Opinión | El meollo

rafael l. torre

Feriantes y fiestas

El Meollo de la cuestión está en adivinar cual va a ser el grado de receptividad del Concello de Pontevedra sobre la vuelta a la Alameda y sus alrededores de las atracciones feriales -de los tiovivos a las tómbolas- en las Fiestas de la Peregrina-2022, tras dos años de ausencia forzada.

Vilagarcía acaba de acoger un Foro Feria promovido por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), en donde los integrantes del sector dieron rienda suelta a sus anhelos, a sus frustraciones y a sus demandas, después de tanto tiempo de obligada inactividad. Sin duda, estos dos últimos años tan difíciles para todos, han sido para ellos un período demasiado largo, más que suficiente para llevarse por delante los negocios modestos y temporales, como sería el caso de las atracciones de ferias.

Eduardo Abad, presidente del colectivo UPTA, reivindicó con fuerza su papel activo en todas y cada una de las fiestas y romerías que llenan el calendario gallego. Ningún festejo popular resulta completo en Galicia sin la presencia de un tiovivo, una churrería o una tómbola, que llenen el cotarro de alegría, ruido y colorido. En consecuencia, el portavoz de los feriantes y sus familias, demandó el apoyo necesario para uno de los sectores más castigados por esta pandemia, dado su parón total.

El Concello de Pontevedra ha tenido sus más y sus menos con los propietarios de las atracciones feriales en los últimos años, hasta el punto de que en alguna ocasión amenazaron con un boicot en toda regla a las Fiestas de la Peregrina. Unas tasas quizá elevadas en exceso tuvieron la culpa de aquellas desavenencias.

Haciendo bueno el razonamiento de Eduardo Abad, podría decirse con rotundidad que una normalización plena de la Peregrina-2022 no sería tal sin una Alameda y alrededores repleta de tiovivos, tómbolas, churrerías y demás atracciones feriales.

Si finalmente la pandemia pierde fuerza en primavera y se convierte en residual durante el verano, tal y como parece que apunta la tendencia médica actual, hay que desear que el Concello de Pontevedra esté a la altura de las circunstancias, no apriete al sector más de lo debido y facilite su jovial presencia para disfrute general, sobre todo de los más pequeños, que tanto lo agradecerán con su espontaneidad característica.