El Concello de Moaña, con la colaboración de los comuneros de Meira, ha iniciado hace un par de semanas la segunda fase de la excavación y puesta en valor de la torre medieval de Meira. Sin embargo, los arqueólogos han parado esta semana su trabajo para solicitar un nuevo permiso a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural. El trabajo previsto inicialmente contemplaba una excavación manual y el registro con fotogrametría georreferenciada de un tramo de la muralla exterior de la torre en su cara hacia el interior, lo que permite determinar las dimensiones del patio de armas y la altura del cierre, de varios metros, resaltando la monumentalidad de todo el conjunto.
Sin embargo, la primera cata realizada de esta muralla desveló que han desaparecido muchas piedras, probablemente utilizadas para otras construcciones por los vecinos a lo largo de los siglos. Esto se suma a que los arqueólogos han descubierto parte de una estructura que posiblemente se destinaba a caballeriza y que tiene un alto grado de conservación.
Por ello, el Concello solicitó a Patrimonio una ampliación de la zona sobre la que pueden actuar, de forma que se pueda reconstruir el perímetro de esta caballeriza y el cierre perimetral se descubra solo por su cara interior, en vez de la exterior. Eso sí, el plazo de ejecución no variará y la intención es que la segunda fase de los trabajos arqueológicos estén totalmente listos de cara al verano, reforzando así el atractivo turístico y de conocimiento de la historia de Moaña que representa esta torre. Se desconoce la fecha de construcción pero se sabe que fue parcialmente destruida durante las segundas Guerras Irmandiñas (1467-1469).
La cuantía total del proyecto asciende a 17.484,50 euros y se financia en su totalidad con una subvención de la Diputación de Pontevedra. Además del perfil de la caballeriza, se descubrirán los muros que caían en un foso y que estaban formados por grandes sillares, parte de los cuales afloraban todavía en la superficie, pese a que la mayoría están cubiertos por maleza, tierra y piedras.
Estas excavaciones se acometen justo un año después de las primeras, que permitieron reconstruir más de un metro de altura de la antigua torre sobre un promontorio que permite ver todo el valle de Meira y Moaña y gran parte de la ría de Vigo. Aquellos trabajos ya habían permitido sacar a la luz importantes descubrimientos arqueológicos como monedas medievales, una cruz de bronce e incluso una moneda romana, acuñada entre los años 347 y 348 d.C., en tiempos del emperador Constancio II.
Los comuneros de Meira por su parte, además de colaborar con el Concello en esta actuación, también trabajan en lograr cesiones de terrenos privados para sacar a la luz el “Castro de As Cidades”, que se ubica muy próximo a la torre y permitirá a los visitantes recorrer otro periodo distinto de la historia gallega como es la Edad de Hierro.
