Entrevista | Rosa Arroyo Castillo Vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales Médicos

“Ser ingenuos en salud puede tener consecuencias muy graves”

La doctora ofrece el miércoles una charla sobre las pseudoterapias en la sede viguesa de la Diputación

La oftalmóloga Rosa Arroyo.

La oftalmóloga Rosa Arroyo. / // CEDIDA

La vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, la doctora Rosa Arroyo, ofrece el miércoles (19 horas) la charla “Protege la salud frente a las pseudoterapias” en la sede viguesa de la Diputación. Su objetivo es difundir la existencia del Observatorio de Pseudociencias y Pseudoterapias de la Organización Médica Colegial (OMC) –www.cgcom.es/observatorios/oppiss–, que ella coordina “

porque están proliferando las prácticas y las técnicas que no están basadas en la mejor evidencia científica disponible” y “es necesario combatirlas”. La oftalmóloga y primera mujer que accede a la cúpula del OMC señala que, para ello, proporcionan información al ciudadano y formación al profesional y, desde los 52 colegios provinciales, mantienen una actitud vigilante ante publicidad engañosa e intrusismo.

–¿En que están viendo esa proliferación de pseudoterapias?

–No tenemos una cuantificación. Las situaciones pueden ser en un número no relevante respecto a los millones de actos médicos, pero sí lo suficiente para que algunas personas en situación de vulnerabilidad grave nos reporten casos que han vivido y que todavía se van dando. Los profesionales de Oncología nos dicen que hay personas que abandonan el tratamiento, lo retrasan o pierden la oportunidad por ellas. Hace muy poco, Jama, una revista médica muy prestigiosa, dijo que está aumentando la información falsa en salud. Pero no hay que cuantificarlo, puedes verlo en cualquier red social. ¿Quién informa de salud? Influencers sin titulación sanitaria. Pones “StopPseudociencias”y salen un montón de situaciones graves que están siendo denunciadas por pacientes, familiares o los propios médicos.

–Cuando un paciente abandona la terapia que le ofrecen en su hospital por una pseudoterapia, ¿puede haber algo de responsabilidad de los médicos?

–Por supuesto que hay que hacer examen de conciencia por parte de los médicos y del sistema, que no lo favorece. Tenemos muy poco tiempo para la atención a los pacientes y no podemos escucharlos lo que merecen y nos gustaría. Además, estamos en la sociedad de la inmediatez y muy medicalizada. ¿Cómo te explico que una infección vírica se va a resolver con o sin tratamiento en un tiempo, si tú quieres que te pase el dolor ya? Nosotros debemos dar una atención más humana, pero velamos por la calidad y la seguridad. En las más graves, como en un trasplante, la relación médico-paciente es muy intensa. En otras a lo mejor no, pero es difícil que oncólogos y psiquiatras no se entreguen a fondo. Con las degenerativas yo también me esfuerzo. Tenemos debilidades, pero por eso nos intentamos formar.

–Sanidad ha ampliado su campaña coNprueba frente a las pseudociencias con informes de ocho técnicas más. ¿Es suficiente?

–No, aparentemente no. El Ministerio descartó 70 terapias en un primer en un primer cribado en 2018 porque no había nada publicado, después dejó otra 70 para pasar por las agencias de evaluación, pero aún quedan algunos aspectos. Aunque pueda cerrar una etapa, hay mucho que hacer y así se lo estamos manifestando. La ministra no es tibia, pero ahora tiene que poner en marcha todos los mecanismos para continuar trabajando con acciones y medición del impacto

–¿Habilitando algún mecanismo punitivo? Por ejemplo, ¿para que se pueda actuar contra mensajes como el de Pablo Motos sobre una cama de supuesta regeneración celular?

–Si Pablo Motos no dice que la famosa cama de plasma frío tiene una finalidad sanitaria, nosotros no debemos hacer nada. La ministra estuvo muy acertada en su comentario [“Las pseudoterapias solo tienen efectos en el bolsillo, en el mejor de los casos. La falta de evidencia científica no solo es un engaño: también puede poner en riesgo la salud”] porque, algo que no tiene evidencia científica y, encima, el plasma frío que sí se está utilizando para patologías muy concretas y en fase de ensayo, es un peligro. Parece que va todo en el mismo saco y genera falsas expectativas en los pacientes y en el sistema sanitario, porque nos preguntan “¿Por qué a mí no me hacen esto?”. Desde el Observatorio no queremos nada punitivo en lo que sí vamos a insistir es sobre que uno tiene que tomar la decisión con la debida y adecuada información rigurosa, avalada por pares, en las fuentes fiables de información. Y también preguntarle si las usa porque la Sociedad Española de Oncología Radioterápica dice que algunas de esas prácticas influyen sobre los tratamientos que se prescriben y pueden generar efectos adversos e interacciones. Ser ingenuos en materia de salud puede tener consecuencias muy graves.

–Entonces, ¿no solo son ineficaces, también pueden matar?

–Sí, porque lo natural no es inocuo. Un artículo de la Academia Americana del Corazón dice que las terapias alternativas dan importantes problemas de efectos adversos e interacciones con drogas. Perder una oportunidad o retrasar un tratamiento también tiene consecuencias en la salud, en la esfera psíquica y en la de relación y social, porque algunas de estas pseudoterapias, a veces, instan al paciente a alejarse de su círculo de apoyo, porque muchos les cuestionan que haga eso. Hay algunas menos lesivas, pero otras pueden acabar en la muerte del paciente. La Medicina no asegura la supervivencia ni la cura, pero tenemos que ser honestos y usar el método científico.

–En su trayectoria con las pseudoterapias han encontrado el motivo de por qué gente tan inteligente como Steve Jobs cae en ellas?

–Tengo mis propias teorías, no corroboradas, pero el C la fundación española para la ciencia y la tecnología hizo un estudio a pacientes que usaron las pseudociencias y no respondían a ningún grupo determinado, aunque había un poquito más de mujeres de edad media con buen nivel de estudios. Asocian la medicina actual a algo muy tecnificado, con poco humanismo y una relación médico-paciente que se va diluyendo en el sistema. Lo asocian también a una mala prensa sobre la medicalización y la presión de la industria farmacéutica. Comentan que en algunas situaciones es algo que les proporciona bienestar, relajación… Es un estudio de principios de 2020. Las respuestas serían muy diferentes después de la pandemia, todo ha cambiado. Le añadiría el mensaje subliminal de las redes, que no puedes distinguir la paja del grano. Yo voy a la fuente, pero a veces es difícil. Hicimos seminarios sobre comunicación veraz y verifícate

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