Nos vemos en los tejados de la catedral

El buen tiempo ha permitido reanudar esta visitas turísticas guiadas, un recorrido lúdico por las alturas de esta seo, dedicada a San Martiño, y alguna de sus curiosas leyendas

Participantes en una de la visitas guiadas, ayer, por los tejados de la catedral de Ourense.

Participantes en una de la visitas guiadas, ayer, por los tejados de la catedral de Ourense. / Iñaki Osorio

M.J.A.

Adentrarse en las “tripas” de la catedral de San Martiño y ascender, a través de escaleras con más de diez siglos de historia a sus tejados, para conocer alguno de los pasajes más curiosos de esta joya del arte sacro, al tiempo que se disfruta de otra vista de Ourense, más cerca del cielo.

Todo esto y mucho más es lo que ofrecen las visitas guiadas por los tejados de la catedral, un recorrido distinto y lúdico, que se ha retomado hace escasos días, tras casi un año de parón por motivos técnicos y por las pertinaces lluvias.

Ayer, de la mano de Virginia Osorio, una de la guías que atiende a los turistas que llegan a la ciudad y quieren apuntarse a alguna de las visitas que ofrece Artisplendore, la firma que gestiona este servicio en la catedral de Ourense, un grupo de 21 personas participó en este itinerario, la mayoría de las cuales eran vecinos y vecinas de Ourense, no turistas, algo poco habitual, que no habían tenido la oportunidad de conocer esa nueva visión de la seo desde sus tejados.

Virginia, la guía, durante el recorrido de ayer. |   // IÑAKI OSORIO

Virginia, la guía, durante el recorrido de ayer. / IÑAKI OSORIO

Carla Delgado, Luz Ocampo o Jorge Llanes fueron algunos de los amigos y compañeros de trabajo que decidieron vivir esta experiencia porque “aunque conocíamos la catedral, no habíamos hecho esa visita; a menudo cuando te preguntan qué ver en Ourense, no te acuerdas de hablarles de esta posibilidad de ver la catedral desde su cima”, apuntó Luz.

Jorge, un asturiano “con carné ya de ourensano, por los años que llevo aquí afincado” , tenía especial interés en disfrutar de cerca el cimborrio catedralicio, otra de la joyas de este monumento, que será sometido a medio plazo a una restauración, y que se eleva a 28 metros de altura desde el suelo.

Una visita que, finalmente, según las guías, se hace sin entrar en la balconada por la peligrosidad. “No haremos visitas al cimborrio hasta que se haga la obra, que incluye alguna medida de protección ante posibles caídas”, explican.

Ayer, en este grupo matinal, los turistas fueron minoría. Solo dos parejas procedentes de Barcelona y Madrid, como Ana Adela y José, que pasan unos días de estancia en el balneario de Lobios y “estamos haciendo también visitas por la provincia y hoy toca la catedral”.

Virginia Osorio fue la encargada de guiar esta visita tan informativa como lúdica, “porque se trata de hacerla agradable a la gente, no meterse en fechas históricas, que disfruten con relatos y anécdotas ya una vez en los tejados. La visita al interior de la catedral es ya más técnica”, advierte.

La guía hizo una breve reseña histórica del origen y función que tuvo este edificio religioso, que fue además fortaleza, y su influencia en el desarrollo urbano “y siempre optamos por introducir alguna leyenda vinculada a la catedral, como la de Santa Eufemia, la de San Martín o la del Santo Cristo”. ¿Quién no ha oído, no sin recelo, el mito de que al Santo Cristo de Ourense le crece la barba?

La leyenda sorpresa fue una vez más la de Santa Eufemia, al ser la menos conocida. Es muy curiosa, porque explica el motivo por el cual hay reliquias de Santa Eufemia en Ourense, considerada una evangelizadora en la época romana en la Baixa Limia.

“La leyenda dice que en un lugar entre Braga (Portugal) y Ourense apareció una tumba de la que salía una mano con un anillo. Una pastora le quitó el anillo, pero enmudeció al momento. Solo recuperó el habla cuando devolvió la sortija a esa mano, que era la de Santa Eufemia”, explicó Virginia.

Cierto o no, quedarse con la tutela de los restos de la santa creó un conflicto entre la diócesis lusa y la ourensana. Finalmente, acordaron izar la tumba a un carro tirado por un buey, por lo que fue un astado, al tirar en dirección a Ourense, el que decidió el destino de la santa.

No cabe duda de que historia y leyendas, narrados desde un tejado y disfrutando de cerca de cimborrio, torre de San Martiño y del Reloj, está siendo un cóctel que atrae cada día a más visitantes.