Opinión

Washington miente con el mayor cinismo sobre Gaza

Produce una sensación mezcla de vergüenza ajena e indignación escuchar a los portavoces del Gobierno de Washington defender lo que está haciendo su principal aliado, Israel, con el pueblo palestino. Mienten con el mayor descaro a los periodistas que los interrogan sobre lo que en muchas cancillerías, incluidas algunas de Occidente, se califica ya sin rodeos de “limpieza étnica” o “genocidio”.

Únicamente la portavoz de la Casa Blanca, la afroamericana Karine Jean-Pierre, parece avergonzarse de lo que le mandan que diga porque no se atreve a mirar directamente a los ojos de los periodistas que la interrogan.

No le sucede tan cosa al vocero del Consejo de Seguridad Nacional y ex analista militar de la cadena de televisión CNN, el contralmirante jubilado John Kirby, que dice sus mentiras con el mayor aplomo. O al actual portavoz del Departamento de Estado, que trabajó antes en el Gobierno de Barack Obama y también ejerció de analista – siempre esas puertas giratorias entre el Gobierno y los medios– para el canal de TV Microsoft NBC.

"No parece inmutarles el hecho de que Israel esté arrojando sobre centros urbanos habitados las bombas de cerca de 1.000 kilogramos"

Uno y otro justifican los peores crímenes contra el derecho internacional humanitario que comete diariamente el Estado sionista en la franja de Gaza, pero también en Cisjordania, con el derecho que tiene Israel a defenderse tras el ataque “terrorista” de Hamás del pasado 7 de octubre. No parece inmutarles el hecho de que Israel esté arrojando sobre centros urbanos habitados las bombas de cerca de 1.000 kilogramos que no ha dejado en ningún momento de suministrarle Estados Unidos.

Así, Miller explica que el Estado judío “necesita el equipo militar más moderno para hacer frente a sus enemigos”, entre los que cita no solo a Hamás, sino a la organización libanesa Hezbolá y a su patrocinador, Irán. Y sin torcer el gesto, les cuenta a los periodistas, y a través de ellos al mundo, que Washington le ha dejado claro a Israel que “cualquiera que sea el arma que emplee, ya sean bombas o tanques, debe cumplir en todo momento el derecho internacional humanitario”.

"Solo la muerte por disparos del Ejército israelí de los cooperantes de la ONG del chef español José Andrés parece haber provocado indignación"

Por su parte, y también sin torcer el gesto, su colega de la Consejería de Seguridad Nacional, Kirby, asegura a la prensa que el Gobierno de Washington no tiene hasta ahora “ninguna prueba” de que los ataques contra civiles sean deliberados o que supongan una violación de las leyes de la guerra.

Resulta a la vez tan vergonzoso como significativo que solo la muerte por disparos del Ejército israelí de los cooperantes de la ONG del chef español José Andrés parezca haber provocado indignación en Washington, algo que no había ocurrido ni con los bombardeos israelíes sobre edificios de viviendas y hospitales de Gaza, que han dejado más de 32.000 muertos y 73.000 heridos, ni con la hambruna a la que está condenando Israel al resto de los gazatíes.

¿Será porque José Andrés es famoso y sus cooperantes asesinados, salvo el conductor palestino, de países occidentales como EE UU, Canadá, Polonia y Australia? ¿Es posible una mayor demostración de racismo?

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