Un homicidio intencionado, una autoría por omisión de auxilio o la inocencia, las opciones para el jurado en el juicio de Nerea Añel

La vista por el presunto crimen de la joven ourensana en 2020 comienza el lunes con el interrogatorio del novio acusado y la inspección ocular del lugar de los hechos por parte del jurado

El jurado inspeccionará el lunes el lugar de los hechos.

El jurado inspeccionará el lunes el lugar de los hechos. / FDV

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Nueve integrantes del jurado popular dictarán el veredicto en el juicio por la muerte violenta de la joven ourensana Nerea Añel, fallecida el 15 de enero de 2020. Las sesiones comienzan el lunes y el único acusado es el hombre que era su novio desde un par de meses antes, Julio G. S., que permanece en prisión por otras causas. Tiene un amplio historial delictivo, con múltiples hurtos y robos relacionados con su adicción a las drogas. La Fiscalía y la acusación particular solicitan 14 años de cárcel por un delito de homicidio, pero su postura sobre cómo ocurrieron los hechos difiere, así como la calificación del tipo penal.

El ministerio público acusa al novio de un homicidio por omisión, al considerar que, pudiendo salvar a la joven tras una caída, la dejó malherida en vez de pedir ayuda en un motel próximo del municipio de Barbadás, en el que ambos habían estado antes. En cambio, la acusación particular cree que el homicidio fue intencionado. Por su parte, la defensa alega que Julio G. S. no tuvo nada que ver con la muerte de Nerea y que no se encontraba en el lugar en el que ocurrió, porque habían separado sus pasos antes, tras salir del motel. La joven tenía 26 años. El juicio coincidirá con la fecha de su nacimiento (22 de febrero de 1993). El próximo jueves habría cumplido 31 años.

La Audiencia Provincial acoge este juicio entre el 19 y el 23 de febrero. Están citadas una treintena de personas, entre testigos y peritos. El lunes, tras la elección de los nueve titulares y dos suplentes del jurado, la vista comenzará con una introducción de las partes y el interrogatorio del encausado. A petición del fiscal, la inspección ocular del lugar de los hechos será el primer día del juicio, en lugar del último.

El motivo es que los encargados de dictar el veredicto puedan conocer el entorno del motel así como el camino próximo por que el que, después de un desvío, se puede llegar al lugar en el que los restos mortales de Nerea Añel fueron localizados en septiembre de 2020. La Fiscalía considera que inspeccionar la zona antes de escuchar a testigos y peritos permitirá al jurado hacerse una composición mejor de la escena.

Los restos mortales de la joven fueron hallados en septiembre de 2020 en Barbadás, ocho meses después de su desaparición.

Los restos mortales de la joven fueron hallados en septiembre de 2020 en Barbadás, ocho meses después de su desaparición. / I. OSORIO

Nerea Añel desapareció en enero de 2020, después de la noche de Reyes, fecha en la que fue vista por última vez por su madre Belén. La ourensana fue víctima con 26 años de un posible crimen que tardó en descubrirse ocho meses. El 15 de enero de 2020, sobre las 20.40 horas, tras pedir los servicios de un taxi, una empleada del motel les dijo que el conductor no acudiría “al haber sido alertado de un previo hurto efectuado por la pareja a otro taxista esa misma tarde”, relata la Fiscalía.

“En caso de haber recibido pronta asistencia médica”, la joven “podría haber sobrevivido”, dice la Fiscalía

“En la creencia de que se había avisado también por la responsable del establecimiento a la Guardia Civil” –añade el ministerio público en su escrito–, la víctima y el investigado huyeron a la carrera a través de un sendero que bordea el motel, a la orilla de un arroyo. La defensa niega que Julio esté implicado en la muerte, y alega que ambos separaron sus pasos antes.

En ese trayecto, Nerea “sufrió una caída que le produjo un grave traumatismo cráneo-vertebral, con lesiones que le ocasionaron un estado de inconsciencia de tiempo no estimado y que finalmente determinaron su muerte”, dice el fiscal. Advierte de que, “en caso de haber recibido pronta asistencia médica”, la joven “podría haber sobrevivido”.

Sin embargo –añade la Fiscalía en su escrito de calificación–, “lejos de solicitar ayuda en el motel, situado a unos 200 metros”, Julio presuntamente cargó con el cuerpo de Nerea, avanzó con él por una pendiente pronunciada y lo depositó cerca del cauce del río, donde murió.

La acusación particular considera que el homicidio fue un acto intencionado. Sostiene esta parte que llegar desde el camino próximo al hotel hasta el lugar donde apareció el cadáver requiere desviarse, con dos posibilidades de bajada por una pronunciada pendiente y, por tanto, llegar allí sugiere un propósito, entiende esta parte.

Dos testigos observaron agresiones machistas previas

Alude además a las coartadas que dio Julio tras la desaparición y que revelaron contradicciones, así como a indicios de violencia machista contra Nerea. Dos testigos declararon que vieron a Julio dando un cabezazo a la víctima en días distintos, en diferentes pisos del barrio de Covadonga.

“A mi hija Nerea no me la van a devolver, pero espero que su asesino pague”, afirmó la madre hace unos días en declaraciones a este periódico.

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