El deterioro del IEO de Vigo se expande y obliga a suspender las actividades en laboratorios

El colapso de las campanas extractoras inunda el espacio de gases tóxicos | Empleados: “Así no se ejecutarán proyectos en marcha”

Investigador del IEO deVigo, en una imagen de archivo.

Investigador del IEO deVigo, en una imagen de archivo. / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

El centro de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO) dispone de 4.984 metros cuadrados de superficie construida, con un edificio central y una nave de cultivos adyacente. Esta última deberá ser demolida por su estado “potencialmente peligroso”, como ha constatado un informe externo desvelado por FARO: caen cascotes, el acceso está restringido por seguridad y la plantilla tiene que utilizar casco. La infraestructura principal también necesita reformas dado que los anclajes en la fachada tienen “daños graves y severos” y hay problemas con el sistema de aislamiento. Síntomas de un deterioro que se sabía insalvable desde hace meses –las medidas de seguridad paliativas se impusieron el pasado octubre–, pero que va a más. No solo la actividad de profesionales ha tenido que trasladarse al salón de actos del edificio principal, sino que los trabajos de investigación en el laboratorio de histología han quedado suspendidos. “Es un barco con mil vías de agua”, censura uno de sus más de 120 empleados. El de Vigo es el centro de mayor envergadura del IEO en toda España.

Como ya avanzó este periódico, la plantilla se había quejado hace semanas del mal funcionamiento de las campanas extractoras. “Todo huele a formol”. Unas pruebas realizadas ahora por otra firma externa, de mano del servicio de Prevención de Riesgos Laborales (PRL), lo ha constatado: “Paralización de la actividad en el laboratorio de histología en tanto en cuanto no podamos determinar la(s) vitrina(s) de ese laboratorio que han provocado la presencia de acetona en el ambiente”, dice textualmente una comunicación remitida por el director del centro, Pablo Carrera, a los empleados. “Las campanas extractoras –explica una investigadora– se instalan para que no te contamines tú mientras trabajas ni contamines a los demás. Usamos materiales tóxicos y son vitales. Es como la de una cocina, que impide que te huela toda la casa a comida”. Las vitrinas extractoras del laboratorio de histología (análisis de tejidos) de Cabo Estai ya no funcionan. El resultado lo expone un trabajador del propio centro: “Algunas líneas de investigación se verán comprometidas y algunos proyectos en marcha no se podrán ejecutar”.

Para determinar hasta qué punto las campanas estaban estropeadas se realizó un test con acetona, a fin de comprobar con qué efectividad absorbían estos dispositivos y qué rastro de olor permanecía en el ambiente. “Ha quedado demostrado que tenían pérdidas y ahora están todas inutilizadas”, resume un investigador. “Estas medidas –prosigue el correo enviado por la dirección– se actualizarán de nuevo una vez que tengamos el informe sobre el estado de las vitrinas, en especial las del laboratorio general de contaminación y la de crecimiento, así como las de histología”, que es (este último) el que ha quedado temporalmente clausurado. Pese a las graves deficiencias en la estructura de los edificios y a que la labor investigadora ya se ha visto afectada por el abandono del centro, desde el Ministerio de Ciencia todavía no han concretado su “plan de mejora de infraestructuras”, del que han eludido avanzar presupuesto o plazo de ejecución.

Aunque las medidas de urgencia se empezaron a implantar tras el pasado verano, esto no sirvió para que el centro de Vigo recibiese ninguna asignación específica en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023, al contrario que el de Baleares (10,5 millones). El de Gijón recibirá otros 600.000 euros, como publicó ayer FARO.

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Las instalaciones del centro oceanográfico vigués recibieron ayer la visita del director del IEO, Javier Ruiz, y de los dos vicedirectores. Fuentes de la plantilla confiaron en que la comitiva “pueda comprobar la situación real en la que nos encontramos”. No hubo ninguna información oficial sobre este viaje.

En una entrevista publicada este miércoles por el diario Levante-EMV, del mismo grupo editorial que FARO, Ruiz avanzó para Vigo “importantes inversiones que le permitirán afrontar el siglo XXI con renovado impulso”, aunque sin hacer referencia al importe concreto de las mismas o a su ejecución, pese a la gravedad del deterioro de las instalaciones de Cabo Estai. 

  • 1. Deterioro progresivo de las instalaciones

    Fue en octubre cuando se adoptaron las primeras medidas de urgencia por el riesgo estructural de la nave de cultivos de Cabo Estai.

  • 2. Fallos que afectan al edificio principal

    Los anclajes en fachadas tienen “daños graves y severos”, con problemas en los sistemas de aislamiento. El edificio es del año 1986.

  • 3. Problemas para hacer labor de investigación

    Tras haber restringido la actividad en la nave y de trasladar trabajos al salón de actos, el laboratorio de histología está ahora cerrado.

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