El Niño cae en Aldán

El estanco de Rozabales volvió a repartir suerte y vendió un décimo del segundo premio, agraciado con 75.000 euros

Chelo Millán y Charo Patiño levantan el número agraciado  | // SANTOS ÁLVAREZ

Chelo Millán y Charo Patiño levantan el número agraciado | // SANTOS ÁLVAREZ / Juan Calvo

La suerte regresó al estanco de Rozabales, en la avenida de Bueu en Aldán, en Cangas, que regenta Chelo Millán , con el segundo Premio del Niño, 72.289. Lo cierto es que nunca se había ido de todo. Que el año que terminó fue un buen año y empieza casi igual que empezó el 2022.

Estanco en el que se vendió el décimo premiado.   | // SANTOS ÁLVAREZ

Estanco en el que se vendió el décimo premiado. | // SANTOS ÁLVAREZ / Juan Calvo

La propietaria se encontraba ayer en su establecimiento viendo por la televisión el sorteo del Niño cuando pudo enterarse de que el segundo premio, que estaba muy repartido, lo había vendido. Cierto que solo un décimo (75.000 euros), pero servía para mantener en la cresta de la ola. Tan repartido estaba el premio que el locutor de TVE se negó a mencionar los lugares donde había tocado, dijo que su mera mención duraría más que la retransmisión. Once folios de información le pasó Loterías y Apuestas del Estado. Pero por unas cosas o por otras en Aldán se supo al minuto, por no decir segundos, después de que el número fuera cantado. El décimo premiado era un “boleto azul”, de máquina, de 20 euros, por el que el afortunado recibe 75.000 euros.

Chelo Millán se mostraba al mediodía muy emocionada y entusiasmada por dar tanta suerte a sus convecinos. Después de una Lotería de Navidad casi en blanco, el estanco retomaba la senda de la suerte con este premio del Niño para la que la propia gerente elaboró un eslogan para unas sudaderas que reza “Soy una chica que tiene suerte y lo sabes”. El premio de ayer no hizo más que confirmarlo.

En noviembre el estanco selló una bonoloto con un premio de 3,7 millones de euros y en el Sorteo del Niño del año pasado repartió otros 75.000.

Chelo Millán es una persona optimista, que debe ser una poderosa arma para atraer la suerte. Además, siempre está innovando en su local, con nuevas propuestas para conseguir un prestigio que a estas alturas ya se le reconoce. La última idea fue la de las mencionadas sudaderas, que trajeron la suerte deseada.