La Ciudad de la Justicia estrena vestíbulo pero sufre recortes en personal de seguridad

El hall con “pecera” tendrá control de acceso de ciudadanos y trabajadores

El edificio perderá a cuatro de sus nueve vigilantes privados, lo que obliga a suprimir el turno de noche

Las obras del nuevo hall de la Ciudad de la Justicia ya están avanzadas.

Las obras del nuevo hall de la Ciudad de la Justicia ya están avanzadas. / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

El 1 de septiembre supone la vuelta a la rutina y el ajetreo judicial. Pese a coincidir en viernes, el trasiego de profesionales y ciudadanos era ayer notorio en la Ciudad de la Justicia, dejando atrás el sosiego de agosto, inhábil para la mayoría de los trámites procesales. El nuevo curso judicial se ha estrenado con parte de los deberes hechos en lo tocante a los retoques que necesitaba la sede de Pizarro. Junto a la ampliación de dos salas de vistas, una de ellas destinada a la sección penal de la Audiencia, el nuevo vestíbulo, diseñado para evitar los problemas causados el pasado invierno por el frío y la lluvia, ya va tomando forma. Aunque las obras aún no están acabadas, ya se creó una “pecera” y se instaló también una tarima de madera para corregir el desnivel que existía en la zona donde se ubicarán los policías nacionales y el personal de seguridad para realizar el control de accesos. Frente a estas mejoras, los sindicatos acaban de advertir del recorte del servicio de seguridad que se sufrirá a partir de noviembre en el edificio: de un 40%, al prescindirse de cuatro de los nueve vigilantes privados que hay en la actualidad, lo que, avisan, obligará a suprimir el turno de noche.

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Al ser inhábil para todas las actuaciones judiciales excepto las urgentes, agosto es el mes de vacaciones por excelencia de abogados y procuradores. Ayer el trabajo empezó a acumulársele en sus despachos: en apenas tres horas los juzgados realizaron algo más de 2.500 notificaciones de sentencias y otras resoluciones, según informó el Colegio de Procuradores. Ya no hay el aluvión de hace años ya que estas comunicaciones deben hacerse ahora de forma escalonada durante los primeros días del curso judicial.

Aprovechando que agosto es el período de menor actividad judicial, la Xunta escogió dicho mes para realizar las reformas que necesita la Ciudad de la Justicia. No se pudieron hacer todas. Sí se ampliaron las dos salas de vistas necesarias para albergar con comodidad los muchas veces concurridos juicios penales –la 11 y la 29– y se avanzó en el hall de entrada, una obra imprescindible para evitar que el personal de seguridad tenga que trabajar, como ocurrió en el estreno del edificio, con temperaturas gélidas. El acceso acristalado tiene ahora forma de “pecera” y, una vez las obras estén totalmente finalizadas, habrá que girar hacia la izquierda para dirigirse a la zona en la que se ubicarán policías y vigilantes junto al escáner de seguridad por el que tendrán que pasar los usuarios y el torno en el que los trabajadores judiciales deberán identificarse con tarjeta. Se habilitará también un acceso para personas que se trasladan en silla de ruedas o que llevan carrito de bebé.

Otra perspectiva del vestíbulo por el que se accede a la sede judicial de Pizarro.

Otra perspectiva del vestíbulo por el que se accede a la sede judicial de Pizarro. / Marta G. Brea

Aunque se ha avanzado, quedan obras pendientes. La de la sala de autopsias, las del ala que ocupará la Policía Autonómica o la instalación de estores en las plantas más expuestas a la luz solar. Otra cuestión que hay que solucionar es la de los problemas de acústica en la “macrosala” donde se celebran los juicios con jurado popular.

Menos vigilantes

Lo que ha disgustado en los últimos días en la Ciudad de la Justicia es el recorte en el servicio de seguridad adscrito al edificio que se contempla en la licitación que acaba de realizar la Consellería de Xustiza. Frente a los nueve vigilantes privados que hay ahora, solo se quedarán cinco. “El dejar sin personal de seguridad los controles de acceso, turnos de noche y fines de semana es un despropósito sin justificación ni sentido de responsabilidad”, denuncia UGT. No habrá vigilantes cuando el edificio esté cerrado al público. “Es lo que se contempla a partir del 1 de noviembre; han reducido presupuesto y personal a costa de la seguridad”, critican otras fuentes. Se da la circunstancia de que, frente al control de acceso que se realiza en la entrada principal, éste es inexistente en el acceso al juzgado de guardia cuando éste es el único que se encuentra habilitado los fines de semana y festivos. Aunque hay un escáner, no se utiliza, ya que debe manejarlo un vigilante privado y a esa zona solo se destinó un policía nacional.

La parcela, con abundante maleza y una vivienda abandonada, está junto a uno de los accesos a la escuela infantil.

La parcela, con abundante maleza y una vivienda abandonada, está junto a uno de los accesos a la escuela infantil. / Marta G. Brea

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Con el inicio de septiembre también comenzará a funcionar la <strong>escuela infantil de la Ciudad de la Justicia</strong>. La nueva guardería, en la que todavía hay plazas libres, está ubicada al otro lado de la gran plaza donde se ubica la torre judicial. Justo al lado de uno de los dos accesos a la escuela infantil, el que de la calle Padre Feijóo, hay una gran finca abandonada donde abunda la maleza y con una vivienda que habitualmente está okupada y en la que suele haber, exponen los vecinos, “mucho movimiento de personas que entran y salen”. “Ahora que está el edificio judicial y que justo al lado empieza a funcionar una escuela infantil con niños debería limpiarse toda esa maleza y poner freno al trasiego de ese lugar”, afirman en la zona, recordando que hace años esa parcela hoy abandonada era “preciosa”. “Era un chalé donde vivía un matrimonio con su hija”, relatan. La escuela infantil de la Ciudad de la Justicia cuenta con un total de 41 plazas. Aunque tienen prioridad los trabajadores de la sede judicial, las que queden libres, según anunció en su día la Xunta, están a disposición del resto de vecinos de Vigo que necesiten una guardería para sus hijos.

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