El sector forestal facturará 300 millones menos este año al caer las ventas de madera

La cadena forestal-madera es uno de los sectores estratégicos de Galicia. Aporta el 1,9 por ciento del PIB de Galicia y da empleo a 18.000 personas, además de las miles de familias gallegas que obtienen ingresos por la venta de madera de sus montes. El año pasado batió récords de facturación, pero en 2023 el sector se verá castigado por la bajada generalizada de la demanda. La previsión es que el volumen de negocio ronde los 2.400 millones de euros al cierre del actual ejercicio: son 300 millones menos que en 2022, lo que supone un descenso del 11 por ciento. Se trata del cálculo que ha realizado la Escuela de Enxeñería Forestal de la Universidade de Vigo en su informe anual sobre la cadena forestal y que presentó este mes en un acto organizado por la Consellería de Medio Rural.

Tomando como referencia las cifras del sector entre enero y octubre, el informe estima que a final de año las talas serán un 15 por ciento inferiores a las registradas en 2022. Frente a los 11 millones de metros cúbicos cortados el pasado ejercicio se pasará a unos 9,5 millones de metros cúbicos en 2023.

La Xunta exigirá el uso de madera como elemento estructural en las nuevas edificaciones que licite

¿Y cuál es la razón? El consumo de madera ha bajado en el último año. Según el análisis de la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera, el contexto internacional es determinante. Mercados a los que se exporta desde Galicia como Alemania y Francia están en horas bajas arrastrados por su situación económica. Mientras, se ha frenado también la construcción en grandes países como Chica o Estados Unidos. Por otro lado, la industria del mueble sufre la menor renta disponible de las familias por el aumento de la inflación. Y hay menos demanda de embalajes y palets, que en Galicia es fundamental para el sector del pino.

La madera en la construcción

Desde la Xunta, por el contrario, se ha impulsado una estrategia para fomentar el uso de la madera en la construcción y así dar más dinamismo al sector. Así, por ejemplo, el Gobierno gallego exigirá el uso de la madera como elemento estructural en al menos el 20 por ciento de las obras públicas que licite la Administración autonómica.

Sin embargo, de momento el sector forestal afronta una bajada en sus cifras de negocio. El mayor descenso de actividad se registró en las talas y en la primera transformación de la madera (aserrado, tablero y pasta).

El pino fue la especie más castigada pues, según el informe de la Universidad de Vigo, podría cerrarse el año con un descenso en los aprovechamientos del 25 por ciento. Las zonas más afectadas son la Terra Cha y la zona Lugo-Sarria.

Asimismo, disminuyeron las cortas de eucalipto. De hecho, se espera cerrar el año con un descenso del 12 por ciento. Las frondosas caducifolias como el roble o el castaño sufrieron también este descenso de la actividad.

La madera gallega alcanza 2.800 millones de negocio en el año de la crisis energética

Y mientras baja la actividad de rematantes, biomasa, tablero, aserrado, tablero y pasta de papel, la industria de segunda transformación de la madera –como mobiliario– mantiene sus cifras y se mueve en unos 600 millones de euros de volumen de negocio, un 25 por ciento del total de la cadena. Por esta razón, desde la Consellería de Medio Rural creen que el camino pasa por dar más peso a las segundas y terceras transformaciones de la madera en Galicia.

La caída de la demanda está afectando también a los precios. En el caso del eucalipto las tarifas de la pasta de papel se desplomaron este año pasando de los 800 euros tonelada de hace un año a solo 477 en el tercer trimestre de 2023. La buena noticia es que ahora comienzan a repuntar.

La particularidad del sector forestal en Galicia es que nutre de ingresos sobre todo a particulares. De hecho, según los datos del estudio elaborado por la Escuela de Enxeñería Forestal que dirige Juan Picos, el 88 por ciento del volumen de madera que se corta en Galicia se corresponde con propietarios de montes, de los cuales solo el 6 por ciento vive fuera de la comunidad. Solo el 12 por ciento de las talas son realizadas por empresas.

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