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Padres se lanzan a instalar cámaras en pisos para “controlar” a sus hijos desde el móvil

Empresas de videovigilancia de Vigo y tiendas ‘online’ disparan la venta de sistemas para que se puedan supervisar a niños y jóvenes cuando los progenitores no están en casa | Los aparatos más baratos: 30 euros

Una cámara instalada en la entrada de un edificio de viviendas de Vigo. José Lores

Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de cuánto ha aumentado la instalación de alarmas y sistemas de videovigilancia especialmente en segundas viviendas para evitar robos y también okupaciones. Pero en los últimos tiempos las empresas de seguridad y también las tiendas online están percibiendo un curioso fenómeno. Una “desorbitada” demanda de cámaras para ser instaladas en el interior de pisos. Y los clientes en este caso son padres y madres que buscan un sistema mediante el que, cuando no están en casa, poder controlar a sus hijos. “Es llamativo. Estamos vendiendo e instalando muchas cámaras en viviendas, pero no por motivos de seguridad, sino porque los padres quieren tener controlados en todo momento a los chavales, saber si salen, si llevan a alguien a casa...”, explica Javier Rodal, comercial de una pequeña empresa de instalación de sistemas de seguridad de Vigo.

Las ventajas con las que cuentan estos dispositivos son varias. En primer lugar, que las más sencillas tienen un precio muy económico: se pueden encontrar a un precio de unos treinta euros, tienen visión nocturna, detector de movimiento y un gran radio de alcance. En segundo lugar, se puede controlar desde el móvil.

“Mientras estoy en el trabajo, puedo ver desde el teléfono todo lo que pasa en casa. Ya sé que puede sonar algo obsesivo, pero me quedo más tranquila. Así sé si mis hijos, que son adolescentes, hacen los deberes, si realmente están en casa, si hacen cosas que no deberían... Es muy útil y me quedo más tranquila”, explica Nuria Veiga, una madre que ha instalado recientemente varias cámaras de este tipo en el dúplex en el que vive junto a su marido y sus tres hijos en Vigo. Ella y su esposo están buena parte del día fuera, en la oficina.

Este tipo de cámaras se pueden instalar en cualquier parte del interior de la vivienda... Y hay padres que también las coloca incluso en los cuartos de sus propios hijos, aunque en estos casos buscan métodos para disimular su presencia y que los chavales no noten que están ahí.

Hay que tener en cuenta una cosa. Este tipo de cámaras por lo general no incluyen alarma ni ningún tipo de sistema de seguridad. Es decir, no están pensadas para prevenir robos o cualquier otro tipo de delito, porque no están conectadas con la Policía o con ninguna centralita como sí lo están las tradicionales alarmas, que en la actualidad normalmente ya incluyen sistemas de videovigilancia. Estas pequeñas cámaras, por tanto, solo tienen como finalidad observar lo que pasa dentro de la vivienda y saber lo que hacen los que están dentro de ella.

En cuanto a la normativa, en el interior de las viviendas se pueden grabar imágenes al considerarse que son de carácter personal y siempre que estén involucradas terceras personas. Lo que no puede hacer un vecino o el propietario de un piso en un edificio es poner una cámara que grabe fuera del apartamento o cualquier punto que no pertenezca a su recinto, porque estaría infringiendo la ley del derecho a la intimidad y podría incurrir en un delito.

No obstante, también hay que apuntar el auge de la instalación de cámaras de seguridad en comunidades de vecinos. Un fenómeno cada vez más común en los edificios de viviendas de la ciudad olívica. Según calculan las empresas de telecomunicaciones y seguridad que tienen capacidad para instalar este tipo de dispositivos, ya son tres de cada diez las comunidades que tienen instaladas cámaras de vigilancia en sus zonas comunes: en el portal, en el garaje, en los distintos accesos peatonales e incluso en cada planta de viviendas.

Okupas y pisos turísticos, precisamente, provocan que incluso se proponga la instalación de cámaras en los pasillos de las plantas en las que se ubican los inquilinos ilegales y los alquileres vacacionales. Pese a que cada vez son más los edificios que apuestan por colocar estos dispositivos de vigilancia para prevenir posibles robos o actos vandálicos, lo más común es que, hasta que un edificio de vecinos no sea víctima de algún ataque de este tipo, no se anime a tomar medidas. Además, no a todos los residentes y propietarios les gusta la idea de ser vigilados por las cámaras, por lo que, en muchas ocasiones, la propuesta se cae por los votos en contra de los vecinos que alegan que su privacidad se vería vulnerada. Es decir, para colocar cámaras de seguridad en zonas comunes, es necesario llevar la propuesta a junta de vecinos, no así cuando la instalación es en el interior de la vivienda privada y no se graban imágenes fuera de ella.

No solo vigilancia en directo: las imágenes se almacenan

La ventaja que tienen estas cámaras que los padres colocan en el interior de los pisos no se reduce a que pueden vigilarlos en tiempo real desde sus dispositivos móviles con una simple aplicación que está conectada al dispositivo, sino que incluso que las cámaras más económicas permiten almacenar las imágenes en una tarjeta externa o en un disco duro propio incorporado. Es decir, se pueden guardar centenares de gigas de grabaciones y los padres pueden utilizarlas para probar que tienen razón frente a sus hijos en alguna discusión futura o para demostrar su postura mediante pruebas gráficas.

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