El juicio con jurado por el homicidio de la joven Nerea Añel comienza el 19 de febrero

El novio se enfrenta a 14 años de prisión

La acusación particular cree que la mató y el fiscal sostiene que, en vez de pedir ayuda tras sufrir ella una caída, abandonó su cuerpo junto a un arroyo

Un cartel con la imagen de la joven ourensana Nerea Añel, en una concentración de familiares y allegados, en 2022. |   // FERNANDO CASANOVA

Un cartel con la imagen de la joven ourensana Nerea Añel, en una concentración de familiares y allegados, en 2022. | // FERNANDO CASANOVA / J. Fraiz

Javier Fraiz

Javier Fraiz

La ourensana Nerea Añel fue víctima con 26 años de un posible crimen que tardó en descubrirse ocho meses, desde su desaparición en enero de 2020 hasta el hallazgo del cadáver en septiembre de ese año. Su novio, Julio G. S., que está en prisión por otras causas –tiene múltiples antecedentes, sobre todo por robos ligados a su drogadicción–, fue la última persona en ser vista con Nerea Añel. La Fiscalía solicita 14 años de cárcel y la acusación particular pide una pena similar.

Estas dos partes coinciden en que el novio tuvo responsabilidad en la muerte violenta de la joven, pero mientras la acusación particular descarta una causa fortuita y considera que el joven es autor de un homicidio consumado, la Fiscalía le atribuye el delito por omisión, al entender que no le prestó asistencia, sino que la dejó morir después de que ella sufriera una caída mientras ambos huían por un sendero. La defensa planteará la absolución tras sostener, en la fase de instrucción, que ambos habían separado sus caminos tras estar juntos en un motel de Barbadás. Julio G. S. niega relación alguna con la muerte violenta de Nerea.

Las distintas posturas serán expuestas ante un tribunal del jurado, que dictará el veredicto. Ayer, la Audiencia Provincial de Ourense notificó a las partes el auto de hechos justiciables, señalando el 19 de febrero como fecha para la conformación del tribunal popular –serán nueve titulares y dos suplentes, elegidos mediante recusaciones de entre la veintena de aspirantes actuales– y el inicio de las sesiones de juicio. No se concreta aún cuánto durará la vista, ni el número de personas que serán llamadas a declarar. El tribunal requiere a las partes para que aporten sus propuestas, en base a las cuales decidirá la sala.

Nerea Añel desapareció en enero de 2020, después de la noche de Reyes, fecha en la que fue vista por última vez por su familia. La búsqueda se centró en las inmediaciones de un motel en Barbadás, al que había acudido con su novio, pero no se encontró ningún rastro en las batidas. En septiembre de ese mismo año, unos excursionistas hallaron sus restos en una zona boscosa, a unos 250 metros del motel. La autopsia reveló que había sufrido una muerte violenta.

Jueza y policías cerca del lugar donde aparecieron los restos de Nerea Añel.

Jueza y policías cerca del lugar donde aparecieron los restos de Nerea Añel. / IÑAKI OSORIO

El 15 de enero de 2020, la víctima y el acusado se registraron en un motel de Barbadás. En torno a las 20.40 horas, tras pedir los servicios de un taxi, una empleada del hotel les dijo que el profesional no acudiría “al haber sido alertado de un previo hurto efectuado por la pareja a otro taxista esa misma tarde”, indica la Fiscalía en su escrito. Según esta versión, “en la creencia de que se había avisado también por la responsable del establecimiento a la Guardia Civil”, la víctima y el investigado huyeron a la carrera a través de un sendero que bordea el motel, paralelo a la carretera y a la orilla izquierda de un arroyo.

“En caso de haber recibido pronta asistencia médica, podría haber sobrevivido”

En el transcurso de este trayecto, Nerea “sufrió una caída que le produjo un grave traumatismo cráneo vertebral, con lesiones que le ocasionaron un estado de inconsciencia de tiempo no estimado y que finalmente determinaron su muerte”, dice el fiscal. Advierte de que, “en caso de haber recibido pronta asistencia médica”, la joven “podría haber sobrevivido”. Sin embargo –añade la Fiscalía en su escrito–, “lejos de solicitar ayuda en el motel, situado a unos 200 metros”, Julio presuntamente cargó con el cuerpo de Nerea, avanzó con él por una pendiente pronunciada y lo depositó cerca del cauce del río, con la supuesta intención de no ser incriminado.

Policías y comitiva judicial, durante una reconstrucción junto al motel en el que estuvieron víctima y acusado.

Policías y comitiva judicial, durante una inspección junto al motel en el que estuvieron víctima y acusado. / F. CASANOVA

Horas más tarde, el joven regresó al motel y se encontraba nervioso, según el fiscal. Reclamó entrar en la habitación en la que había estado con su novia, pero no se lo permitieron. Al día siguiente se presentó otra vez, para exigir el dinero de una habitación que no había disfrutado. Sus contradicciones tras la desaparición –dijo que no había visto a la joven cuando presuntamente fue el último en estar con ella, y también manifestó que es posible que estuviera en la cárcel–, así como testimonios de personas que relataron incluso que llegó a propinarle cabezazos en público, fueron indicios para su detención por estos hechos.

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