El frente marítimo de Cangas se alquila
En menos de cien metros en Eugenio Sequeiros hay seis negocios cerrados y con alquileres de 2.800 euros al mes
En menos de cien metros de la calle Eugenio Sequeiros, en el frente marítimo de Cangas, seis locales lucen carteles de “Se alquila” colocados por varias inmobiliarias de la villa. Antes habían acogido tiendas de ropa, de videojuegos, de golosinas o de restauración. Su cierre coincidió con la pandemia en algún caso, pero también con la dura competencia de las áreas comerciales de Vigo o con la jubilación de sus propietarios. Desde el principio de Eugenio Sequeiros hasta el final de la avenida de Bueu, en la rotonda de O Mexilón, se pueden ver una veintena de bajos comerciales cerrados que se alquilan. Algunos llevan más tiempo en el mercado que otros; unos volvieron a abrir, aguantaron unos meses y cerraron.
El problema principal, según los profesionales de las inmobiliarias de Cangas, es que la oferta no se ajusta a la demanda. Los precios está muy altos. Así, por ejemplo, un bajo de 200 metros cuadrados en buena situación en el frente marítimo se ofrece con un alquiler de 2.800 euros. En muchos casos, a esta inversión hay que añadir la reforma de los recintos, no siempre en buen estado, lo que supone un coste muy alto que los emprendedores no están dispuestos a aceptar.
No se considera, tampoco, que la compra por internet sea un freno para el alquiler de los bajos comerciales de primera línea en Cangas, sino el alto precio. Afirman que la situación enmienda la competencia online. Además, todas las inmobiliarias consultadas aseguran que lo normal es que los mencionados bajos tuvieran actividad.
También hay otro problema para el alquiler: los propietarios impiden en muchas ocasiones determinadas actividades en los bajos y también ponen límites al traspaso. La mayoría de los dueños no se dedican profesionalmente a los alquileres y no tiene prisa por tener los bajos ocupados, así que aguantan, circunstancia que hace que no bajen los precios.
Los expertos señalan los puntos básicos para que el mercado se mueva: mayor flexibilidad y adaptación a los tiempos. En muchos casos los negocios se cierran no porque vayan mal, sino porque es muy difícil mantener el alquiler en la franja marítima y se trasladan a otras zonas, menos visibles, pero con precios más competitivos.
La alernativa flexible que ofrecen las galerías
Hay expertos que ponen de ejemplo a las galerías de la avenida de Marín como ejemplo de saber adaptarse al mercado y muestra de flexibilidad, lo que permitió que muchos bajos cerrados se volvieran a ocupar. Se da el caso que estas galerías pertenecen a comunidades de vecinos. Y es cierto que resurgen.
En zonas no tan bien situadas como el frente marítimo, las propias inmobiliarias proponen a los propietarios la posibilidad de convertir sus bajos comerciales en vivienda. Sin embargo, en el frente marítimo no lo aconsejan. El alquiler de un bajo es menos complejo que el de una vivienda. Insisten los profesionales de la compra, venta y alquiler que el frente marítimo tiene mercado, pero debe saber adaptarse a las condiciones que hay ahora mismo. De lo contrario la pasividad del mismo se mantendrá durante largo tiempo.
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