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Los hogares gallegos son los terceros que menos agua han ahorrado en una década

El consumo en la comunidad es de 130 litros diarios por habitante, apenas uno menos que en 2010 | Augas de Galicia apunta al aumento del nivel de vida y los chalés como causa

Una persona abre el grifo del fregadero en su casa. Rafa Vázquez

La semana pasada, el concello ourensano de Ribadavia cerró todavía más el grifo del suministro de agua, que cortó desde la medianoche hasta las ocho de la mañana, para intentar combatir la sequía que afecta a toda Galicia, cuyos embalses se encuentran a menos de la mitad de su capacidad. En este contexto, el comportamiento ciudadano en la gestión del recurso cobra importancia y ahí la comunidad destaca en negativo entre el resto de autonomías. Es el tercer territorio que menos ha reducido su consumo doméstico en la última década, pasando de 131 litros por habitante y día a 130 en 2020. Solo La Rioja, con un aumento de cinco litros, y la Comunidad Valenciana, con la misma cifra de 157, empeoran las estadísticas gallegas.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan la incapacidad de los gallegos para rebajar el uso que realizan del agua en sus hogares, si bien gran parte del problema radica en el consumo industrial, con polos como el de O Porriño, que utiliza más del doble de agua que la población para tareas empresariales, según la Xunta.

Sin embargo, el comportamiento en las viviendas también afecta a una situación que amenaza con volverse crítica si el otoño cumple las previsiones y se presenta seco. Los hogares gallegos consumían 131 litros por habitante y día en 2010, cifra que pasó a 132 en 2011 y 2012, a 110 en 2013, 129 en 2014, 138 en 2016 y 125 en 2018, de acuerdo con los datos del INE, que no detalla todos los ejercicios.

La directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, reconoce la paradoja que padece la comunidad, con un incremento de concienciación social sobre el problema de la sequía y la incapacidad para acortar el consumo doméstico, que a nivel estatal pasó de 142 litros diarios per cápita en 2010 a 133.

El cuarto de baño copa el 73% del gasto en una vivienda, según un estudio

“Hasta 2011, en Galicia no se había producido una sequía global de las cuencas que se percibiese como tal. Era el país del agua y estaba interiorizado que sobraba o que nunca iba a faltar el agua. Esto empezó a cambiar en 2017, cuando sufrimos una sequía importante y más ahora con la concienciación global de que el cambio climático traerá consumo más eventos climatológicos extremos”, apunta. Gutiérrez

Pero, ¿qué sucedió entonces para que repuntase el uso del agua en los hogares? “El mensaje del cambio global ha calado, pero nuestro nivel de vida ha ido subiendo. Sucede algo similar con el consumo eléctrico, que ha llegado a un nivel que es muy difícil de reducir”, compara la responsable de Aguas, dependiente de la Consellería de Infraestruturas.

El uso de difusores en los grifos y nuevos mecanismos más sostenibles influye a nivel general en el control del consumo doméstico, pero las prácticas individuales resultan determinantes. El cuarto de baño, por ejemplo, copa el 73% del consumo diario, debido fundamentalmente a la ducha y a la cisterna, con otro 19% vinculado a la cocina, según un estudio de Aquae Fundación.

Evolución del consumo medio de agua por habitante en Galicia

En este punto, Gutiérrez apunta a la proliferación de casas y chalés. “El consumo de agua en un piso es mejorable, pero no existe demasiado margen para ajustarlo. En una casa individual es mucho mayor”, destaca. “Puedes cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes, pero en una casa puedes usar el agua de lluvia para regar el jardín o el huerto y también es recomendable vaciar las piscinas cada 3 o 4 años, no antes”, añade antes de destacar la proliferación de piscinas como un agravante. “No hace falta más que ver en Google Maps las láminas de agua que hay en Pontevedra”, finaliza.

La Lei de Xestión da Auga entra en vigor a partir de hoy

La nueva Lei de Xestión da Auga entra hoy en vigor, facilitando a los ayuntamientos gallegos dejar en manos de la Xunta, través de Augas de Galicia, la gestión de sus servicios de suministro. “Esto supondrá una mayor profesionalización y también menores costes en la gestión al aplicar economías de escala”, destacó ayer la Consellería de Infraestruturas a través de un comunicado.

La norma, que salió adelante con los votos del PPdeG y el rechazo de BNG y PSdeG, obligará a los ayuntamientos a auditar cada lustro sus redes de agua y depuración y establece que Augas grave a aquellos consistorios que manden aguas pluviales al alcantarillado. La Xunta considera disuasoria de malas prácticas este precepto, que la oposición vinculaba a un afán recaudatorio.

Con este nuevo marco, la administración gallega ingresará 12 millones más con las nuevas tarifas del agua en treinta concellos donde gestiona las estaciones de depuración. Alcanzará los 18,6 millones de ingresos en una cuestión que hasta ahora generaba un déficit de 6 millones al año, según la memoria económica de la ley.

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