Nunca digas “nunca máis”

Paloma Castro

Paloma Castro

Es difícil escribir sobre las elecciones gallegas con la extraña sensación de que todavía no se ha lanzado la carrera electoral en Galicia, de que el PP sigue más preocupado por Madrid que por Galicia y que la política estatal apenas deja espacio para algunos mensajes casi imperceptibles y poco identificables en los medios de comunicación.

No se trata de que la campaña no esté en la prensa, se trata de que los ciudadanos apenas prestan atención a aquello que afecta a Galicia y, por supuesto, los medios estatales, permanecen ajenos a lo que aquí ocurre. Hasta tal punto que si en este momento preguntáramos a los gallegos cuanto saben de la campaña en Galicia, se preguntarían qué campaña.

Y no es solo porque a los gallegos nos guste responder a una pregunta con otra; también es porque ninguno de los partidos que competirán en las próximas elecciones ha comenzado a elaborar mensajes para los ciudadanos.

Los partidos estatales están tan enfrascados en la política de la corte, el PP en la movilización de los ciudadanos, el PSOE en la negociación de los decretos y Sumar en sumar, que aún no han tenido tiempo en dedicarle unos minutos a pensar si quieren decir algo sobre Galicia; y el BNG, que podría tener un tiempo maravilloso para ilusionar a los gallegos con propuestas ambiciosas, acaba perdiendo el tiempo en hablar de principios y de esencias, de lo que son, en vez de lo que proponen.

Galicia no es un escenario para hablar de Sánchez, ni de Feijóo, ni de Puigdemont; las gallegas y los gallegos aspiramos a que los líderes políticos vengan a Galicia a hablar de Galicia, y que los medios estatales transmitan a toda España lo que los líderes dicen sobre nuestro país. Estoy harta de que los políticos vengan a Galicia a hacer campaña y hagan un corte para los medios locales y otro para los medios estatales; el que venga a Galicia que hable de Galicia y que deje Madrid para otro día; el resto es un desprecio a las gallegas y a los gallegos.

Mientras una marea de “pellets” llega a la costa gallega, los gobiernos autonómico y central se tiran entre ambos la responsabilidad, el BNG recuerda las grandes luchas ambientales de los gallegos y la vicepresidenta se lanza a la playa para emular a los voluntarios del Nunca Máis.

Pero lo cierto es que cualquier intento de equiparación política de los efectos de aquella marea negra y de los pellets es cuestionable; primero, porque entonces tanto el Gobierno central como el gallego eran del PP, lo cual impedía el conflicto entre administraciones que se da ahora; segundo, porque la pulsión ciudadana en Galicia era entonces muy grande y hoy no lo es; y tercero, porque una cosa es que a las playas vayan los ciudadanos, y otra distinta que vaya la vicepresidenta del Gobierno, de la que se esperan otras formas de actuación que la de las fotos sacando pellets; que si se critica la manguera de Feijóo, también hay que mirarse en el espejo.

Nunca se puede afirmar en política que algo no va a suceder, pero a día de hoy, no se dan las condiciones para convertir los pellets en un nuevo Nunca Máis, aunque es un tema fundamental de la próxima campaña.

(*) Profesora de Ciencia Política y Administración. Equipo de Investigacións Políticas. Universidade de Santiago de Compostela.

Suscríbete para seguir leyendo