El temporal arrastra a un marinero en su lancha hasta Rodeira y obliga a desplegar un operativo de rescate

La planeadora “Nuevo Ana”, con un marinero de Vilaboa a bordo, faenaba ayer por la mañana frente a la costa de Cangas a pesar de la alerta naranja decretada por fuertes vientos y mar de fondo, que acabaron por vencer el cabo de fondeo de la embarcación y arrastrar a ambos hasta la playa de Rodeira. José Antonio P.P. , empapado a pesar de llevar ropa de aguas y con síntomas de hipotermia, y su lancha de poliéster tuvieron que ser auxiliados por un amplio operativo de la Policía Local, Emerxencias-Protección Civil, Guardia Civil y miembros de la cofradía San Xosé, que pudieron evitar que el mar destrozara la lancha amarrando un cabo y tirando desde tierra con un vehículo del cabildo hasta que llegó una excavadora del Concello de Cangas para arrastrarla hasta un lugar seguro. Su único tripulante fue atendido por los agentes y por técnicos del 061, pero rehusó ser trasladado en ambulancia para recibir atención médica y optó por regresar a casa por sus propios medios.

Los hechos ocurrieron a mediodía. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tenía activada la alerta naranja en toda la costa gallega por mar combinada (olas de hasta siete metros) y vientos de fuerza 8 y 9. Aún así, el marinero faenaba en la extracción de almeja con raño, en pleno arrebato de la borrasca Nelson, que le aguaría la fiesta. Aunque no pudo aclarar bien lo sucedido –por el susto, el nerviosismo y la hipotermia que tenía cuando fue asistido–, el azote del mar pudo haber arrancado el ancla y la planeadora quedó a merced del fuerte oleaje, que los arrastró hasta quedar varados en Rodeira. El mariscador tenía serias dificultades para evitar que su barco fuera destrozado o arrastrado mar adentro, hasta que la llegada de los equipos de emergencias logró ese propósito.

El siguiente intento de poner a salvo la embarcación y llevarla a un lugar seguro fue manual y baldío, a pesar de que participaron hasta una veintena de personas. Tampoco dio resultado con el apoyo de un vehículo de la cofradía de pescadores San Xosé, con su gerente David Fernández al volante, porque las ruedas patinaban en la arena. El objetivo se logró con la llegada de un pala retroexcavadora del Concello de Cangas, que tiró con su cazo de una cuerda atada a la lancha y la desplazó luego hasta las inmediaciones del paseo marítimo, aparentemente sin daños graves en el casco ni en el motor fueraborda.

Todos los intentos de prestar atención médica al marinero afectado fueron infructuosos, pues se negó a entrar en la ambulancia o pasar por el consultorio. “No se le puede obligar si él se niega”, señalaron las asistencias en medio de un fuerte chaparrón e intensas rachas de viento que azotaban Rodeira El gerente de la cofradía San Xosé, David Fernández, recalcó el “enorme esfuerzo y trabajo realizado” por los efectivos de emergencias, incluidos agentes fuera del turno de trabajo, y agradeció, en nombre del sector, la “movilización solidaria” también de particulares que se sumaron al operativo.

Interrupción del transporte de ría y barcos abarloados en Aldán

La mala mar obligó a Naviera Mar de Ons a interrumpir el servicio de transporte de ría entre Cangas y Vigo desde las 12.30 horas, tras haber tenido que anular también los viajes a las islas Cíes y Ons. También Piratas de Nabia, que enlaza por mar Vigo y Moaña, tuvo que cancelar las travesías, y el servicio ya no se retomó a lo largo de la jornada. “Debido a la previsión meteorológica, hemos cancelado de manera inmediata el servicio durante el resto de la jornada. Lamentamos los inconvenientes, pero es por la seguridad de todos nuestros pasajeros”, señalaron a través de sus redes sociales.

No son más halagüeñas las previsiones meteorológicas para hoy. La alerta amarilla por lluvias y viento permanecerá activa en la provincia de Pontevedra, y la alerta naranja en toda la costa gallega. También se notan las consecuencias de la borrasca en el fondeadero de las Cíes, con más de media docena de buques mercantes al abrigo del temporal.

En el muelle de Aldán, los usuarios se quejan de la falta de pantalanes y de que cada vez que hay temporal se ven obligados a aborloar los barcos en el muelle para ponerlos a cubierto.

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