Representantes del gobierno local y de los comuneros de Meira visitaron ayer los trabajos de la segunda fase de excavaciones en la torre medieval de Meira, que se encuentran en su tramo final, pendientes solo del permiso de patrimonio para la reconstrucción del tramo de muralla interior del patio de armas descubierto y de un tramo de la nueva estructura sacada a la luz, que en un principio apuntaba a una caballeriza pero que por sus dimensiones y la calidad de las piezas que aparecieron en el interior tendría otro uso.
De hecho, el arqueólogo que dirige las excavaciones, Benito Vilas, muestra su convencimiento de que lo que en principio parecía una torre de vigilancia medieval era en realidad un castillo con personas residiendo permanentemente, tal y como lo indica la toponimia popular. Ayer, además de explicar que resta una semana de trabajo de campo para finalizar esta fase con la reconstrucción de lo excavado, las partes presentes diseñaron las actuaciones en los próximos ejercicios.
La intención en las próximas dos fases pasa por descubrir por completo el muro perimetral de la estructura que en un inicio se confundió con una caballeriza. Su puerta de unos 80 centímetros de ancho con arco superior e incluso una dovela decorada claramente visible apunta a la nobleza del lugar. Lo mismo que la cantidad de tejas medievales que aparecieron en el interior y que desvelan que no estaba cubierto con paja u otro material de escaso valor.
Por lo excavado hasta ahora se entiende que esta estructura dentro del patio de armas tendría unas dimensiones de hasta 14 metros de largo y unos 5 de ancho, techado y apoyado sobre el interior de la muralla defensiva. Hay que recordar que en su interior aparecieron restos de cerámica de muy alta calidad, de Manises (Valencia) y datada en el siglo XV con decoración en color azul. La intención con la reconstrucción de gran parte de esta estructura en los próximos años es poder recuperar toda la puerta principal.
El equipo de trabajo, de la empresa Árbore Arqueoloxía, entiende que había más estructuras de este tipo dentro del patio de armas, pues identifican el comienzo de otra en un pequeño tramo de la muralla interior. La zona que será visitable desde esta primavera muestra una muralla interior de más de cinco metros y escalonada en varias alturas para poder ascender y garantizar la defensa y la vigilancia.
Por su cara exterior la muralla perimetral del patio de armas superaba los 10 metros al sumarle unos 5 de foso. Los últimos descubrimientos desvelan que se levantó sobre un afloramiento natural de piedra y la compleja excavación del foso, que habría llevado años, exigió cortar piedra que se empleó directamente para la torre de vigilancia recuperada en 2021.
El botellón en el entorno alerta a los vecinos y deja basura
Desde que se iniciaron las excavaciones y reconstrucción del complejo medieval de la Torre de Meira, en la primavera de 2021, la zona, con amplias vistas sobre el valle de Moaña y la ría de Vigo, se ha convertido en un punto de atracción turística. Sin embargo, también son muchos los jóvenes que utilizan su fácil acceso para la práctica del botellón por las noches. El ruido que generan ocasiona quejas de los vecinos de esta zona alta de Meira y la peor cara se desvela cada mañana, con restos de botellas, latas y plásticos que deben recoger los trabajadores de la comunidad de montes. Tanto los comuneros como el Concello critican esta actitud y advierten de la obligación de recoger la basura generada y no dejarla en el monte.
