La Xunta licita por 1,7 millones un contrato para “recuperar la calidad” del espacio público en Ons

La Xunta de Galicia invertirá 1,7 millones de euros en la isla de Ons, en un proyecto que define como un intento de “recuperar la calidad” de los espacios públicos del archipiélago y su carácter tradicional. El proyecto está promovido por la Axencia de Turismo de Galicia, que depende directamente de Presidencia. El proyecto que ahora sale a licitación se presenta como la primera fase dentro de un marco de actuaciones más amplias y este primer contrato fija hasta ocho ámbitos de actuación: el acceso a la isla, el centro de información, la calle principal que atraviesa el núcleo de O Curro, el acceso de vehículos pesados para obras y espacio para acopios, el entorno de la depuradora, acceso a las playas del sureste, la señaléctica y mobiliario de los espacios públicos y, finalmente, la recuperación de los caminos de la isla y un almacén para dornas.

Esta inyección de fondos está vinculada con lo avanzado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en una visita a Ons el verano pasado con motivo del vigésimo aniversario del Parque Nacional Illas Atlánticas. El archipiélago de Bueu es uno de los espacios catalogados como Bens de Interese Cultural (BIC) que resultan beneficiados por los fondos Next Generation de la Unión Europea dentro de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD).

La propuesta de intervención ofrece una descripción de los distintos ámbitos y las soluciones que se proponen para cada uno de ellos. En el caso del punto de llegada a Ons se constata la presencia de diversos carteles, con un “exceso de información” que puede provocar una sensación de “contaminación visual”. Así, se propone una jerarquización y realizar los carteles sobre azulejo, un material que está “presente en la tradición de la arquitectura popular de la isla como material de recubrimiento de la propia iglesia”, reza la memoria. También se plantea renovar el pavimento y crear una zona de asiento y sombra para que los visitantes que llegan o se van puedan esperar.

En este mismo entorno está el centro de información a los visitantes, que “no responde a las necesidades” de un espacio de estas características. Lo que se plantea es la dotación de unas nuevas dependencias modulares en madera, con una plataforma de piedra anexa sobre la que se puedan disponer bancos lineales a la sombra con capacidad para que entre 20 y 30 personas puedan esperar sentadas.

El proyecto presta especial atención al camino que atraviesa la zona de O Curro, que está vinculado “al sentido original de la isla como puerto pesquero y asentamiento de pescadores”. Ahora esas viviendas se han convertido en establecimientos de hostelería y apartamentos vacacionales. Los redactores explican que la intervención “no puede, ni pretende, recuperar la memoria del carácter pesquero o tradicional” de estos espacios, pero sí que ordenar todos los elementos físicos –toldos, barandillas, revestimientos o carpintería de aluminio– para “unificarlos con un diseño único y homogéneo”, usando materiales como la madera y el granito. De esta manera, se plantea la sustitución de toldos y lonetas sobre estructura de aluminio por pérgolas de madera reforzadas en su interior con acero. También se propone la renovación del pavimento, colocando un adoquinado.

Esta calle central también pasará a tener un carácter totalmente peatonal ya que la intención es desviar los tractores y vehículos con materiales de carga, suministros y recogida de residuos por un camino perimetral por detrás de las edificaciones principales. A mayores, se disimulará la zona de acopio de materiales con un cierre de pilastras de granito y una banda vegetal adosada.

Uno de los caminos de acceso a las playas de Canexol o Area dos Cans bordea perimetralmente la depuradora de aguas residuales. La propuesta para esta zona incluye dos frentes. Por un lado, crear un espacio amplio en el que los tractores puedan maniobrar con seguridad, pero al mismo tiempo oculto a la vista de los visitantes. Así, por el otro lado, se plantea acondicionar una jardinera con piezas ensambladas de piedra y cubrirla con hiedras autóctonas de la isla. Así se genera un espacio diferenciado para el tráfico de vehículos y el de visitantes, con lo que se “genera una pantalla visual y sonora que separe ambos tipos de usuario y actividades tan contradictorias”. El nuevo muro también permite crear un banco lineal de asiento, que permitirá a los caminantes tener un lugar de descanso o para ver el mar y la llegada de los barcos.

En lo que se refiere a las playas de la parte sureste de la isla propone sustituir las actuales pasarelas de madera, muy deterioradas, por una serie de rampas construidas en piedra, que garantizan mayor estabilidad y durabilidad.

Las líneas de acción incluyen la señaléctica y el mobiliario urbano, un diseño en el que se apostará por materiales naturales como la piedra y la madera y un nuevo diseño que mantenga un mismo orden geométrico.

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