Sobre la coyuntura económica

Santiago Lago Peñas

Santiago Lago Peñas

Para los que nos dedicamos al análisis de la coyuntura económica, hay dos cosas que nos resultan particularmente llamativas en estos momentos. La primera es el cambio en la capacidad de convivir con la incertidumbre. A golpe de choques negativos, intensos e inesperados en los últimos quince años, parece que todos nos hemos acostumbrado a tomar decisiones en escenarios adversos. Los empresarios invierten, las familias compran coches o casas. La gente no se para; sigue con su vida. Y esto nos da una capacidad de resiliencia como nunca.

El segundo elemento es lo que está ocurriendo en el mercado laboral español. Se está generando mucho empleo, la tasa de temporalidad ha caído de forma abrupta, la creación neta de puestos de trabajo se está concentrando en empresas medianas y grandes, las que cuentan con más de 50 trabajadores. Nuestro mercado de trabajo camina hacia su normalización tras décadas de funcionamiento deficiente.

Sin duda, las reformas en el mercado laboral de los últimos años son la pieza clave para entender este cambio de paradigma en la contratación. Un cambio que es bueno para todos. Para la economía, porque la estabilidad en el empleo permite tomar decisiones con efectos a largo plazo; para las empresas, porque esa estabilidad es condición sine qua non para poder apostar por la formación continua, para que los trabajadores se sientan parte de la empresa, para aprovechar el conocimiento acumulado que se arruina cada vez que se rota al trabajador.

La cultura de la precariedad laboral es un hándicap para las empresas. Basta con ver qué hacen las mejores en la gestión de sus recursos humanos. El capital humano es lo más valioso en la inmensa mayoría de ellas.

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