“Eu non podía quedar na casa cando ese home estaba ao pé do canón”

Benito Freire fue el encargado de desinfectar con hipoclorito desde su barredora las calles de Cangas en el confinamiento

Benito Freire, ayer, con la barredora limpiando tras elmercadillo en la alameda.

Benito Freire, ayer, con la barredora limpiando tras elmercadillo en la alameda. / Gonzalo Núñez

“Se aquel home, que estaba como estaba, que un simple resfriado podía levalo por diante, pero seguía ao pé do canón, eu no podía estar na casa parado”. La frase pone la carne de gallina y encoge el alma. Pertenece al trabajador que maneja la barredora del Concello de Cangas, Benito Freire y habla del fallecido alcalde Xosé Manuel Pazos, al que la pandemia le cogió en plena barricada contra el COVID. Era la respuesta a la pregunta de si había pasado miedo desinfectando durante el confinamiento esas calles vacías de Cangas, desde Pedra Alta, el casco vello a la zona de la avenida de Marín, O Forte y Rodeira. Recuerda que cuando Xosé Manuel Pazos requirió sus servicios le dejó claro que estaba dispuesto a hacerlo, que no quería cobrar horas extras por culpa de la pandemia, que todo el trabajo iría a su cargo. “E se traballaron horas, porque foron sete días á semana durante tres meses”.

El trabajador, desinfectando
las calles de Cangas durante 
el confinamiento.   | // G.NÚÑEZ

El trabajador, desinfectando las calles de Cangas durante el confinamiento. | // G.NÚÑEZ / Juan Calvo

Las calles de Cangas, como las de los demás municipios de España, por esa época, destilaban desolación y ofrecían una imagen un tanto apocalíptica. Benito Freire recorría desde las 08.00 horas esas vías desiertas, desprovistas del bullicio cotidiano, mudas, cuyo silencio martilleaba su máquina barredora, que arrojaba hipoclorito para desinfectar. El compuesto químico había llegado de la Xunta de Galicia, pero después ya fue adquirido por el Concello de Cangas, según comenta. “Dixéronnos que ó hipoclorito era bo para loitar nas rúas contra o virus. En tres meses gastamos litros deste composto químico. Faciamos catro horas pola mañá e catro pola tarde. Teño que recordar que no noso servicio, o da limpieza viaria, era un servicio esencial daquela. Nós nunca parabamos de traballar”.

Las calles de Cangas, 
en el confinamiento,
 vistas por la cámara 
de Benito Freire.

Las calles de Cangas, en el confinamiento, vistas por la cámara de Benito Freire. / Juan Calvo

Benito Freire relata que cuando cogía por la mañana la barredora, la sensación era rara, pero a la vez gratificante. “Había que facelo porque non quedaba outra. Non se podía pensar noutra cousa. Sí e certo que chega un momento, despois de tanto tempo de ver as calles vacías, un día e outro día, que agobiábaste un pouco. Pensabas que esto non acaba máis. Pero ao mesmo tempo tamén che daba máis forza para seguir adiante”, manifiesta un Benito Freire, que desde que llegó este artilugio al Concello no se apea de él, a pesar de que le cuesta entrar por su tamaño. Pero lo maneja como nadie. Y en la retina de la gente de Cangas quedó esa imagen de Benito Freire con la barredora desinfectando las calles. La gente se asomaba a las ventanas a verlo. No podía “mirar” otra cosa. Recuerda que era duro pasar con la barredora por la calle donde está el centro de salud de Cangas. Ahí era el momento de apretar los dientes y seguir adelante sin mirar a los lados.

Está convencido de que cuando la gente estaba “pechada na casa” agradecía su trabajo, pero que cuando todo acabó se volvió al anonimato. Ni él ni el resto de la brigada pretendían tampoco ser protagonistas de nada. Solo hacían su trabajo. Cuando se le pregunta si lo haría otra vez, Benito Freire no duda en decir que sí. También asegura que no cambiaría nada de la forma en la que la brigada actuó bajo el mando del alcalde Xosé Manuel Pazos.

Lo mejor de todo es que, a pesar de la exposición a la que se sometió, Benito Freire no contrajo el virus, ni cuando estaba en lo más alto ni ahora. Sin embargo, toda su familia sí que contrajo la enfermedad. “Todos os da casa o colleron menos eu”, ríe al tiempo que confirma que se vacunó.

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