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Sinkevicius alaba a Vietnam, país señalado por la UE como bastión para la pesca ilegal

El comisario lo ensalza como “fuerte socio medioambiental” pese a la “tarjeta amarilla” que tiene desde 2017 | El país pide garantizar los suministros para el mercado de la UE

Barcos de pesca amarrados en un puerto de Vietnam. | PIXABAY

La legislatura de Virginijus Sinkevicius atraviesa su peor momento en cuanto a su relación con la pesca. Si bien no comenzó bien, ya que para empezar la actividad no estaba incluida en la nomenclatura del cargo, las últimas decisiones del comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca no están sentando bien en la industria, que se siente atacada por el reglamento que veta la pesca de fondo en 87 áreas y que cree que el lituano se está inclinando cada vez más hacia las corrientes verdes de Bruselas para la toma de sus decisiones. En concreto, temen que, como al principio de la legislatura, la pesca quede relegada a un segundo o tercer plano. Algo que el propio Sinkevicius demostró una vez más ayer. El comisario alabó a través de varios tuits en su cuenta oficial la labor medioambiental de Vietnam, que identifica como “fuerte socio” en la materia pese a estar señalado como bastión para la pesca ilegal por parte de la propia Unión Europea. El país cuenta desde 2017 con una de las tarjetas amarillas con las que la Comisión identifica a aquellos que cometen malas prácticas pesqueras y que fomenten la sobreexplotación de los océanos.

El lituano acudió para participar en un foro sobre economía verde y se reunió con el primer ministro, Pham Minh Chinh, para “abordar la triple crisis global: pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación”. Para ello, se citó también con el ministro de Medio Ambiente, Hong Ha, con la idea de acabar con la contaminación de los plásticos. “Me alegra mucho ser testigo de estos progresos de primera mano”, destacó.

Sinkevicius con el primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh. @VSinkevicius

Durante su visita, Sinkevicius también apeló a “intensificar la colaboración” en materia de “seguridad alimentaria” tras citarse con el ministro de Agricultura vietnamita, Le Minh. Fue en este encuentro en el que mencionó la necesidad de luchar “contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”, así como por “una economía azul sostenible y bosques saludables”. Es la única referencia al sector pesquero en sus tuits, en los que no menciona la tarjeta amarilla o los avances en estos cinco años para intentar librarse de ella. Lo hizo el primer ministro, Pham Minh Chinh, que aseguró que Vietnam “ha implementado activamente medidas” para abordar el problema.

De hecho, el periódico oficial del Gobierno vietnamita recoge que el primer ministro “sugirió que la Comisión Europea (CE) considere la eliminación anticipada de la tarjeta amarilla” y que, además, “brinde apoyo técnico” para combatir la pesca ilegal. De esta forma, esperan contribuir “a garantizar los medios de vida de los pescadores y los suministros para el mercado de la UE”.

El país asiático es uno de los amonestados por la UE. También tienen tarjeta Ecuador, Panamá, Ghana, San Cristóbal y Nieves, Sierra Leona, Trinidad y Tobago, Liberia y Camerún. La visita de Sinkevicius y sus mensajes positivos en materia medioambiental concuerdan con la paradoja que vive la UE en los últimos años en pesca. Como publicó este medio en septiembre, los Veintisiete destinan más de 2.300 millones de euros al año a adquirir productos de estos países sancionados, más que en los niveles previos al COVID.

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