Los científicos plantean recortar la caballa ante los cupos fijados de forma unilateral

La pesca de caballa (o xarda) en aguas europeas volverá a dar que hablar el año que viene. No porque la especie pelágica, que se distribuye de norte a sur, esté en malas condiciones. Más bien, por la forma de proceder de países como Noruega, Reino Unido o Islas Feroe. Estos estados ribereños apuestan cada año por fijar sus propias cuotas unilaterales, ajustando unas cantidades de acuerdo a lo que entienden que merece su flota y desentendiéndose de cualquier acuerdo fijado con el resto de países y, en particular, con la Unión Europea. Tanto entidades certificadoras como MSC (Marine Stewardship Council) como los propios científicos vienen alertando de esta situación que se repite cada año. De hecho, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) ha publicado ya su recomendación de cara al próximo año, en la que además de aconsejar un recorte de casi 42.600 toneladas, el cuarto descenso seguido, denuncian que la suma de cuotas fijadas de forma independiente por estos países supera los dictámenes científicos en un 44% desde 2010.

Exceso con la caballa: 1,5 millones de toneladas de sobrepesca desde 2015

Los expertos del ICES publicaron su advice en el que con el enfoque del rendimiento máximo sostenible (RMS, el máximo que se puede pescar sin afectar a la salud de la población de caballa), las capturas en 2023 no superen las 739.386 toneladas, lo que supone un 7% menos respecto a la recomendación efectuada el año anterior. Sin embargo, la cifra estaría muy lejos de la suma de cuotas efectuada por los países que participan en su captura. De acuerdo a los cálculos de los científicos, los cupos ascendieron a 1.188.265 toneladas, por lo que, si se aplicase estrictamente, la recomendación del ICES supondría casi un 38% menos.

No obstante, el órgano asesor independiente en la materia da por hecho que, una vez más, la práctica de estos países volverá a ser la misma, lo que sin duda creen que afectará a la especie. “Concretamente, esto puede dar lugar a un mayor riesgo de que la población caiga por debajo de Blim [término empleado para hacer referencia al punto de referencia límite para la biomasa reproductora de las especies] y a la pérdida de capturas a largo plazo”, recoge la recomendación.

La relación pesquera con Noruega explota: se apropia de más de un tercio de la caballa

Solo este año, entre Noruega y Reino Unido se asignaron una cantidad que equivale a casi un 60% del total admisible de capturas (TAC) sin tener en cuenta al resto de países. En concreto, Noruega reclamó 249.870 toneladas y Reino Unido otras 210.814, es decir, 460.684 para las flotas de los dos países, que acordaron un acceso recíproco a aguas para trabajar.

Ventas

El año pasado, las lonjas de la comunidad gallega comercializaron 7.285 toneladas de caballa, principalmente capturada por el cerco y las embarcaciones de artes menos. El valor alcanzado en primera venta fue de 12,5 millones, un 28% más respecto a las 8.040 toneladas registradas un año antes al aumentar el precio medio en 50 céntimos, hasta 1,72 euros el kilo.

En el acumulado de lo que va de año, las lonjas comercializaron 4.313 toneladas por 5,7 millones, prácticamente la mitad en valor que a estas alturas el pasado año.

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