“Estoy acostumbrada a la mascarilla, pero tenía ganas de volver”. Con esta frase resumía Claudia, alumna de segundo de primaria, la vuelta a las aulas en el tercer curso en pandemia, en el que se espera llegar a la normalidad.
Los timbres de los colegios de la comarca sonaron ayer puntuales para dar la bienvenida a más de 4.000 alumnos de Infantil y Primaria de los 22 centros públicos y concertados, un centenar menos que el curso pasado.
Los niños escondían dentro de sus mochilas toda la ilusión por volver a reencontrase con sus amigos y profesores. Las mascarillas, que siguen siendo protagonistas junto al protocolo de prevención, no ocultaron las sonrisas de muchos, y las lágrimas de unos pocos, que querían seguir disfrutando del verano. Entre los padres se notaba un ambiente de tranquilidad, lejos de la incertidumbre que supuso el inicio del curso pasado.
“Tenemos la experiencia del año pasado, ya sabemos como es el protocolo”, explica una madre a la entrada del colegio de A Pedra. Entre las familias se respira más tranquilidad, lejos de las dudas que supuso la vuelta al colegio en 2020, con un protocolo recién estrenado y con dudas de si el curso se desarrollaría sin incidencias.
“Ahora tenemos menos miedo a que tengan que cerrar alguna clase, el año pasado no ocurrió y confiamos en que este vaya bien”, aclara otra madre. Las cifras de vacunación también ayudan. Aunque los menores de doce años no han recibido la primera dosis, su entorno ya tiene la pauta completa, un factor que marca una importante diferencia con respecto al año anterior.
Los equipos directivos y el profesorado de los colegios afrontaron la situación con un protocolo al que ya están habituados. “Teníamos muchas ganas de ver a los niños y lo hacemos con más tranquilidad”, explica Rosa, profesora de segundo de Primaria en A Pedra. Junto a otras docentes, esperaban a los niños en la puerta del centro.
Las entradas fueron escalonadas y los alumnos accedían por diferentes puertas, en función del curso. La llegada del transporte escolar también se desarrolló sin incidencias.
Una vez en el patio, los niños se mantenían en sus grupos de convivencia, separados por clases para entrar al interior del centro. Los padres se despedían a lo lejos, ya que el protocolo impide el acceso al interior del centro de Primaria, salvo motivos justificados. Algunos incluso sacaron los teléfonos para inmortalizar el momento del inicio de un curso, que podría ser el último marcado por las restricciones.
Por distintas puertas
La primera jornada de clase se celebró sin incidencias en la comarca. En el CEIP A Torre-Cela regalaron a los niños una bombilla de papel con el lema “Este curso brillarás, cre en ti”.
En los colegios de Moaña, por ejemplo, los alumnos siguieron un procedimiento similar, con entradas por distintas puertas, dependiendo del nivel educativo, y con una espera de diez minutos entre cada grupo. En Cangas se estaba pendiente de la salida en el colegio Casa de la Virgen, con el paso del renovado Camiño Real que otorga preferencia peatonal, pero tampoco se registraron problemas.
El protocolo que rige la vuelta a las aulas de Primaria e Infantil es prácticamente idéntico al del curso pasado. Se mantienen los grupos burbuja, las mascarillas y la desinfección. Otro de los elementos fundamentales es la ventilación, cada clase deberá cubrir una hoja de registro, donde se anotarán las horas de ventilación.
También se siguen priorizando las tutorías telemáticas (por videollamada o teléfono) con los padres y madres, salvo casos excepcionales. Lo mismo ocurre con el acceso al centro y solo podrán ser acompañados los alumnos de Infantil, por un único familiar. En Primaria los padres deben dejar a los niños en la entrada, dónde un docente los ayuda a acceder. Por ese motivo, los colegios solicitan la puntualidad del profesorado. Se debe llevar un registro del personal externo que tenga que acceder al recinto escolar por algún motivo.
Los niños se seguirán dividiendo en los denominados grupos estables de convivencia, con sus compañeros de clase. En los recreos, el protocolo de la Xunta marca que se pueden juntar grupos, pero solo si son del mismo nivel.
De igual modo, Educación ha abierto la puerta a que se puedan relajar algunos aspectos del protocolo en función de la evolución sanitaria, con la atención puesta en la aprobación de la vacunación para los menores de doce años. Los directivos también se muestran más animados y tienen en mente organizar más salidas y actividades como coloquios.
Obras
A lo largo del verano los Concellos aprovecharon para acometer obras de mantenimiento en todos los colegios. En Moaña ayer los estudiantes observaron nuevos techos de escayola en el CEIP Seara, sustituyendo a los de fibra de vidrio. Además, se pintaron las aulas de Infantil de Tirán, clases de A Guía y de la Escola Infantil de O Con.
El Concello también pintó aulas y entrada de Infantil de Seara. Además se repararon vallados, baches en algunas pistas y se mejoró la accesibilidad con nuevas rampas. También fue necesario reponer los destrozos causados por el botellón en las instalaciones del CEIP Reibón. Moaña mantiene al equipo de desinfección contra la pandemia y a los conserjes que comparten los colegios sin este personal propio.
