"Tenemos que hacer el consumo de agua más responsable que hicimos nunca". Así de contundente de mostraba este miércoles el alcalde de la ciudad ante la posibilidad de que la sequía continúe durante los próximos meses y obligue a aplicar restricciones más severas en el área de Vigo. Con la presa de Eiras al 83,86% de su capacidad (un 10% menos que hace un año) Abel Caballero anunciaba una nueva batería de medidas de ahorro.

De esta forma, el Concello prohibirá el llenado de piscinas y reducirá el tiempo y la presión de las duchas situadas en las playas de la ciudad. Además se reducirá el riego al mínimo ya que "no estamos mal, pero podemos estar muy mal en otoño".

El regidor se basaba en las previsiones anunciadas por el servicio de metereología de Estados Unidos que auguran un otoño especialmente seco.

El primer edil vigués insistía en que sus recomendaciones "son para todos los usuarios que nos abastecemos de Eiras" ya que el abastecimiento de agua "es el problema más importante que tiene Vigo desde hace años".

Y es que a pesar de las lluvias durante el puente de San Roque, estas han sido "totalmente irrelevantes" a efectos de presas y embalses que siguen bajando su ocupación semana tras semana.

"La Xunta está de observador"

Caballero también trasladará a los grandes consumidores de la ciudad estas reclamaciones, intensificando la campaña de concienciación que ejecutan en medios de comunicación. En la misma línea ha cargado -de nuevo- duramente contra la Xunta porque "está de observador, de comentaristas y no toman medidas".

De esta forma acusaba al gobierno autonómico de "estar creando un cinturón para que Vigo se quede sin agua a conciencia", una situación que podría darse en el Val Miñor, que cuenta con el embalse de Baíña al 55%. "No quiero dramatizar, pero Nigrán y Baiona están a punto de quedarse sin agua" apuntaba, aunque confirmaba que "acudirá Vigo a su rescate".

El alcalde señaló que ya en julio se suprimieron los baldeos de agua en las calles y que en los últimos años se han realizado humanizaciones para cambiar las redes de abastecimiento y evitar fugas, reduciéndose estas en un 20%. A estas actuaciones, a las que se incorporará la construcción de una potabilizadora en O Casal por más de 20 millones de euros, reclama que se sume la toma de abastecimiento de emergencia en la confluencia de los ríos Verdugo y Oitavén. Al mismo tiempo, solicita que se reduzca el caudal ecológico de estos ríos.