Opinión

Paco Vedra n n n

Cuatro Cosas

La única incógnita que queda por despejar de cara a la votación de investidura es la que se refiere a lo que hará el único diputado jacomita –o sea, de Democracia Ourensana–, señor Ojea. Vote lo que vote, el resultado será el mismo, la elección de don Alfonso por su mayoría absoluta. Pero dependerá de lo que se le ofrezca, porque amigos, puede, pero el acta por lo que vale. Y sin rebajas de ningún tipo. O sea, Ourense uber alles. O así. Y es que más vale prevenir de cara a las siguientes elecciones. ¿Eh...?

No, no, avecilla –que sigue el asunto– no se refiere a las europeas de junio, sino a las municipales y después las gallegas, que parecen remotas, pero hay que tener en cuenta lo rápido que pasa el tiempo. Y hay un dilema: si la Xunta se estrena dándole al alcalde Jácome muchas y buenas bazas, a ver quién lo controla después, primero repitiendo en la capital y quizá controlando la diputación. Y en el entorno, disfrazado en el viento, se oye un canto lastimero: “Nene, Nene, cando penso que te fuches...”. Pero en el fondo muchos sospechan que volverá a sus lares. ¿No?

Entre tanto, los alfonsinos le echan madera a la lumbre y hablan de “nueva estructura de la Xunta”, lo que ha provocado nuevas apuestas. Las que pagan más son las que apuntan a que el Ejecutivo gallego aumentará poco en carteras, mientras que la más barata –la más extendida– es que se aumentará al menos en cuatro departamentos. Los titulares, no obstante, tendrán que seguir esperando: el mando supremo aún no se ha decidido del todo con los nombres. Por eso hay una novena a santa Rita entre los “amenazados”. Uyuyuy...

Hablando de dudas, no son pocos los asesores, los directores generales, los secretarios, los subdirectores y los consultores que han solicitado, o piensan hacerlo, el reingreso en donde antes trabajaban. Lo peor es que no pocos de los cargos intermedios se han olvidado hace bastante tiempo de lo que significa “trabajar” como hacían antes. Y les va a costar un esfuerzo especial recordar cómo se hacía antes de meterse en política. Pero no les quedará otra que adaptarse lo más rápido que puedan: sobre todo los de la privada, que ahí aprietan a tope. ¿Capisci?