La flota de cerco de la ría de Vigo, que habitualmente esperaba hasta Navidad para dar por bueno el año y empezar la parada de invierno, se vio forzada a adelantar el paro en 2021. Aunque estuvieron aguantando durante la segunda mitad del año, tras el cierre de la pesquería de sardina, el milagro que esperaban nunca llegó. El jurel, la especie que ejerció como refugio para los 150 barcos que forma el sector en la comunidad, no se acercaba a la costa. Las descargas de 2021 de esta especie cayeron casi a la mitad respecto a las de los dos años previos y la facturación en la lonja sufrió un golpe de casi el 30%, con 7,7 millones de euros menos en ventas. Y el arranque de 2022 no está siendo nada halagüeño para los armadores. “El año comienza muy mal porque sigue sin haber jurel en la costa”, apuntan desde la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga). Sin otra pesquería viable para esta época del año, la flota urge abrir una vía de negocio que pasa, exclusivamente, por el adelanto de la campaña de sardina, para que en lugar del 1 de mayo comience el 1 de abril, en menos de un mes.
Según demanda el cerco, la Secretaría General de Pesca podría decretar la apertura de común acuerdo con su homóloga en Portugal, ya que ambos países gestionan a una especie que no está dentro del sistema de cuotas de la Unión Europea. La responsable del departamento, Alicia Villauriz, ya explicó a FARO que la previsión es la de aumentar ligeramente el cupo que se estableció el año pasado, que fueron 40.434 toneladas para los dos países, lo que también estaría en línea con los análisis realizados por los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES).
Desde Acerga recuerdan que la flota lusa también estaría de acuerdo, toda vez que la sardina es su principal especie. “Necesitamos que se abra ya la pesquería de sardina, cuanto antes”, comenta el portavoz de la asociación gallega, Andrés García. “Lo que no puede hacer la gente es morir de hambre, hay que facturar algo para que la actividad sea sostenible”, añade.
El jurel debería ser, en estos primeros meses del año, la especie que sostenga al sector. Sin caballa cerca de Galicia y sin anchoa más allá del Cantábrico, la sardina y el jurel son las únicas especies que se ven habitualmente en el caladero, pero la segunda sigue fallando. “Siempre diversificamos, pero nos dejaron sin especies porque como siempre dijimos la flota se vio obligada a hacer mucha presión sobre el jurel”, comenta.
García, que habla en representación de 117 de los 150 barcos cerqueros gallegos pero que asegura que el grueso del sector está unido en este tema, recuerda que “los estudios científicos avalan que la sardina está bien” y que la decisión se podría tomar. “En esta época la mitad de la flota de Vigo debería estar en el mar, pero están prácticamente parados”, lamenta.
La otra opción que tiene el cerco, y no es viable para aquellos que tienen barcos más pequeños, es desplazarse al Cantábrico para la campaña de anchoa. Allí hay unos 30 barcos de la comunidad, pero las capturas tampoco están acompañando. “Se está empezando a pescar algo, pero no hay gran cosa”, comenta. A su juicio, la situación es límite y la decisión sobre la sardina es clave. “Nunca fue tan necesario como en ese momento”, explica.
