V Foro La Toja

Galicia, Canarias y Castilla La Mancha rechazan las cesiones al independentismo: ni referéndum ni amnistía

El socialista García Page advierte a su jefe de filas, Pedro Sánchez, que Junts y ERC le harían gobernar "con una camisa de fuerza"

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Es el tiempo del PSOE. Si se cumple la previsión y tras la ronda de consultas del lunes, el rey Felipe VI encargará a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, la búsqueda de apoyos para lograr su investidura, las negociaciones que socialistas y sus previsibles socios de Sumar ya mantienen con los independentistas catalanes de Junts y ERC en privado tornarán oficiales. Sobre la mesa, varias demandas, como la amnistía de los perseguidos por los delitos del procés, el referéndum de autodeterminación y el pago de una deuda "histórica" a Cataluña. Un bloque autonómico multipartidista que empezó a formarse ayer como dique contra esas cesiones. Lo integran, de momento, Galicia, Castilla-La Mancha y Canarias. "Ni amnistía, ni referéndum", coincidieron.

Galicia fue el escenario que acogió la confirmación de que habrá batalla desde las autonomías de todo signo si se producen cesiones excesivas a Cataluña. El V Foro La Toja-Vínculo Atlántico acogió una mesa autonómica en la que los presidentes de Galicia, Alfonso Rueda (PP); Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (PSOE); y Canarias, Fernando Clavijo (Coalición Canaria) coincidieron en celebrar el éxito del Estado de las Autonomías y el marco constitucional tras 45 años de vigencia y enfrentarse a cesiones que ponan en peligro la igualdad. De hecho, reclamaron al unísono la reforma del sistema de financiación para evitar su "asfixia económica" tras nueve años desde que caducase ese modelo, mayor cogobernanza a través de las convocatorias de la conferencia de presidentes y una atención las necesidades básicas de la población.

Rueda resumió el sentir de los tres dirigentes ante el debate abierto sobre la necesaria reforma de la Constitución y otras reclamaciones del independentismo. "Hemos llegado tras 40 años a este Estado autonómico con muchas dificultades y esfuerzos, basándonos en respetar el ordenamiento jurídico y la libre competencia entre iguales. Esas cosas deben ser sagradas y nada debería estar por encima de eso", proclamó durante un coloquio moderado por Rocío Martínez, directora de la Fundación Felipe González.

El dirigente gallego defendió el modelo actual y consideró que “las voces que hablan de recentralización son muy minoritarias”, si bien estas están todas unidas en Vox, partido con el que el PP cogobierna varias comunidades y que constituyó el principal apoyo de Alberto Núñez Feijóo en la fallida investidura.

Durante su intervención, los tres presidentes defendieron la necesidad de abordar un nuevo sistema de financiación antes que centrarse en una pugna por aumentar competencias, unos planteamientos “que hacen descuidar el común denominador de la igualdad”, que se romperá, dijo, si se satisfacen supuestos “agravios milenarios”, añadió en alusión a los 450.000 millones de deuda histórica que parte del independentismo reclama.

“La igualdad es fundamental y, a partir de ahí, la libre competencia, pero entre iguales y en condiciones de igualdad, y nada debe estar por encima de eso”, resumió antes de pedir, de nuevo, mayor capacidad autonómica en la gestión de los fondos europeos Next Generation.

Las miradas, sin embargo, estaban centradas en la intervención de García-Page, una de las voces autonómicas en el PSOE más críticas con Sánchez. Hasta tal punto desdibujó su condición socialista, que aseguró que las diferencias en la gestión autonómica son escasas por el poco margen existente. “El 90% es gasto en sanidad, educación y bienestar social”, cifró.

De hecho, consideró que sin el “ruido” causado por el independentismo, los conflictos autonómicos tendrían un “tono bajo”. Ahí, entró en materia, pues reconoció desconocer cualquier aspecto de la negociación de su partido para lograr la investidura de Pedro Sánchez. Como sus compañeros, fue claro. “Ni amnistía, ni referéndum, y cito las palabras de Salvador Illa [líder del PSC] el 24 de julio”, recordó sobre las promesas de su partido de no ceder en esas cuestiones, ahora sobre la mesa, pues Junts y ERC aprobaron esta semana un documento exigiendo al PSOE avanzar hacia una consulta ciudadana sobre la independencia a cambio de su voto a favor de Sánchez.

Además, cuestionó el efecto de la amnistía por si no impide acciones similares al procés en el futuro. “Me gustaría saber si se va a poner como condición para hablar el no volver a las andadas. Si no, la sensación de ridículo que podemos hacer es espantosa”, advirtió.

También lanzó una alerta a su jefe de filas, en cuya decisión final quiso confiar. “Pedro Sánchez se resiste todo lo posible a que le pongan una camisa de fuerza y no creo que deje que se la pongan, aunque cualquier escenario es posible”, expuso, si bien vaticinó que Junts y ERC tendrán que recoger cable. “Van a tener que retroceder mucho en el derecho a decidir y también en su propio concepto de amnistía”, auguró, al tiempo que reclamó que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la amnistía “o lo que se apruebe” antes de que entre en vigor para blindar su legalidad. De lo contrario, ver al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont regresando a España o presentándose a unos comicios y que luego se anulase la amnistía sería algo “inconmensurable”. “Quiero confiar en que las posiciones centrales de mi partido van a seguir siendo defensa de la Constitución y la unidad, porque garantiza la igualdad”, dijo.

En su opinión, la igualdad autonómica es un principio irrenunciable. “Si se rompiese, el Estado de las Autonomías se pondría en quebranto”, advirtió en un punto de vista secundado por Rueda y Clavijo.

El presidente canario, que no fue el más votado y que gobierna gracias a un PP que a nivel estatal reclama el derecho a gobernar de la lista con más apoyos, se opuso a abordar una reforma constitucional porque el debate independentista “bloquea” esa discusión. “Se ha generado porque algunos quieren irse de España, está siendo utilizado políticamente y eso puede quebrar la igualdad”, lamentó.

Los tres presidentes coincidieron en la necesidad de demandar la reunión de la Conferencia de Presidentes para tratar la nueva financiación y asuntos como el peso del envejecimiento y las enfermedades crónicas asociadas sobre la sanidad. “Cada vez estamos más asfixiados”, resumió antes de proponer dar al Senado una función útil y no tratarla como “una cámara de puro trámite”.

Ana Pastor, por la izquierda, Suárez, Mutra y Trueba.

Ana Pastor, por la izquierda, Suárez, Mutra y Trueba. / M.L.

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El mundo se enfrenta a un horizonte todavía más desconocido que antes debido al impacto del cambio climático, que ya está acelerando los desastres naturales y generando migraciones masivas, y a la revolución 4.0 que causará la inteligencia artificial. Las grandes empresas consideran estos desafíos una oportunidad para que España se mantenga en la cabeza económica mundial. Sus grandes retos para ello pasan por la adaptación al nuevo escenario climático, la apuesta por invertir en innovación y en retener fichar talento.

Estas fueron las conclusiones que expusieron en el Foro La Toja-Vínculo Atlántico Mar Mutra, presidente de Indra; Pablo Trueba, presidente de Marsh España, y Rick R. Suárez, presidente de AstraZeneca España, durante un coloquio titulado Una agenda para España y moderado por la exministra de Sanidad y Fomento Ana Pastor.

“Nuestras recomendaciones pasarían por cinco puntos: observar cualquier fricción geopolítica para no perder competitividad, invertir en ciberseguridad, incorporar criterios ESG [de responsabilidad ambiental] para paliar entre todos el impacto del cambio climático, mejorar la experiencia de nuestros empleados para retener el talento e invertir en mitigar riesgos”, resumió Trueba.

Mutra también se ciñó a la necesidad de elevar la disponibilidad de talento y de apostar por el riesgo de invertir en nuevas tecnologías: “Para abordar la revolución tecnológica se necesita talento. En España faltarán 200.000 ingenieros en los próximos 10 años”.

Finalmente, Rick R. Suárez reclamó relajar las exigencias burocráticas a las farmacéuticas y pidió invertir en prevención. “Solo necesitamos un euro [de inversión] en estados tempranos de enfermedades crónicas para evitar 6 en un estado avanzado. Miramos la sanidad como un gasto y no como una inversión”, lamentó.