El oasis del conde Lecquio en Bueu y su “fe” en Feijóo

El aristócrata y colaborador televisivo acudió a su apreciado restaurante Peixoto

El conde Lecquio, en el restaurante Peixoto de Beluso, junto a su esposa; el dueño del restaurante, Manuel Bouzón “Peixoto”; el presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño; y el párroco de Bueu, José López.   | // SANTOS ÁLVAREZ

El conde Lecquio, en el restaurante Peixoto de Beluso, junto a su esposa; el dueño del restaurante, Manuel Bouzón “Peixoto”; el presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño; y el párroco de Bueu, José López. | // SANTOS ÁLVAREZ / david garcía

Bueu se ha convertido en una de las paradas obligadas para el conde Lecquio durante sus vacaciones. El culpable es Manolo “Peixoto”, el propietario del restaurante Peixoto, y este martes el aristócrata y colaborador televisivo fue fiel a su cita. Y una vez más rodeado de buena compañía, como el presidente del Celta, Carlos Mouriño, o responsables de la armadora Pereira.

La presencia de Alessandro Vittorio Eugenio Lecquio, más conocido como el conde Lecquio no pasa desapercibida cada vez que se acerca a Bueu, como este martes. Aunque no todo el mundo lo tiene bien ubicado. “Oye, tú eres médico, ¿no?”, le preguntaba un parroquiano. “Sí... de Médicos sin Fronteras”, contestaba con una sonrisa. “Tú fuiste el que me operó”, le volvía a insistir. “No, no fui yo. Debió ser otro que se parecía a mí”, respondía. Aún así el interlocutor no parecía estar del todo convencido.

El aristócrata y colaborador televisivo volvió a uno de sus lugares favoritos: el restaurante Peixoto, regentado por su amigo Manuel Bouzón, conocido por todos como Manolo Peixoto. “Somos amigos desde hace más de una década. Nos conocimos por el golf. El golf es un deporte en el que se hacen buenos amigos y ambos nos caímos bien”, explicaba en Beluso. El Peixoto es uno de esos lugares donde se puede disfrutar de lo mejor de la gastronomía gallega, aderezada con algo impagable: unas vistas privilegiadas sobre la ría. Precisamente este martes llegó a Beluso después de una jornada de navegación y junto a él había alguna que otra cara muy conocida, como la del presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño. “Cada vez que vengo a Galicia descubro a más gente, amigos que me ayudan a seguir conociendo sitios. Tanto Mouriño como su esposa son unas personas muy agradables”, comentaba acerca de su relación con el presidente céltico.

Alessandro Lecquio, antes de entrar a comer al restaurante Peixoto de Beluso.

Alessandro Lecquio, antes de entrar a comer al restaurante Peixoto de Beluso. / SANTOS ALVAREZ

Las visitas de Lecquio a Bueu coinciden con sus periodos vacacionales en la televisión, especialmente en Semana Santa y el mes de agosto. Su atención es siempre exquisita y educada, pero hay una línea roja que no traspasa. “Ya sabes que no hablo de temas personales y de nada que se acerque a mi hijo”, avisa de manera correcta.

Sobre lo que sí se pronuncia y además de manera clara y contundente es sobre sus preferencias a la hora de formar gobierno. Este es uno de los asuntos que seguirá formando parte de los debates televisivos en septiembre. “Yo soy de Feijóo. Lo adoro, creo que es un político serio, honesto y solvente. Tengo mucha fe. Soy muy fan de Feijóo”, dice sin ambages. “El principal capital de un político es su credibilidad y Pedro Sánchez la perdió haciendo lo que dijo que no haría, eso no es serio”, insistía desde Beluso, coincidiendo precisamente con la ronda de consultas del rey Felipe VI con Sánchez y Feijóo.

La nueva temporada televisiva comienza con muchos cambios de caras y horarios en las parrillas. “Cambia la parrilla, pero yo soy fiel a Ana Rosa [Quintana]. Ella ahora estará por la tarde, pero la productora mantiene los programas de la mañana y yo estaré con mi amigo Joaquín Prat. Si ella me necesitase estaré para lo que haga falta”, manifiesta Lecquio desde Bueu.

El presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño, a su llegada al restaurante Peixoto, en Beluso.

El presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño, a su llegada al restaurante Peixoto, en Beluso. / SANTOS ALVAREZ

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El Celta de Vigo está este miércoles de cumpleaños. Nada menos que 100 años. En medio de la preparación de los actos del primer centenario del club su presidente, Carlos Mouriño, se dejó ver en Beluso junto al conde Lecquio y el grupo amistades que lo acompañaban. El dirigente celeste se mostró reservado y discreto. “Ojalá podamos celebrar el Centenario ganando esta semana al Real Madrid”, se limitó a manifestar. Alessandro Lecquio también habló de fútbol. “¿Si ahora voy a ser celtista? Yo siempre soy de los que pierden”, decía con buen humor. Una declaración que, muy a pesar de la afición céltica, parece encajar muy bien con el Celta.

Ya más en serio recordó que su pasión futbolística se dirige hacia la Juventus de Turín. “Este año empezamos muy bien”, decía, en alusión al 3-0 con el que arrancó la liga contra el Udinese. Eso sí. De la Juventus no se puede decir precisamente que sea uno de esos equipos que pierda siempre. También es verdad que una de sus peores noches europeas fue precisamente en Balaídos contra el Celta de Vigo, con aquel 4-0 que clasificó a los vigueses para los cuartos de final de la Copa UEFA. En aquel equipo de la “Juve” estaban, entre otros, Alessandro del Piero o un tal Zinedine Zidane.

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