Entrevista | Antonio García Cantante de Arde Bogotá

“Hasta que la gente no te devuelve las canciones no sabes qué dimensión tienen”

La banda de rock alternativo aterriza en Vigo este sábado tras firmar el primer “sold out” del TerraCeo

Arde Bogotá en una imagen promocional de su nuevo disco.

Arde Bogotá en una imagen promocional de su nuevo disco. / Mónica Figueras

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Han sellado un brillante debut con su segundo álbum, arrasando en las listas de ventas y posicionándose como uno de los grupos del momento alcanzando el tercer puesto a nivel nacional, el primero en formato físico y el segundo en la lista de vinilos. Publicado el pasado 12 de mayo, Arde Bogotá presentará por primera vez en Galicia su nuevo disco, Cowboys de la A3, y lo hará en el Festival TerraCeo, en la que se prevé que sea su única parada en Vigo en este 2023.

–Con la puesta de sol sobre la ría de Vigo y las Illas Cíes, ¿cuál es el tema que más ganas tiene de tocar Arde Bogotá con ese telón de fondo?

–He visto fotos del espacio y me invita a pensar en las lentas, en Exoplaneta, La salvación, Cowboys de la A3... El paisaje me hace conectar con un sentimiento más melancólico. Tampoco va a ser un concierto de llorar todo el tiempo, pero las melancólicas me inspiran más.

–Es uno de los conciertos más esperados en Vigo, así lo refleja que a dos meses de vuestra actuación se haya firmado el primer sold out del TerraCeo... ¿Impone tanta expectación?

–Más bien lo contrario, tenemos muchas ganas. Cuando un concierto funciona tan bien a nivel de entradas y la gente tiene muchas ganas, eso crea un ambiente muy especial. La actuación se transforma en una de esas tardes o noches memorables en la que lo pasas muy bien, con el público muy entregado y disfrutando de la música. No supone una presión para nosotros, más bien es lo contrario, tenemos muchas ganas de que llegue el sábado, de vivirlo y disfrutarlo.

–Cowboys de la A3 está recién salido del horno, ¿cómo han sido las primeras tomas de contacto con el público?

–El primer concierto de presentación del álbum fue en León y la verdad es que fue muy emocionante. Hay un fenómeno muy bonito para nosotros, que somos primerizos, que es ver cómo hay canciones que cogen forma y cuerpo cuando la gente ya las conoce y las canta. Tú has pasado por el proceso de componerlas, de tocarlas, ensayarlas... y no es hasta que la gente te las devuelve que entiendes la dimensión que tienen. Algunos de nuestros temas han crecido muchísimo.

–¿Y cómo ha evolucionado la banda con respecto al primer álbum?

–Cuando compusimos este estábamos saliendo de lo más duro de la pandemia y nos tocó trabajarlo mientras girábamos con el anterior. En mi opinión, está muy marcado por esa situación y creo que es un trabajo un poco más amplio que el anterior, va un poco más lejos con el sonido. Cuando hacemos una canción dura y rockera es un poco más dura y un poco más rockera. Y lo mismo cuando es melódico o más nostálgica. Nos hemos quitado las caretas, nos hemos quitado disfraces que teníamos y que no sabíamos por qué los llevábamos puestos. Simplemente hemos decidido hacer la música que queríamos, sonar como queríamos sonar. Creo que esto representa muy bien el momento actual de la banda y hasta donde puede llegar nuestro sonido.

–En alguna ocasión habéis afirmado que Arde Bogotá nació a raíz de una conversación de bar sobre si el rock español estaba muerto; ¿lo está?

–Es una buena pregunta (risas). No la resolvimos y por eso seguimos tocando.

–Es una buena respuesta también.

–A ver, evidentemente no es un género mainstream, no está en la radio, no está en los vídeos de TikTok de los chavales... pero sí creo que tiene un buen estado de salud en la actualidad, porque por suerte empiezan a aparecer muchas propuestas de bandas, de gente con música basada en disfrutarla en directo y en los conciertos, muy distintas entre sí, pero que tienen todos los rasgos comunes del rock, de la rebeldía, de las ganas de celebrar y decir las cosas, también del sonido eléctrico. Cuando tuvimos aquella conversación, quizás no estaba tan vivo; la escena estaba más estancada, al menos en mi opinión. Sucedía como en los festivales, que los grupos se parecían mucho todos. Por otra parte, las “bandas de rock”, se habían quedado solo para segundos platos o para espacios más específicos. Sin embargo, actualmente creo que hay una escena mucho más plural y heterogénea que me gusta mucho.

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