Con la precisión y el detalle que quizá echó en falta la Fiscalía por parte de los agentes de la UCO, ayer sí que un mando de la EDOA de la Guardia Civil de Pontevedra relató el papel que supuestamente jugaba cada uno de los seis acusados en la trama que intentó introducir en Galicia 30 kilos de cocaína a bordo del pesquero New Polar.
Tras comunicar el cocinero del buque, Manuel M.C., a los agentes de la UCO de los que era confidente que traía 30 kilos de droga en el barco, la investigación quedó en manos del EDOA de Pontevedra que desarrolló el resto de la operación hasta que cayeron los seis implicados.
Según explicó ayer en el juicio este agente, el cocinero del New Polar, a pesar de que sí aportó algunos datos a los guardias civiles de la UCO, nunca les llegó a hablar de estos 30 kilos de cocaína que traía ocultos y considera que se confabuló con su ayudante para intentar retirarlos del barco, una vez que se vio vigilado tras un registro nada más llegar a tierra. El instructor de las investigaciones señaló que Manuel se comunicó con su segundo para tratar de retirar la droga y que se referían a ella como “o outro fume” o “iso”. También creen que alude al estupefaciente cuando le dice a su ayudante que retire esos paquetes del barco ya, que se “van a pudrir las angulas” . El guardia civil dice que Manuel hace referencia a un envase de gulas que está, según dijo el guardia civil, dentro de una de las bolsas junto a los paquetes de cocaína. Es decir, que realmente se estaba refiriendo a la droga, según el investigador.
El destinatario de la droga, según este agente sería Luis Carlos V. P. quien, según declaró, mantiene constantes reuniones preparatorias del envío de droga tanto con Manuel M. C. como con Rodolfo A. C., uruguayo al que apodan “Langostino”. Los agentes concluyeron que los integrantes de la trama estaban intentando abrir una vía estable de introducción de cocaína desde Uruguay. Utilizando lenguaje velado, evitaban referirse a la mercancía real y hablaban de “catering” o “mejillones”. De hecho, en una de las conversaciones explican que, “después de la boda”, si comprueban que “el catering es serio”, podrían hacer negocios “a mayores”, señalando el guardia civil a posibles envíos en contenedores. “Están hablando en todo momento de transporte de estupefacientes”, dijo el guardia civil.
Por último, relató los seguimientos que realizaron en Vilagarcía tanto a Rodolfo A. C. como a Alfonso S. y a Adrián B. M. De Alfonso aseguró que hizo de lanzadera hasta la frontera de Portugal para Rodolfo cuando este transportaba tres kilos de cocaína en un coche balizado que la Guardia Civil pudo interceptar en Badajoz. Además de la droga portaba 9.000 euros.
El investigador del EDOA explicó como la noticia de la detención de Rodolfo genera una gran intranquilidad en Adrián B.M., con quien hacía tratos para la adquisición y venta de estupefacientes, al ver perdido tanto el alijo como los 9.000 euros interceptados por la Guardia Civil. Todos los implicados utilizaban medidas de seguridad para intentar no ser detectados: Por ejemplo, se comunicaban a través de cabinas telefónicas a las que llamaban previo aviso al interlocutor. En esas llamadas se hace patente, según este guardia civil, el malestar de Adrián por la detención de Rodolfo y en alguna conversación se le escucha hablar de la “merca”, referido supuestamente a la droga, y que “Rodolfo iba con 9” en referencia a los 9.000 euros decomisados.
Las anteriores vistas
La de ayer fue la sexta vista del juicio por el alijo del "New Polar" que comenzó el lunes de la semana pasada con la toma de declaración al cocinero del barco. Siguió con el interrogatorio a otros cuatro acusados y a los dos agentes de la Guardia Civil en la Unidad Central Operativa (UCO), primero de forma telemática y luego presencial por petición del fiscal y del juez ante la perplejidad que suscitaron las contradicciones en la declaración.
