Los pueblos gallegos de Combarro, en la categoría de “Pueblo marítimo”; Tui, como mejor “Pueblo cultural”; San Xoán de Río, distinguido en la categoría de “Pueblo tecnológico” y Mesía, como mejor “Pueblo agrícola” se alzaron hoy con los Premios de Pueblo del Año en una gala que se celebró en la sede de Afundación en Vigo, tras una selección de los lectores a través de la votación en las webs de Faro de Vigo y La Opinión A Coruña, periódicos gallegos de Prensa Ibérica, grupo editorial que convocó de los galardones.

El acto, que contó con alcaldes, representantes de instituciones provinciales y de la FEGAMP, se convirtió en una celebración de las posibilidades del medio rural y también, en un alegato contra su abandono.

La presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, se presentó como optimista en su visión sobre el futuro de los municipios rurales. “Todos los pueblos que hoy están propuestos son ejemplo de lo que hay que hacer en Galicia”, animó tras entregar el galardón al Concello de Tui. “Seremos capaces de caminar para que nuestros pueblos no desaparezcan, pero tenemos que poner acción e iniciativa transformadora”, indicó.

Los pilares en los que basa Carmela Silva ese cambio son “la transformación digital, que va a crear riqueza y crecimiento económico”, y “apostar por las mujeres” a la hora de fijar la población en los núcleos rurales, con las dotaciones necesarias, ya que son garantes del relevo generacional. “Las urbes tampoco tendrán futuro si no hay pueblos”, defendió la presidenta provincial en alusión a la suficiencia alimentaria. “Pongamos recursos e ideas”, concluyó Silva.

El presidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias, FEGAMP, Alberto Varela, que entregó el galardón a Combarro, felicitó a los municipios ganadores y agradeció la convocatoria del certamen a los organizadores, para luego hacer un llamamiento al “resurgir” de estas poblaciones y a una defensa del trabajo “muy intenso pero gratificante” que se realiza desde la FEGAMP para dotarlos de infraestructuras “que se adapten a la realidad gallega”. Asimismo, destacó la defensa del alcalde de Vigo, también presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, para que “los fondos europeos lleguen a los concellos”.

El subdirector general de Prensa Ibérica en Galicia, Juan Carlos Da Silva, aludió al inicio del acto a la necesidad de modernizar el mundo rural y aludió a los valientes emprendedores que ya se aplican en esta tarea. Da Silva acuñó un término que sustituye al concepto “España vaciada” o “Galicia vaciada” y que luego aplaudieron e incorporaron a su discurso otras autoridades: Galicia desaprovechada. Tras repasar las cifras de localidades gallegas despobladas ("más de 4.300"), abogó por “dar facilidades, no subvenciones” a quienes decida quedarse.

“El entorno agrario resulta vital para la pervivencia de nuestras culturas”, alegó. También apostó por “extender la banda ancha para que las poblaciones puedan desarrollarse con la modernidad, como en su día lo fue el agua o la luz” porque “el medio rural no tendrá futuro sin servicios”, pero tampoco las pequeñas ciudades de la periferia. “Nos toca colectivamente hacer lo posible”, defendió.

Y el pequeño (o gran) grano de arena del certamen Premios Premio del Año es un paso en esa dirección.

Finalistas

En la categoría de Pueblo Marítimo Gallego del Año competían Combarro, Baiona, Fisterra y Ponteceso, por lograr una distinción sobre los lazos de la localidad con el mar y sus gentes. Allariz, Tui, Moeche y Camariñas aspiraban a lograr el título de Mejor Pueblo Cultural Gallego del Año, considerando para ello su arte, su historia, la artesanía y la proyección de su cultura local a otros territorios. Los finalistas a Pueblo Agrícola Gallego del Año eran Mesía, Trascastro, A Veiga y Meixide, que optaban al reconocimiento en una categoría que premia todo tipo de iniciativas y avances en agricultura y ganadería. Mientras que por el galardón de Pueblo Tecnológico Gallego del Año, que trata de poner en valor los proyectos de digitalización en marcha, disputaban Salceda de Caselas, As Pontes, Ames y San Xoán de Río.

Se trata de una distinción que Prensa Ibérica y sus diarios gallegos organizan por primera vez a través de sus cabeceras, para visibilizar, cuidar e impulsar los pueblos españoles y sus entornos rurales.