“Ahora las agujas ya no nos dan miedo”

Miles de niños de 12 y 13 años reciben la vacuna acompañados por sus padres

Una niña recibe la primera vacuna, ayer, en el IFEVI

Una niña recibe la primera vacuna, ayer, en el IFEVI / Pablo Hernández Gamarra

Jornada histórica la que se vivió ayer en el Ifevi. Más de 9.000 niños de doce y trece años estaban citados para ponerse la primera dosis de la vacuna contra el COVID, concretamente el fármaco de Moderna, en una de las jornadas de mayor actividad en el recinto ferial vigués. Los nervios estaban a flor de piel de unos menores que estaban todos ellos acompañados por sus padres, sus abuelos o sus tutores legales. “¿Nos dolerá?” le preguntaban dos hermanos que estaban citados a la misma hora a su padre. Pero una vez puesta la inyección todo cambiaba.

Vigueses de 12 y 13 años toman la delantera con Moderna en el Ifevi

Pablo Hernández Gamarra

“Antes me daban miedo las agujas, pero casi ni me enteré del pinchazo. Pensaba que me iba a doler más”, aseguraba Diego Doncel, que estaba acompañado de su madre María Álvarez. Su caso precisamente es uno de los más singulares. Porque todos los miembros de su familia pasaron el COVID en enero, teniendo que estar confinados durante varias semanas. Así que no necesita dos dosis de la vacuna, con solo una ya se considera que tiene la pauta completa y por tanto podrá empezar el curso escolar el próximo mes ya inmunizado.

“Su madre no lo podía traer por temas médicos, y para esto estamos las abuelas”

Breogán y Ángeles

— Nieto y abuela

Breogán y Ángeles - Nieto y abuela

Breogán y Ángeles - Nieto y abuela / Pablo Hernández Gamarra

Y los abuelos, una vez más, volvieron a demostrar que juegan un papel cada vez más importante en el cuidado de los más pequeños.

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Ángeles Montenegro, por ejemplo, es una mujer de Vigo que acompañó a su nieto Breogán Ballesteros a ponerse la vacuna al Ifevi porque la madre tenía precisamente a la misma hora una cita con el cardiólogo. “Toda la familia estaba deseando que le llamaran para vacunarse”, aseguraba Ángeles.

“Tengo un amigo a los que sus padres no dejan venir porque son negacionistas”

Mateo Pinacho

— Niño de trece años vacunado

Mateo Pinacho

Mateo Pinacho / Pablo Hernández Gamarra

El hecho de que las citaciones para la dosis llegasen con poca antelación provocaron en primer lugar que algunos niños no pudieran acudir a ponerse la inyección (en este caso no hay problema porque los volverán a llamar) por estar de viaje con sus familias, o que muchos padres tuvieran que hacer malabares para que los pequeños pudieran acudir al Ifevi. Una de las soluciones más habituales que se pudieron ver ayer es el de un padre que llevaba a su hijo y también a otros de algún conocido. Por ejemplo el vigués Pedro Rodríguez acudía con su primogénito Hugo y con otro joven de 13 años, Álex Vello, que estaban citados a horas similares. “Aproveché para traerlos yo a los dos, que no me cuesta nada”, explicaba Pedro. Precisamente recibir la inyección acompañado de un amigo fue algo común ayer en el Ifevi. Porque prácticamente no había ningún niño que no coincidiera con algún compañero de clase en el Ifevi.

“Nos hemos encontrado al llegar, y estar aquí juntas nos quita el miedo”

Dos amigas de trece años vacunadas

Carmen Sabín Y Fátima Lemos

Carmen Sabín Y Fátima Lemos / Pablo Hernández Gamarra

Fue el caso de las viguesas Carmen Sabín y Fátima Lemos, que compartieron aula el último año y son amigas. Cuando se vieron en el recinto ferial, supuso una especie de alivio para ambas porque se pudieron apoyar mútuamente ya que reconocen que iban “con cierto miedo por todo lo que se ha hablado de esta vacuna”.

Pero todo salió bien para estas niñas de trece años y prácticamente para todos los que ayer acudieron a ponerse la inyección, salvo algún caso de desmayo por nervios. Y pese a todas las dificultades y los malabares que muchos padres tuvieron que hacer para poder llevar a sus hijos al Ifevi, la respuesta a la convocatoria fue muy positiva, pues los primeros cálculos situaban ayer la participación en torno al 75%.

“Salimos de casa a las diez, tenemos que venir desde muy lejos para la vacuna”

Laura, Pilar e Íker

— Familia de Tomiño

Laura, Pilar e Íker - Familia de Tomiñ

Laura, Pilar e Íker - Familia de Tomiñ / Pablo Hernández Gamarra

Hay que recordar que el Ifevi es el único punto de vacunación en el área sanitaria de Vigo, por lo que había niños procedentes de prácticamente todos los municipios del entorno: Gondomar, Porriño, A Cañiza, Tomiño... Precisamente de Tomiño acudía Pilar Calzado con su hija Laura Domingo y su hijo pequeño Iker, que no le toca vacunarse todavía por edad pero que también estaba ayer en el Ifevi porque la madre no tenía a nadie con quien poder dejarlo.

Es más, Pilar Calzado pudo llevar a su hija a vacunarse porque tenía el día libre en el trabajo, pero se queja de que tengan que desplazarse hasta Vigo para la inyección. “Salimos de casa a las diez de la mañana, son las doce y aún estamos aquí. Debería haber un sitio más cerca porque venir hasta tan lejos trastoca completamente el día”, asegura esta tomiñesa. La misma opinión tenía Luis Fernández, que acudía con su hijo Martín desde A Cañiza: “Deberían ponerse vacunas en los propios centros de salud para no tener que realizar desplazamientos tan largos”.

“Ahora las agujas ya no nos dan miedo”

Niños y niñas esperando para poder entrar a la zona de vacunación del recinto ferial de Vigo, ayer / Pablo Hernández Gamarra

Modelo luso

Precisamente a esta cuestión volvió a aludir ayer el alcalde, Abel Caballero. “Tienen que habilitar más puntos de vacunación, no se puede obligar a que vengan desde 50 km a vacunarse. Hay que copiar el modelo de Portugal, donde se administran dosis en municipios como Monçao y Valença, y en Oporto, que es una ciudad más pequeña que Vigo, hay diez puntos de vacunación”, aseguró el alcalde.

Las largas colas a la entrada provocaron esperas puntuales de una horaco

Caballero explicó que esta centralización del proceso en el Ifevi volvió a provocar importantes colas en el recinto ferial vigués, donde hubo familiares y niños que tuvieron que esperar cerca de una hora desde que llegaron hasta que entraron a la zona de vacunación. Las colas y las esperas también se deben en parte al importante volumen de personas que había citadas ayer para vacunarse y al hecho de que hay gente que sigue sin acudir en el horario que le corresponde, por lo que en las horas puntas del día es cuando se producen las mayores aglomeraciones. Ayer, en torno a las 12 horas, la cola para la entrada rodeaba prácticamente el recinto ferial.

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