Hasta 22 horas diarias: EE UU apercibe a China por trabajos forzosos en pesqueros

Los barcos se nutren de migrantes de Indonesia y Filipinas, “particularmente vulnerables” | El comisario europeo rechazó una amonestación al creer que no era “el mejor camino”

Tripulante de un buque chino, en cubierta. |   // ENVIRONMENTAL JUSTICE FOUNDATION

Tripulante de un buque chino, en cubierta. | // ENVIRONMENTAL JUSTICE FOUNDATION / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

A excepción del tanquero Gloriwave (con pabellón de Sierra Leona) y de otro apátrida, todos los buques de esta lista IUU (siglas en inglés de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada) son chinos. La compilación corresponde a la North Pacific Fisheries Commission (NPFC) y aparece mencionada en un completo informe elaborado por la Administración de Estados Unidos. En concreto, a cargo del Servicio Nacional de Pesca Marítima (National Marine Fisheries Service, NOAA Fisheries), y que acaba de ser presentado ante el Congreso. Ahí aparecen buques como Yuanda 8, Lu Rong Shui 158, LuRong Yuan Yu 787 o Zhou Yu 661. Claro que la NPFC es solo una de tantas organizaciones de gestión de pesquerías y lo novedoso no es ya que la bandera que ondean estas embarcaciones –cuando no la ocultan– sea de China, sino que este estudio apercibe por primera vez a este país por trabajos forzosos en su flota pesquera. Y, además, por no hacer lo suficiente para erradicarlo. “A bordo de los buques, los documentos de identidad de los trabajadores son a menudo confiscados” y la tripulación pasa “meses” en régimen de prisión y sin pisar tierra, dice textualmente el documento, de 110 páginas.

Estas prácticas de esclavitud se producen normalmente en los buques de gran altura o larga distancia, como los que operan cerca de las Galápagos o frente a aguas territoriales de Argentina, en la zona comúnmente conocida como Milla 201. “La mayoría de la tripulación a bordo de los buques de esta flota son trabajadores inmigrantes de Indonesia y Filipinas, que son particularmente vulnerables al trabajo forzoso –prosigue el estudio–. Estos trabajadores a veces son reclutados por agencias que los engañan con información falsa sobre sus salarios y los términos de los contratos”, que a menudo conllevan la firma de cláusulas de deuda a repagar por los marineros. “Se ven obligados a trabar de 18 a 22 horas al día [...] se enfrentan al hambre y la deshidratación, viven en condiciones degradantes y son sometidos a violencia física y verbal”.

Es el mismo caso que protagonizó este pasado verano un tripulante del potero chino Lu Qing Yuan Yu 765, que llegó a lanzar por la borda un mensaje en una botella de plástico pidiendo auxilio. “Me encerraron. ¡Cuando veas este papel, por favor ayudadme a llamar a la policía! ¡SOS - SOS!”. Un caso más de una lista interminable de denuncias, tanto de trabajos forzosos como de pesca ilegal, pese a las cuales la Comisión Europea rechazó apercibir a China con una tarjeta amarilla. “China ha progresado, incluida la actualización de sus reglamentos de pesca en aguas distantes [...] o el desarrollo de reglas sobre transbordos en alta mar”, aseguró el comisario Virginijus Sinkevicius por escrito el pasado mes de marzo. En EE UU no son de esta opinión. “ “Combatir estas prácticas es una de las principales prioridades de Estados Unidos, y trabajaremos con cada nación y entidad identificada para remediar estas actividades”, destacó la administradora adjunta de NOAA Fisheries, Janet Coit. Un apercibimiento como el lanzado a China puede derivar en la prohibición de acceso a puertos norteamericanos o de importación de productos pesqueros.

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