Los trabajadores jóvenes se desplomaron un 60% en la pesca gallega en dos décadas

Solo uno de cada diez titulados de las escuelas náuticas de la comunidad elige el sector para su vida profesional | Los armadores piden flexibilidad para las prácticas en alta mar

Un pescador joven, recogiendo las redes

Un pescador joven, recogiendo las redes / James Glossop

Julio Pérez

Julio Pérez

El Parlamento Europeo aprobó en septiembre de 2021 una resolución con las posibles medidas “para atraer una nueva generación de trabajadores al sector pesquero y generar empleo en las comunidades costeras”. “La política pesquera común tiene que garantizar que la pesca y la acuicultura sean sostenibles a largo plazo desde un punto de vista social, económico y medioambiental, y que este objetivo debe seguir realizándose para mantener el atractivo laboral del sector”, destaca el documento, que alabar el estoicismo del colectivo en plena resaca en aquel momento de las olas más fuertes del COVID-19 –“A pesar de los riesgos de seguridad y los bajos precios del pescado, los pescadores han continuado con su actividad y proporcionando alimentos de alta calidad”, recuerda– y apela a “prestarles especial atención”.

“No solo por el papel que desempeñan, sino también por su importancia para la seguridad alimentaria de la Unión”, enfatizan los eurodiputados. Las propuestas van desde mejorar la información sobre la realidad laboral de la actividad hasta dar mayor seguridad a la vida a bordo, pasando por garantizar la igualdad de género en la actividad y sacar adelante “bases comunes para un sistema normalizado de formación y certificación para las distintas categorías de pescadores” para “el reconocimiento rápido a escala europea” de los títulos entre estados miembros.

La tramitación ágil de las homologaciones es una de las muchas referencias que la resolución toma prestadas del informe Bénodet, un estudio elaborado por la patronal pesquera europea Europêche, la confederación de cooperativas agrarias Cogeca y los sindicatos del transporte agrupados en ETF para el foro celebrado en esa ciudad francesa en octubre de 2020 para abordar el reconocimiento mutuo de los certificados en el sector de la pesca marítima en Europa. El informe Bénodet partía de una pregunta: “El pescado viene del mar, pero ¿de dónde vendrán los futuros pescadores?”. “Podría reformularse de manera más elaborada como “El pescado viene del mar y los pescadores son guardianes de los peces y del mar, pero ¿cómo conseguiremos relevarlos y de dónde vendrán los futuros pescadores?”, cuestionó el Parlamento Europeo dos décadas después. En todo este tiempo, la ocupación del sector en Galicia no paró de desangrarse, especialmente entre los jóvenes.

El régimen especial del Mar, donde cotizan la mayoría de profesionales del sector, cerró el pasado mayo con unos 29.600 afiliados, un 34% menos que en ese mismo mes de 2003. Se perdieron 10.700 trabajadores. El 42% de los que quedan supera los 50 años (8.136) y los menores de 35 años apenas suponen el 15% (2.912). Las afiliaciones de los jóvenes se desplomaron se desplomó un 60%. Contando también el resto de regímenes de la Seguridad Social (el general para los asalariados y el de autónomos), hay 2.018 empresas inscritas en la comunidad en pesca marina con 10.725 trabajadores; una de agua dulce y 24 empleados; 404 firmas y 6.600 personas en nómina en acuicultura marina; y 11 empresas y 66 trabajadores en acuicultura en agua dulce.

“Somos poco atractivos, a lo mejor no nos vendemos bien”, reconoce Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi). Como demuestra el informe Bénodet, el problema de la falta de relevo generacional en la pesca no es nuevo, pero sí cada vez más grave. A pesar del elevadísimo índice de empleabilidad –“El 95% de la gente que formamos consigue un contrato fijo”, resalta Touza–, menos del 10% de los titulados de las cuatro escuelas náuticas de Galicia optan por la pesca para desarrollar su vida profesional. “Prefieren trabajar en mercantes, remolcadores o embarcaciones deportivas”, cuenta el máximo responsable de Arvi, desde donde se han volcado con llevar la experiencia de personal de mando retirado hasta los propios centros educativos “para contar la realidad mejor, las posibilidades del sector” y despertar vocaciones.

No entra savia nueva al oficio y, a diferencia de otros sectores, la pesca tiene limitaciones para estirar la vida laboral de sus trabajadores por las jubilaciones a partir de los 55 años. “Es una labor de mucho desgaste físico y psicológico y solo en situaciones excepcionales están dispuestos a continuar en alguna campaña de manera eventual”, cuenta Touza.

La diferencia de calendario entre las campañas y el escolar tampoco ayuda a impulsar la FP Dual. Solo la de Malvinas vuelve antes del verano. “Tenemos sobre unos 20 alumnos”, indica Touza, que apuesta por “una mayor adecuación entre el itinerario académico” y la realidad laboral y “potenciar mucho más” que los estudiantes pudieran simultanear la parte teórica “con ir embarcado y tutorizado por los jefes de máquinas, que son los que le van trasladando los conocimientos y acabarán consiguiendo el título de capitán con horas de mar ya”.

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