Medio siglo de especialización para “cortar el cable correcto”

El grupo Tedax de la Guardia Civil cumple 50 años neutralizando bombas y desactivando artefactos explosivos de grupos terroristas

El alcalde junto a uno de los robots del Tedax, flanqueado por la subdelegada Larriba y el coronel Arbizu.

El alcalde junto a uno de los robots del Tedax, flanqueado por la subdelegada Larriba y el coronel Arbizu. / R. GROBAS

Raro es no encontrar en una película de acción la escena en la que el protagonista tienen en sus manos la difícil decisión de elegir qué cable cortar para evitar que la bomba explote. Este trabajo, visto desde un prisma mucho más amplio, es para el que lleva 50 años preparándose los agentes del grupo Tedax de la Guardia Civil. Ejerciendo de malos de la película estaba Resistencia Galega, Exército Guerrilleiro o la banda terrorista ETA.

Todas estas organizaciones pusieron en jaque a la institución a lo largo de los 80 con su intimidante forma de atacar a la sociedad: artefactos explosivos. Para lograr atajar esta conducta delictiva, el Instituto Armado creó una división o grupo especializado en la desactivación de estos dispositivos –Tedax–, muchas veces rudimentarios como bombonas de butano u ollas manipuladas. Medio siglo después de su creación, las técnicas o material específico con el que ha trabajado el grupo cambió sustancialmente, llegando a modernizarse de una forma radical. Y este recorrido por la trayectoria de los Tedax centra la exposición que estará en el muelle del Tinglado del Puerto.

La muestra permanecerá en Vigo hasta el domingo día 4 y los visitantes podrán observar desde granadas de mano de la Guerra Civil, ma, proyectiles, elementos de medición y control de gases o rayos x, robots de desactivación de estos artefactos así como los trajes primero más rudimentarios hasta los más actuales.

La exposición estuvo dirigida por el coronel de la comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra y el sargento Félix Arbizu. Al acto de inauguración acudieron también el alcalde vigués Abel Caballero y la subdelegada del Gobierno en la provincia, Maica Larriba. Esta última precisó que el grupo participó en 5.702 incidencias, destacando entre sus principales acciones su participación en dos campañas contra la organización terrorista ETA en las que se desactivaron artefacto explosivos, así como en campañas contra el Exército Guerrilleiro o Resistencia Galega en la que también llegaron a neutralizar explosivos.

El sargento Arbizu precisó que durante estos años, los agentes especializados en estos servicios neutralizaron un total de 282 explosivos, actuaron ante 16 artefactos no explosivos, también llamados simulados, y atendieron hasta 261 falsas alarmas.

También destruyeron 824 materiales peligrosos e hicieron 41.000 vigilancia a autoridades. En este punto quiso relatar el propio alcalde de Vigo una experiencia que vivió de primera mano. “En el año 2000, cuando me encontraba en la Universidad, fuera de la política me llamó el Ministerio de Interior para informarme que una intervención contra ETA encontraron una foto y los agentes de la Guardia Civil me explicaron cómo tenía que hacer para mirar debajo de mi coche y comprobar que no hubiese bomba alguna y que estaba limpio. Fueron momentos de una gran delicadeza y por ello me sumo a esta importante seguridad que ofrecéis. Estamos en buenas manos”, puntualizó el regidor; palabras que también fueron secundadas por la subdelegada Larriba que las trasladó como un homenaje a todos aquellos agentes especializados en la desactivación de explosivos que fallecieron en servicio.

Por su parte, el sargento Arbizu también recordó las actuaciones más especiales en las que tuvieron que intervenir, como fueron los ataques de ETA en Baiona y Portonovo, posteriormente en Sanxenxo y Baiona nuevamente y también los altercados con el Exército Guerrilleiro do Pobo Galego. En cuanto a Resistencia Galega, recordó que sus ataques iban dirigidos habitualmente contra edificios oficiales, ayuntamientos o chalets de empresarios.

Actualmente, tanto los mandos de las Guardia Civil como la propia Larriba reconocieron que el trabajo de estos especialistas se debatía entre la delincuencia común, insistiendo en que, actualmente “ya no hay terrorismo sino delincuencia común”, en referencia a las bandas que explosionan cajeros automáticos de bancos para robar dinero. La mayoría de los explosivos hallados son viejas bombas o granadas de la Guerra Civil.