El joven declara que el exgrapo amenazó ya en anteriores disputas con ir armado

La víctima del suceso de Castrelos y su novia comparecen ante la jueza en un acto en el que que también se visionó el vídeo donde se ve a Manuel Baña Gil disparar dos veces

Vídeo completo de Manuel Baña disparando hacia el árbol tras el cual estaba refugiado el joven.

FDV

Marta Fontán

Marta Fontán

El joven de 28 años que hace una semana fue víctima del grave suceso de Castrelos, en el que un sexagenario vigués exmiembro del GRAPO le disparó en dos ocasiones afortunadamente sin alcanzarle, declaró ayer ante la jueza instructora. También lo hizo la novia, que estaba con él en el parque canino donde ocurrió todo. En una comparecencia en el Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo en la que se visionó el vídeo grabado por el chico con su teléfono móvil, que recoge los momentos en los que Manuel Baña Gil accionó su arma de fuego, el perjudicado se ratificó en su denuncia y relató de nuevo lo ocurrido, remitiéndose asimismo a la grabación de 57 segundos de duración que evidencia los hechos más graves sucedidos esa tarde de jueves.

El joven se refirió también a las anteriores disputas y encontronazos que habían tenido, todas relacionadas con los perros, en una de las cuales, a principios de junio, llegaron a las manos: afirmó que en eses altercados previos el hoy investigado ya había amenazado con ir armado con una pistola, algo que finalmente cumplió.

“No me dio de milagro”, confesó el chico tras lo ocurrido a su círculo cercano. Tanto él como su novia contaron ayer en el juzgado que todo sucedió cuando ellos estaban abandonando el parque con su mascota y entraba en el mismo, con sus dos perros atados con largas cuerdas, Manuel Baña. Ambos testigos coincidieron en que el sexagenario hizo el gesto de “echarles” los animales moviendo dichas cuerdas y el joven concretó que en ese momento decidió coger su teléfono móvil y empezar a grabarlo para tener “pruebas” de que eran los canes de este vigués los que atacaban al suyo, algo que supuestamente ya había ocurrido en las tres anteriores ocasiones en las que tuvieron problemas en el mismo parque canino.

La costumbre del exgrapo de llevar a los perros atados con unas cuerdas muy largas ya le había provocado problemas con dueños de otros animales. “Son tan largas que es como si los llevase sueltos”, describían hace unos días vecinos del barrio donde, hasta su entrada en prisión provisional, residía este vecino de Vigo.

Un puñetazo en junio

El perjudicado, que pidió ser examinado por un médico forense porque lo sucedido le ha causado un estado de ansiedad, también habló, ante las preguntas que se le plantearon en la toma de declaración, del altercado anterior del 5 de junio con el exgrapo en el que, tras recibir él un codazo por parte del sexagenario, reconoció que le dio un puñetazo que lo tiró al suelo, episodio que coincide con la fecha en la que los vecinos del hoy encarcelado lo vieron llegar a su vivienda con la “cara ensangrentada”. De hecho, hace escasos días, contó también el joven, le llegó el aviso de la denuncia que el sexagenario presentó contra él por estos hechos, que han sido judicializados.

Recurso contra el auto de prisión

Y mientras, Manuel Baña Gil cumplirá este sábado una semana en el centro penitenciario de A Lama. La defensa presentó ayer mismo un recurso de reforma ante el juzgado instructor contra el auto que decretó su ingreso en prisión provisional. La abogada, según pudo saber este periódico, pide que se imponga a su cliente una medida menos restrictiva que la privativa de libertad, como pueden ser una orden de alejamiento con respecto a la víctima, una localización permanente o un dispositivo telemático (una pulsera de control por GPS). Argumenta que los hechos no están acreditados y basa también su escrito en la situación personal y médica del exgrapo, que en mayo cumplió 69 años de edad. Junto a la Fiscalía y la defensa, en la causa judicial se ha personado otra letrada que ejercerá la acusación particular en representación del joven vigués al que se dirigieron los disparos.

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Con el vídeo ya sobre la mesa y las declaraciones del joven y su novia practicadas, otra cuestión clave para la instrucción judicial es el análisis de la pistola incautada así como determinar pericialmente, entre otras cuestiones, el ángulo y trayectoria exactos de los disparos con respecto a la víctima. Para ello la jueza ha remitido un oficio a la Policía Nacional en el que ordena realizar estas diligencias, que incluyen también otra inspección ocular en el parque canino de Castrelos que fue escenario de los hechos. Una de las diligencias encargadas es un informe de balística de la pistola empleada, que según las fuentes consultadas es del calibre 9 mm. Estos estudios suelen determinar el tipo de arma, la marca y modelo, el calibre, la antigüedad, el estado de conservación y otras particularidades. La nueva inspección ocular en Castrelos, junto a un reportaje fotográfico, busca acreditar el punto donde impactaron los proyectiles, particularmente uno que habría dado contra el árbol tras el cual se refugió la víctima. A mayores, la jueza ordenó un examen pericial para determinar desde un punto de vista forense, además de lo que muestran las imágenes del móvil, el ángulo de los tiros y la trayectoria con respecto a la posición del joven. Junto a la tenencia ilícita de armas el juzgado atribuye al exgrapo un delito de homicidio en grado de tentativa o en su caso de amenazas: la tipificación se concretará según lo que depare la investigación judicial. El intento de homicidio, castigado con una pena de prisión mayor, requiere que el autor tenga una intención inequívoca de matar y actúe en consecuencia, pero sin conseguir el resultado que busca.

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