Desde tiempos inmemoriales, los cuentos comienzan con la frase “Érase una vez...” Pues a partir de ahora cambiará a esta otra “Una de las cosas por las que pasaré a la historia será...” y cada persona puede añadir cualquier trabajo, acción o gesta que haya realizado en su vida. Y como todo el mundo, por muy vago e inactivo que se sienta, tiene en su haber múltiples acciones, sean de la índole que sean, (a buen seguro muchas de ellas más productivas y desde luego mucho más alegres que desenterrar a un muerto) pues nada, digamos todos, todas y todes, al unísono, cual es la razón por la que deberíamos figurar en los libros de Historia de los bisnietos. Seguro que verían la luz grandes logros de personas anónimas que son justas merecedoras, ya no de una página, sino del libro entero. De esta forma se enriquecería sobremanera la Biblioteca Nacional, incluso nos atreveríamos a decir todas las bibliotecas del mundo. Al parecer, nuestro flamante presidente Sánchez ya sabe hasta la página en la que, a pie de foto, con traje color berenjena, constará por escrito que ha pasado a la historia. Por desenterrar a un dictador, cuando casi toda la población (unos más que otros, también es verdad) deseaba que siguiese bajo tierra por siempre jamás.