El temporal desvía el cauce de un río de Agrelo y deja en el aire parte del paseo

El caudal discurre pegado al cantil y provocó el desprendimiento de un tramo de 20 metros | El jefe de Costas se desplazó a la zona y el Concello exige una actuación “urgente”

El tramo del paseo que se vino abajo, con los bloques de piedra y las canalizaciones al descubierto.

El tramo del paseo que se vino abajo, con los bloques de piedra y las canalizaciones al descubierto. / Santos Álvarez

Los efectos del temporal ‘Karlotta’ han dejado un tramo del paseo de Agrelo, en Bueu, literalmente en el aire. Uno de los ríos que desemboca en esta playa –en el límite con Portomaior– se encontró con un muro de arena que impide que pueda continuar hasta el mar. Una barrera natural que desvió el caudal hacia la izquierda, en dirección al antiguo matadero [el actual Centro de Interpretación do Litoral], y pegado al cantil que sostiene el paseo. La acción del agua provocó el “vaciado” de parte del terreno y el desplome de un tramo del paseo, con la caída de varios perpiaños de gran tamaño colocados a modo de bancos y dejando a la vista las raíces de varios árboles así como las canalizaciones que pasan por la zona.

Los residentes avisaron a la Policía Local y al Concello de Bueu, que ayer por la mañana vallaron el tramo que presenta mayor riesgo. Desde el gobierno local se pusieron de inmediato en contacto con el servicio provincial de Costas en Pontevedra para informar de la situación y reclamar su presencia en lugar, ya que se trata de una zona de su competencia. Alrededor de las 13.00 horas se personó el jefe provincial, Miguel García, para comprobar los desperfectos junto al alcalde, Félix Juncal, y miembros del gobierno local.

El cauce del río, en parelelo y pegado al muro del paseo. |   // S.Á.

El cauce del río, en parelelo y pegado al muro del paseo. | // S.Á. / david garcía

El alcalde exigió a Costas una intervención “urgente y de emergencia” en Agrelo para garantizar la seguridad y un estudio integral sobre la erosión en este tramo del litoral de Bueu. Desde el departamento estatal en un primer momento propusieron que fuese el Concello quien acometiese esa primera intervención, algo a lo que el gobierno local se negó de manera tajante. “Es una situación que venimos advirtiendo desde hace tiempo. De igual manera que el ministerio está preparado para estas eventualidades en otras zonas del litoral también puede hacerlo aquí”, sostiene Félix Juncal.

Los vecinos que residen en el entorno muestran su malestar por la actuación tanto de Costas del Estado como del Concello. Las quejas apuntan a la falta de limpieza del cauce de los ríos que discurren por la zona, lo que provoca que todos los inviernos se desborden y aneguen viviendas y fincas. “En algunas incluso se puede echar una chalana”, ponen como ejemplo.

Los juncos que crecen en la desembocadura del río, entre Agrelo y Portomaior.

Los juncos que crecen en la desembocadura del río, entre Agrelo y Portomaior. / Santos Álvarez

El cauce que desemboca en el límite con Portomaior baja con fuerza hasta la carretera, pero pierde esa intensidad cuando pasa por debajo del vial y llega a la playa. En este punto del arenal crece incluso una pequeña "xunqueira" debido a la abundancia de agua dulce. Al llegar a este punto el cauce se encuentra con la duna, que no deja continuar el caudal de agua por su salida natural hacia el mar. Debido a su orientanción la playa de Agrelo se encuentra expuesta a los vientos de componente norte y noroeste, que empujan la arena hacia la parte superior de la playa y aumentan las dimensiones de esa barrera de arena.

La desembocadura del río que sale a la altura del antiguo matadero de Agrelo, con varios perpiaños desplazados.

La desembocadura del río que sale a la altura del antiguo matadero de Agrelo, con varios perpiaños desplazados. / Santos Álvarez

Este fin de semana, tal como ya ocurrió en otras ocasiones, el río buscó otro camino para llegar al mar. Se desvió hacia la izquierda –en dirección al antiguo matadero– y el caudal de agua discurre ahora mismo pegado cantil del muro del paseo, a lo largo de un tramo de más de 300 metros de longitud hasta que finalmente encuentra salida al mar, prácticamente en la desembocadura del río que baja por el Centro de Interpretación do Litoral. En ese recorrido se llevó “parte de la arena que sustenta el firme del paseo de hormigón, así como varios bloques de piedra (bancos), cayendo sobre la playa”, dice el informe de la Policía Local.

Los vecinos de Agrelo constatan que cada vez la acción conjunta del mar y de los ríos se “come” más terreno de esta zona verde del paseo. Un espacio en el que hace años era habitual ver a familias comiendo a la sombra en los días de playa, pero que cada vez mengua más a consecuencia de la erosión.

Suscríbete para seguir leyendo