Desde mi Atalaya

La Escuela Naval Militar de Marín

Con motivo de los actos organizados para celebrar el ochenta aniversario de la E.N.M. en Marín, traemos hoy a este comentario, lo que relata el historiador don José Torres Martínez, en su obra completa sobre la historia de Marín, en su Cap. XL, que el autor había redactado en 1954, por petición de la corporación, y con carácter de información restringida, y que pasaron los años, a pesar de su carácter especial, ese texto inédito fue utilizado indebidamente en trabajos y artículos bajo la forma de copia más o menos hábilmente velada, sin autorización del propietario intelectual, por lo que el autor decidió mejorarla, finalizarla, y editarla, bajo el título “Pequeña historia de Marín”, que se editó, desgraciadamente una vez fallecido 1984, como recuerdo y homenaje a su trabajo por el Marín que tanto amó. Y referente a la inauguración de la E.N.M., dice:

“Poderosas fueron, sin duda, las razones que determinaron esta decisión de trasladar el primer Centro de Formación de nuestra Marina de Guerra, entre las cuales no dejarían de figurar las magníficas condiciones geográficas de nuestra ría, su espaciosidad, la limpieza de sus fondos, como también el abrigo y la seguridad de nuestro puerto, considerado desde muy antiguo, como uno de los fondeaderos naturales más preferidos de los navegantes, entre los restantes de las rías bajas. Ciertamente nuestra ría forma un prolongado brazo de mar, de ordinario tranquilo y atrayente, para el deporte y el recreo, como a veces también, agitado y violento, para adquirir la pericia y el arrojo necesarios en el duro navegar, un verdadero “mar de homes”, capaz de forjar el temple y la reciedumbre de quienes se preparan para luchar contra el enemigo, sin importarle la furia de los elementos, ni el sacrificio de sus vidas, en generosa entrega a la Patria.

Las obras de transformación y adaptación, se llevaron a cabo a tal ritmo, que a los cuatro años se hallaban dispuestas, dentro de una superficie total de más de trescientos quince mil metros cuadrados, un conjunto de variadas edificaciones con aspecto de una verdadera ciudad, al borde del litoral de la villa, siendo de citar entre otros, el Edificio de Aulas, el Alojamiento de Alumnos, el Cuartel de marinería, el Casino, el Hospital, la Dirección, la Capilla, la Residencia de Oficiales y el bellísimo complejo de chalets para altos jefes, además del Gimnasio, piscina, campos de juego y zonas ajardinadas.

Dia de extraordinaria brillantez para Marín, fue aquel de la inauguración de la Escuela Naval Militar, celebrada el 15 de agosto de 1943, que, por la categoría y trascendencia, se nos antoja un premio que la Providencia hacía a la fidelidad y servicio que la villa de Marín, dispensó siempre a la Marina de Guerra española, en todos los tiempos. Con tal singular acontecimiento, un extraordinario número de forasteros, procedentes de todas las provincias españolas, acudieron a Marín, para presenciar el fasto suceso, contándose por millares los invitados oficiales a dicho acto, además de la masiva asistencia de todos los vecinos de la Villa, sin distinción de clase ni condición. El pueblo entero amaneció aquella mañana de agosto, con un aspecto inusitado de deslumbrante luminosidad y alegría, engalanadas sus calles y sus casas con vistosas colgaduras, atascadas sus vías por la circulación de centenares de coches que hacían muy difícil el paso de los peatones.

La espaciosa bahía presentaba igualmente un panorama de extraordinaria animación con la presencia de la mayor parte de los buques de nuestra escuadra, que fondeados en el puerto, o arracimados en los muelles, ofrecían la nota multicolor de su empavesado de gala, asociándose así al júbilo general que rubricaban con el estruendo de sus salvas de ordenanza, enardeciendo a las multitudes, que para presenciar el sorprendente espectáculo de tanta animación, se apiñaban a lo largo de los jardines y avenida de orillamar. Con la presencia del Jefe del estado, acompañado del Gobierno en pleno, la asistencia del Cuerpo Diplomático y de las altas jerarquías de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, juntamente con los millares de invitados, que ocupaban materialmente las tribunas levantadas al efecto, comienzan los actos con la Misa de Campaña, a la que asisten el Batallón de Guardias Marinas, con bandera y música, y compañías de marinería de la dotación del Centro, siguiendo después la Jura de la Bandera, la interpretación del Himno de la Escuela, y el brillante desfile final de las fuerzas.

En dicho acto, el entonces Capitán de Navío. Don Pedro Nieto Antúnez, como director de la Escuela, arengó a los alumnos, en inspirados períodos, justificando el nuevo emplazamiento de la escuela Naval, por la necesidad de crear una marina capaz de servir eficazmente a la Patria, habiendo de buscar un lugar adecuado para su debido emplazamiento, ya que, situada anteriormente en San Fernando, carecía del espacio vital necesario en la concepción moderna de un Centro de su clase.

Seguidamente, el ministro de Marina, Almirante Moreno Fernández, explicó la alta significación de aquel acto, venía a ser una gran realización del Gobierno, al servicio de la Grandeza de España, cerrando el acto el jefe del Estado, declarando inaugurado la nueva Escuela Naval Militar de Marín.”