trimestre de este año y se prevé licitar las obras en marzo, para comenzarlas tras el verano, según informó el gobierno gallego, que asegura que mantiene el impulso de los proyectos promovidos al amparo de los fondos Next Generation para fomentar la movilidad sostenible en el entorno de las ciudades y villas gallegas, a los que se destinará este año una inversión de 29,3 millones de euros. Debido a la envergadura del aparcamiento, este proyecto se ha hecho de forma singular y se sometió a información pública simultáneamente al proyecto global de la PO-546.

Descartado el proyectado en Caldas de Reis

Uno de estos aparcamiento disuasorio estaba previsto en Caldas pero finalmente se ha caído de la lista porque la parcela elegida ya está ocupada. Un particular alegó que en ese mismo lugar está en tramitación la construcción de una gasolinera, por lo que no es posible ejecutar el recinto diseñado por el gobierno gallego. Estaba previsto en la zona de Saiar, con una superficie de 2.100 metros cuadrados situada entre las carreteras N-640 y PO-305 en la que habría 72 plazas de aparcamiento y tres puntos de recarga. Sí siguen adelante los previstos en Barrantes (Ribadumia) y en Coruxo (Vilagarcía de Arousa), también aprobados por la Xunta. En concreto, el aparcamiento previsto en Vilagarcía tendrá una capacidad para un total de 59 plazas. El otro se ubicará cerca del centro de Barrantes, en Ribadumia, en una explanada contigua a la carretera provincial EP-9405 y bordeado por el río San Martiño, ya dedicado a estacionamiento de vehículos Tendrá una capacidad de 77 plazas, todas en batería, con dos plazas reservadas para personas con movilidad reducida. El objetivo es la promoción del uso compartido de vehículos, lo que en este caso favorece los desplazamientos entre la zona del Salnés y las de Pontevedra, Vigo y Santiago de Compostela y contribuir así a la puesta en marcha de zonas de bajas emisiones en ellas.

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