La imagen de Manuel contra la injusticia un año después de su muerte por el derrumbe de un muro en el instituto

El 26 de octubre de 2022, después de la clase de gimnasia, Manuel, un alumno de 15 años de Tercero de la ESO, murió al derrumbarse un muro en el vestuario masculino del pabellón del IES ourensano Julio Prieto Nespereira, también conocido en la ciudad como Sexto Instituto. Un compañero resultó herido. Un año después, la madre denuncia que la misma empresa que construyó el vestuario –tanto el cambiador masculino como femenino continúan precintados por orden judicial– sigue trabajando con la Xunta.

La progenitora intentó contratar una valla publicitaria frente a otro centro educativo, el IES Xesús Ferro Couselo, en el que –según asegura la mujer– acomete las obras de ampliación la misma empresa que construyó el muro que mató a su hijo. La mujer quería que se viera, a pie de calle, una imagen de su hijo con un mensaje en el que cada letra del nombre de Manuel inicia una frase.

“Me hubiese gustado que Manuel pudiese mirar directamente a las personas que provocaron esta desgracia”

“No hubo ningún problema” para que le reservasen el panel publicitario frente a ese otro instituto –relata–, hasta que les envió el contenido. “Se negaron a realizar el trabajo”, lamenta. “Me hubiese gustado que Manuel pudiese mirar directamente a las personas que provocaron esta desgracia”, añade. Esa imagen con los mensajes que pretendía mostrar frente al Ferro Couselo está en Facebook, donde decidió compartirla. “Ayudadme a que, desde aquí, la mirada de Manuel pueda alcanzarlos igual”, escribió. Poco más de 24 horas después de esta publicación, más de 2.000 personas la han compartido en la red social.

“Manuel perdió la vida en un instituto público de un barrio periférico y obrero, como el que se ve desde aquí”, dice el primer mensaje que pretendía mostrar frente al centro en el que, según indica ella en la siguiente frase, trabaja actualmente la empresa que construyó los vestuarios del Julio Prieto Nespereira a principios de este siglo.

“Nada ha cambiado: el mismo conselleiro sigue en su silla, y la consellería continúa firmando contratos con la misma empresa”, reprocha. “Una sola cosa no es igual”, se duele la madre. “Manuel se quedó sin futuro y nosotros, sin su sonrisa, sin su voz, sin esperanza y sin miedo”. En los dos últimos mensajes del cartel hace un llamamiento y una crítica social.

“Escuchad, familias y docentes: la seguridad del alumnado no les importa. Vigilad y controlad, nos jugamos mucho”. El cartel ilustrado con una silueta de Manuel termina así: “Luchad por vuestros hijos e hijas. Solo nosotros podemos protegerlos de los que tomam las decisiones que los matan”.

La investigación suma 7 investigados

Un año después de este grave suceso, la causa judicial coge impulso. La familia de Manuel ejerce la acusación particular, bajo la representación del abogado Jorge Temes Montes. La magistrada de Instrucción 3 de Ourense, Eva Armesto Pérez, dirige las diligencias desde que ocurrieron los hechos. La autoridad trata de esclarecer si el derrumbe del muro fue accidental o si un defecto en la construcción puede derivar en la atribución de un delito de homicidio por imprudencia.

Tras la declaración como investigado del arquitecto que diseñó el muro –declaró que la división que se construyó no fue la que él había proyectado–, la magistrada amplía la relación de investigados en estas diligencias. Quiere averiguar si alguien decidió alterar el diseño original del muro, además de confirmar si estaba bien proyectado. Entre febrero y marzo están citados a declarar, con la asistencia de abogado, un total de siete personas, entre representantes de la constructora, de la compañía de control de calidad así como un técnico de la Xunta.