Felipe VI insta en A Toxa a recuperar la confianza en la democracia: "En lugar de pensar con relatos, pensemos con datos"

El rey sostiene, en la apertura del Foro La Toja, que las crisis se producen siempre, solo que ahora son más aceleradas

Incita al optimismo para avanzar hacia sociedades más libres y prósperas

X. A. Taboada

X. A. Taboada

El Foro La Toja-Vínculo Atlántico arrancó ayer su quinta edición de la mano, de nuevo, del rey Felipe VI, encargado de presidir el acto de inauguración. Este espacio de debate, que se celebra en la Illa de A Toxa (O Grove), coincide en esta ocasión con las sesiones plenarias en el Congreso para elegir presidente del Gobierno, que tras la primera investidura fallida del miércoles, hoy afronta el segundo intento. En su intervención, el monarca no hizo alusión directa alguna al momento político español, pero sí apeló a tener confianza en las democracias, a recuperar el optimismo para avanzar hacia sociedades más libres y prósperas y a recurrir al conocimiento riguroso en vez de fiarse del relato.

Las crisis y los cambios del orden mundial siempre se han producido a lo largo de la historia y a pesar de los temores que puede despertar el enfrentarse a lo desconocido, dijo el rey, eso no es algo que no se haya experimentado ya en el pasado. En esta línea expuso que también es cierto que no hay ninguna situación ni ningún problema que no se pueda afrontar, en su momento, como una oportunidad, como bien dictan las lecciones de la historia. Por ello, añadió, se debe aprender del pasado para afrontar el futuro y las incertidumbres ante lo que será el nuevo orden que sustituya al viejo no es más que el estado natural de la humanidad.

El rey, en el centro, 
acompañado por Amancio 
López, Alfonso Rueda, Pilar 
Llop, Andrés Allamand, 
Sebastián Piñera, Miguel 
Santalices o Pedro Blanco. | // IÑAKI ABELLA

El rey, en el centro, acompañado por Amancio López, Alfonso Rueda, Pilar Llop, Andrés Allamand, Sebastián Piñera, Miguel Santalices o Pedro Blanco. / Iñaki Abella

Las crisis se producen siempre y además de forma periódica “y esta vez tampoco está siendo diferente”, comentó. “Creo que los que estamos aquí hemos vivido varias crisis y evoluciones o cambios de orden mundial. Lo que creo es que su corta duración o su ritmo de cambio es lo más novedoso y lo que más nos cuesta asimilar. La adaptación continua es una ardua tarea y por ello necesitamos ámbitos amplios de acuerdo, de concentración y de certeza en lo permanente, en los valores, virtudes y capacidades intemporales, en la apuesta por una humanidad más humanizada”, arengó.

“Recuperar y potenciar el optimismo y la confianza en nuestras fuerzas y en nosotros mismos, en las democracias, en los valores, en la ciencia, en la tecnología o en los datos es un primer paso necesario para avanzar hacia sociedades más libres, más integradas y más prósperas”, sostuvo Felipe VI.

A esta receta añadió el monarca la recomendación de actuar con “sosiego” a la hora de reflexionar y de tener la “voluntad” de comprender los distintos puntos de vista, además de contar con “un buen diagnóstico de lo que se quiere solucionar”. A su juicio, las soluciones de los problemas llegarán cuando, “en lugar de pensar con relatos, se utilicen los datos, el conocimiento riguroso”.

A su llegada al recinto donde hasta el sábado se celebra el Foro La Toja fue recibido por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la ministra de Justicia en funciones, Pilar Llop; el presidente del grupo Hotusa, Amancio López Seijas; el presidente del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices; o los expresidentes Mariano Rajoy y Sebastián Piñera (Chile), entre otros. También estaban los conselleiros de Facenda, de Educación y de Economía, además de empresarios, embajadores y patrocinadores de las jornadas.

El rey inició su intervención con unas palabras en gallego, tras lo que defendió el papel del Foro, que este año cumple su quinto aniversario; un lugar “único para hablar, escuchar y comprender mejor las claves” del momento actual. Felipe VI dedicó parte de su discurso a recordar y homenajear a Josep Piqué, impulsor de este debate y su presidente hasta su fallecimiento, en abril.

“El Foro La Toja era su espacio, al que se consagró desde su inicio. Lo concibió como un lugar de encuentro y debate, amable y distendido, con vocación internacional, desde el que contribuir a la conformación de un mundo multilateral; a la consolidación de las sociedades abiertas que se han ido desarrollando a ambos lados del Atlántico; y al refuerzo del papel de España en el mundo”, señaló.

El monarca aprovechó también para felicitar a la Asociación de Mujeres Afganas en España, que ha sido premiada este año con el galardón Josep Piqué-Foro La Toja por su determinación para recuperar su derecho a aprender y por no aceptar injustas discriminaciones.

El resto de la intervención del jefe del Estado se centró en algunos de los retos que se debatirán este fin de semana en el Foro, como la globalización, la Inteligencia Artificial, la nueva geopolítica mundial y el papel de España en el mundo.

Todo esto, defendió, debe afrontarse desde el optimismo, y no desde el pesimismo “en el que muchos insisten”. “Un mundo en el que los problemas parecen insolubles y los riesgos sobredimensionados y vencidos hacia el lado del fracaso. Pero no es lo que nos muestra la historia”, ilustró.

El rey concluyó su intervención reivindicando la relación entre España y Europa con Iberoamérica. “Los países de ese gran espacio no solo son parte de nuestra cultura e historia, sino de nuestro futuro”, indicó. “No puede haber soluciones a problemas globales como la desigualdad, la erosión de la democracia o la lucha contra el deterioro medioambiental o las consecuencias del cambio climático sin contar con ellos”, reivindicó.

La presentación del Foro corrió a cargo de Amancio López, quien señaló a la monarquía como un “refugio” contra la polarización.

Sunita Nasir: “La migración forzada es una tragedia humana imposible de explicar”

El premio Josep Piqué-Foro La Toja fue para las mujeres afganas, que lo recogió la presidenta de la Asociación de Mujeres Afganas de España (AMAE), Sunita Nasir. “La migración forzada es una tragedia humana difícil de vivir e imposible de explicar”, se arrancó en su discurso.

“Nos vemos forzadas a dejar familia, hogar, trabajo y país, lo que provoca un profundo sentimiento de tristeza, ansiedad y frustración al darnos cuenta que esta trágica experiencia ha cambiado nuestras vidas”, declaró. A ello se suma, añadió, las múltiples dificultades para la integración, lo que repercute en el bienestar y en la salud de los refugiados. “Es la segunda vez que tenido que huir de mi país por los talibanes”, relató.

Rueda alerta sobre el riesgo del nacionalismo exacerbado que rompe consensos

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, aprovechó su participación en el acto de inauguración para cargar contra los nacionalismos radicales. Él reivindicó el galleguismo, “que no es nacionalista pero que no olvida sus raíces”, contraponiéndolo a los nacionalismos “mal entendidos, exacerbados, que logran romper consensos y que acaban no aportando acuerdos, soluciones ni nada positivo”.

Sin menciones expresas al primer intento fallido de investidura de Núñez Feijóo, su sucesor en el Ejecutivo gallego sí reprochó el escenario, “acuciante”, en que se mueve la política española, en alusión a las negociaciones de Pedro Sánchez con los independentistas catalanes. “Estamos ante una encrucijada muy difícil en la que se están cuestionando principios de nuestra convivencia democrática. El día a día nos obliga a defender cosas que pensábamos que estaban asentadas. Pero estamos dispuestos a hacerlo”, defendió.

Para Rueda el foro representa “un paréntesis” frente “a la vertiginosa actualidad” donde poder debatir sobre cómo afrontar los retos a los que se enfrenta la sociedad, “pero siempre desde una sociedad democrática y sin perder nunca esa perspectiva”. Frente a los que buscan levantar muros infranqueables, el presidente de la Xunta aboga por el diálogo en un “espacio amable”.

Sobre la globalización, uno de los temas de debate del Foro La Toja, Rueda aludió a los retos que supone, apuntando que “no siempre es fácil conciliarla con la soberanía nacional y la democracia”. Así, incidió en que la democracia representativa es “el modelo idóneo para el avance social”, pero subrayó que es “importante” la reivindicación “constante” de las ideas que “sustentan ese sistema democrático para impedir que se marchiten”. En esta línea, sostuvo que parte del éxito del modelo gallego está en una “ciudadanía madura y emprendedora” y en un galleguismo, “que no es nacionalista, pero que no renuncia en ningún caso a sus características como pueblo, que no olvida sus raíces y que busca el beneficio mutuo”.